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Tensión total en Medio Oriente: Donald Trump anunció nuevas sanciones contra Irán

El juicio político a Donald Trump y la evidencia de la gran división que afecta a Estados Unidos

Por: Rafael Mathus Ruiz

La máxima tensión que envolvió a Medio Oriente durante los últimos seis días cedió luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desistiera de ordenar un nuevo ataque a Irán, en una virtual desescalada que descomprimió, por ahora, el conflicto entre ambas naciones y atenuó los temores a una guerra.

Trump abrió su breve pero esperadísimo discurso en la Casa Blanca indicando que Irán parecía estar “retirándose” con un ataque que resultó más leve de lo temido -no hubo víctimas-, y si bien luego renovó sus promesas de impedir que Teherán obtenga una bomba nuclear y advirtió al régimen iraní que debía abandonar su respaldo al terrorismo, ofreció, a la vez, señales de paz y un tono mucho más moderado al habitual.

El mandatario advirtió que su gobierno seguirá evaluando opciones para responder a la última agresión de Teherán, solo pero anunció que Estados Unidos impondrá de manera inmediata nuevas sanciones económicas “poderosas” y “punitivas” contra el régimen iraní, evitando una represalia militar que hubiera empujado a ambos rivales a un conflicto mayor.

“Nuestras Fuerzas Armadas son más fuertes que nunca. Nuestros misiles son grandes, poderosos, precisos, letales y rápidos”, afirmó Trump, en una de sus clásicas advertencias, la cual, esta vez, llegó acompañada de una señal: “El hecho de que tengamos este gran equipamiento militar, sin embargo, no significa que tengamos que usarlo. No queremos usarlo”, cerró.

El bombardeo de Irán a tropas de Estados Unidos en Irak había trazado la última escalada en una de las peores crisis de las últimas décadas en Medio Oriente, y elevó al máximo la tensión entre ambas naciones. Hoy, antes del discurso de Trump, y en otro desafiante mensaje, el líder supremo de Irán, el ayatollah Ali Khamenei, describió el ataque como “una cachetada” a Estados Unidos, y agregó que era insuficiente, y llamó a desterrar a la potencia global de la región y rechazó cualquier negociación, al afirmar que solo abriría la puerta a una mayor injerencia de Washington.

“Lo que importa es que la presencia de Estados Unidos, que es una fuente de corrupción en esta región, debería llegar a su fin”, dijo ante una sala repleta.

El gobierno de Hassan Rohani había ofrecido señales un tanto más cautelosas y menos beligerantes, al advertir que Irán continuaría con sus ataques, incluido a aliados de Estados Unidos, pero solo si Trump respondía con una nueva agresión, ofreciendo una virtual salida para descomprimir la crisis. Trump no dudó en tomarla: anunció sanciones, y eludió, por ahora, una nueva operación militar que hubiera implicado una nueva escalada.

En vilo, el mundo aguardaba con una enorme expectativa la respuesta de Estados Unidos al bombardeo y las señales de Irán. Trump, que había desplegado una retórica áspera y dura hacia Teherán desde su época de candidato presidencial, había dicho en los últimos días en reiteradas oportunidades que respondería “sin dudarlo” a un ataque iraní utilizando el “hermoso equipamiento” militar del que dispone la primera potencia global. El presidente amenazó incluso con atacar el patrimonio cultural iraní, y hasta prometió responder de manera “desproporcionada”.

Trump exigió a Teherán que abandone su respaldo al terrorismo y sus “ambiciones nucleares”, pero su discurso en la Casa Blanca, uno de los más trascendentales de su presidencia, que brindó acompañado por el vicepresidente, Mike Pence, y todo su equipo de seguridad nacional, ofreció un tono distinto, mucho más moderado, y cerró con una invitación a la paz.

“Al pueblo y los líderes de Irán: queremos que tengan un futuro y un gran futuro, uno que se merecen, uno de prosperidad en su país y armonía con las naciones del mundo”, dijo Trump. “Estados Unidos está listo para abrazar la paz con todos los que la buscan”, cerró.

La lluvia de misiles sobre las dos bases iraquíes -16 en total, según el Pentágono- habían multiplicado los llamados a desescalar la crisis ante los crecientes temores a una guerra. Pero a medida que se conocieron los detalles del bombardeo, la lectura comenzó a mutar y la posibilidad de un détente cobró fuerza ante una represalia que algunos tildaron de simbólica.

El gobierno de Trump dejó trascender que la respuesta por el asesinato de Qassem Soleimani, el jerarca militar más importante de Teherán y una figurada venerada en la nación árabe, había sido “mesurada”, sobre todo porque los misiles iraníes no habían cobrado ninguna víctima, y sólo habían destruido instalaciones militares. De hecho, hubo quienes especularon, sobre la base de las primeras imágenes satelitales de los bombardeos, con que Irán buscó evitar muertes adrede, al apuntar sus misiles a edificios y hangares ocupadas por equipos y aviones, y no soldados.

“¡Todo está bien!”, había tuiteado Trump, anoche, horas después del bombardeo. “Misiles lanzados desde Irán en dos bases militares ubicadas en Irak. Evaluación de víctimas y daños ocurren ahora. ¡Hasta aquí todo bien! ¡Tenemos el ejército más poderoso y bien equipado de cualquier parte del mundo, por lejos!”, agregó el mandatario.

El silencio inicial de Trump, anoche, también había sido leído como una señal a favor de un repliegue de tensiones, algo que fue confirmado luego por el tono medido y pulido de su discurso, que terminó por llevar algo de alivio tras días de dramática escalada en Medio Oriente.

Así y todo, las raíces del conflicto siguen intactas. La histórica rivalidad entre Irán y Estados Unidos, la decisión de Teherán de volver a enriquecer uranio sin límites y su respaldo a milicias en la región, y la imprevisibilidad de Trump, el desorden en su gobierno y la ausencia de una estrategia clara de política exterior mantienen latente la posibilidad de una jugada que agite otra vez el enfrentamiento.

Trump pidió que la OTAN se involucre más en Medio Oriente, y anoche y hoy habló por teléfono con la canciller alemana, Angela Merkel, y con el emir de Qatar, el jeque Tamim Bin Hamad Al Thani, y el primer Ministro del Reino Unido, Boris Johnson, sobre la crisis con Irán, informó la Casa Blanca.

“La paz y la estabilidad no pueden prevalecer en el Medio Oriente mientras Irán continúe fomentando la violencia, los disturbios, el odio y la guerra. El mundo civilizado debe enviar un mensaje claro y unificado al régimen iraní: su campaña de terror, asesinato, caos ya no será tolerada. No se permitirá que siga adelante”, advirtió Trump, manteniendo la presión sobre el régimen iraní. (La Nación)

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