El presidente dijo que “se puede dar vuelta esta elección”, para llegar a un balotaje. En un discurso encendido y crítico del kirchnerismo, instó a “dejar atrás una historia de mentiras y frustraciones”.
Por: Martín Bravo
Desde el atardecer ventoso en la previa hasta el discurso de Mauricio Macri entrada la noche el cierre de campaña de Juntos por el Cambio en esta provincia transcurrió cruzado por un objetivo: sostener la expectativa de recortar la amplia diferencia de Alberto Fernández para alcanzar un balotaje y prolongar la disputa hasta el mes próximo. Ese intento abarcó las palabras de los funcionarios bajo el escenario, de los oradores previos y del propio Presidente: “Esta marcha no termina acá, tenemos una parada más que es el 27 y el 24 de noviembre que cambie la historia de la Argentina para siempre”.
Con el formato de las convocatorias del “Sí, se puede”, al aire libre en la plaza Vélez Sarsfield del centro de esta capital, Macri subió al escenario acompañado por Juliana Awada -habló unas palabras- y sobre el acoplado lo esperaban Miguel Pichetto y Mario Negri.
“¡Claro que se puede, Córdoba!”, arengó el Presidente de entrada, y volvió a remitir a la provincia como el inicio de Cambiemos. Marcos Peña, Fernando De Andreis y Hernán Lombardi quedaron a unos metros, en una escalera, y abajo decenas de ministros, legisladores y referentes de esta provincia. Estuvieron los gobernadores Gerardo Morales y Gustavo Valdés, faltaron Alfredo Cornejo y Elisa Carrió. Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal quedaron en Buenos Aires con sus cierres.
Los organizadores calcularon más de 100 mil personas. Eufóricos, cerca de Macri incluso hablaron de casi 200 mil: “Es otro Obelisco”. Aún con la exageración, la concentración fue multitudinaria.
En el hotel frente a la plaza, que funcionó como búnker, los funcionarios que iban llegando buscaron mantener la expectativa, aunque ante los más de 16 puntos de diferencia (49,49% de Alberto F. a 32,93% en votos afirmativos) de las primarias algunos aseguraban que al menos, con el clima renovado de los últimos días, Macri y el espacio quedarán mejor posicionados de cara a la próxima etapa.
Desde la tarde empezaron a llegar a la plaza partidarios de Juntos por el Cambio con banderas y camisetas argentinas, la mayoría de clase media o alta, con muestras de apoyo a Macri pero acaso más intenso el rechazo a Cristina Kirchner. “Que vaya presa”, cantaron. “Líbranos de los K. Amén”, decía una bandera.
“La estamos pasando mal, como nunca, pero no queremos que vuelvan”, contó Azul Ferrero, dueña de una ferretería. “A mí me hace hervir la sangre el kirchnerismo”, bramó María José Galíndez, productora con 300 hectáreas. Las dos van a fiscalizar el domingo.
Durante su discurso, de casi media hora, Macri machacó con líneas conceptuales que venía enunciando en marchas anteriores.
-“No nos vamos a quedar callados mientras nos roban nuestro futuro”.
-“Ya fueron demasiadas veces que nos aguantamos el atril, con el dedito, la prepotencia, la soberbia”.
-“Ahora sí, viene la etapa del crecimiento, la generación de empleo, la mejora del salario y el alivio para todos los argentinos”.
-“No caigamos en las falsas promesas de los que destruyeron el país”.
También hilvanó la serie de preguntas retóricas e insistió con la frase que se interpretó como una señal de que buscará mantenerse como referente aun si se confirma la derrota de las primarias: “Siempre voy a estar con ustedes para cuidarlos”.
Macri también bromeó con su apodo de gato y se entusiasmó con generar un nivel de presentismo superior a 1983. Aquel año la participación fue de 85,61% y en estas primarias alcanzó el 76,41%.
Antes hablaron Pichetto y los referentes locales. “El domingo a cargar a la abuela y a la suegra. Para que gane el Gato hasta el perro tiene que ir a votar”, encendió el clima Luis Juez. “Nunca más volvamos al autoritarismo. Los cordobeses no entregamos el federalismo”, apuntó Negri a Cristina, y también arengó: “Estamos en el balotaje, hablen con uno más. Vamos a dar la sorpresa”.
La decisión de Juan Schiaretti de ir con boleta corta de diputados (16,10% en las PASO) generó una disputa extra con el Frente de Todos por esos votantes. “Respetamos a Córdoba y sus gobernantes”, hizo el guiño Pichetto. “No queremos la patria de Grabois, la reforma agraria o que ocupen los inmuebles vacíos. No queremos la violencia, eso es lo que viene en la Argentina”, remitió a las peleas del PJ en el acto en Tucumán. Al candidato a vicepresidente le cantaron el feliz cumpleaños y en ese momento sonó un cuarteto, aunque no lograron que bailara.
Macri eligió Córdoba para un nuevo cierre en línea con la estrategia de buscar crecer en los puntos del país más favorables a Juntos por el Cambio, con el objetivo de recuperar desencantados con la gestión y la crisis económica. (Clarín)