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El presunto soborno a diputados complica la estabilidad de Guaidó

Con designaciones y más apoyos, la agenda de Guaidó logra avances

Denunciaron la supuesta compra de votos para impedir que el presidente encargado continúe al frente del Parlamento

Por: Daniel Lozano

Un escándalo mayúsculo estalló en el seno del Parlamento democrático venezolano cuando solo falta un mes para que renueve su junta directiva, incluida la presidencia legislativa. El acuerdo previo para que Juan Guaidó continúe en el puesto está hoy en entredicho, tras conocerse los intentos de compra de al menos una docena de diputados.

Hasta un millón de dólares se ofrecieron para plegarse a una estrategia de desgaste y asalto al poder parlamentario, el único que ahora mismo no ostenta la revolución bolivariana, que coincide además con el regreso al hemiciclo de 40 diputados de la bancada chavista tras dos años y medio de ausencia.

Hasta ahora son una decena de diputados opositores señalados y otros cuantos bajo sospecha, pero las distintas operaciones puestas en marcha por el chavismo auguran nuevas implicaciones.

La Asamblea Nacional (AN) inició ayer formalmente la investigación: creó una comisión exprés que deberá presentar resultados en dos semanas. Bajo la lupa, las gestiones llevadas a cabo por los parlamentarios involucrados en favor de millonarios empresarios revolucionarios.

El más conocido es el colombiano Álex Saab, a quien la fiscal rebelde Luisa Ortega considera uno de los principales testaferros de Nicolás Maduro. Precisamente los países del Tratado de Río (TIAR) incluyeron ayer al empresario barranquillero, perseguido en su propio país, en su lista de 29 personajes del alto mando revolucionario a quienes se les restringen la entrada y el tránsito en los países firmantes del TIAR.

“Me estaban ofreciendo la cantidad de un millón de dólares para que el 5 de enero (día en que se elige la junta directiva de la AN para 2020) vayamos a votar por otro de la oposición. Pero a conveniencia de la cohabitación (con Maduro), porque el PSUV (partido del chavismo) votará supuestamente por este (el opositor colaboracionista)”, reveló anteayer el diputado Luis Stefanelli, de Voluntad Popular (VP).

Los primeras noticias sobre la llamada “operación maletín verde” se conocieron hace un mes, cuando el diputado José Guerra, desde el exilio, alertó a la opinión pública de que “un grupo de operadores financieros del régimen, con maletines llenos de dólares, tratan de comprar a nuestros diputados y que perdamos la mayoría”.

El escándalo estalló el domingo con la publicación de una investigación periodística en el portal armando.info.

En ella se desveló que una decena de legisladores aparecían implicados en una operación para limpiar ante la Fiscalía colombiana y el Tesoro norteamericano la imagen de Saab, el gran beneficiado en el negocio de la importación de alimentos subsidiados por el gobierno.

Se trata de las famosas bolsas CLAP de comida, la versión bolivariana de la libreta cubana de racionamiento, convertidas en una de las principales herramientas de control social de la revolución.

Al menos tres diputados del partido de Guaidó y Leopoldo López, ya apartados, figuran entre los investigados. Freddy Superlano, presidente de la Comisión de Contraloría (fundamental en el seguimiento de los escándalos de corrupción durante los 20 años de chavismo), dimitió de su cargo para facilitar las pesquisas de sus compañeros.

La comisión encargada de llevar adelante la investigación dentro de semejante cloaca política está conformada por los vicepresidentes del Legislativo Edgar Zambrano y Stalin González, así como por la diputada Marialbert Barrios, uno de los valores jóvenes de la oposición. La tarea que tienen por delante será crucial para descubrir a los diputados comprados para que Guaidó deje de ser presidente del Parlamento democrático y también para denunciar públicamente a los millonarios boliburgueses al frente de las operaciones.

“Somos diputados rebeldes que estamos cansados”, se defendió el diputado José Brito, que calificó como “autócrata” a Guaidó. Para enredar aún más la situación, otro de los señalados, Leandro Domínguez, presentó una denuncia a la Policía en la que asegura que le robaron un maletín con 20.000 euros en su interior.

“El bobo mayor se autonoqueó, se acabó políticamente. Ahora es que te espera la cárcel”, volvió a amenazar Maduro a Guaidó. El jefe revolucionario se movió ayer entre la euforia y la ira, al tanto de que la estrategia de resquebrajar a la oposición sigue viento en popa. En un alarde de mesianismo triunfal, el “hijo de Chávez” clamó en televisión: “Cuando está gobernando Maduro, está gobernando Cristo. ¡Está gobernando el pueblo!”. (La Nación)

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