- Publicidad -

Murió Bonadío y el kirchnerismo de fiesta augura nuevos tiempos en la justicia argentina

Murió Bonadío y el kirchnerismo de fiesta augura nuevos tiempos en la justicia argentina

12:00 –  (Por Rubén Lasagno) – Lamentablemente, a las 06:20 hs de hoy martes 4 de febrero de 2020, el juez federal Claudio Bonadío falleció en su casa de Belgrano (Bs As), tres días después de haber cumplido los 64 años. Su salud estaba deteriorada desde que en febrero del año pasado fuera sometido a una operación en el cerebro, producto de un tumor y sus últimas vacaciones habían sido prolongadas debido a su mal estado de salud.

Fue uno de los pocos, sino el único, juez que tenía a su cargo las principales causas de corrupción contra el kirchnerismo y particularmente contra Cristina Fernández como “Los cuadernos de la corrupción”, la denuncia del Fiscal Nisman por el memorandum con Irán, Hotesur, Los Sauces, Dólar Futuro, la Tragedia de Once, el encubrimiento del ataque a la AMIA, fue quien ordenó la detención por segunda vez de CFK, encarceló a Timerman y a los terroristas Fernando Vaca Narvaja y Roberto Perdía, entre otras resonantes actuaciones del fallecido magistrado.

Fue odiado profundamente (en vida) por CFK y todo el kirchnerismo. Amigo del Papa Francisco, se caracterizó por su perfil bajo y su entrega al trabajo, especialmente a perseguir la corrupción, luego que su comportamiento judicial hiciera un “click” ya que fue uno de “los jueces de la servilleta” de Corach y fue funcional al kirchnerismo en la primera etapa de Néstor Kirchner. Bonadío, cabe recordar, sobreseyó a todos los ex Secretarios de Néstor y Cristina, acusados por enriquecimiento ilícito, incluyendo a Fabián Gutiérrez, luego que OPI le descubriera la mansión que se estaba construyendo en El Calafate.

Tiempo después, fue el mismo juez quien volvió a procesarlos por delitos de corrupción, asociado al paso por el poder K. Instructor de tiro, hábil en el manejo de armas, en el año 2001 mantuvo un enfrentamiento con dos delincuentes a quienes abatió. Este duro trance en su vida, fue sobregirado por el kirchnerismo, para tratar de “asesino” al juez que le hizo (judicialmente) la vida imposible a la familia Kirchner y sus cómplices de la “década ganada”.

Hoy el inefable abogado Dalbón, un payaso inimputable y típico personaje de la fauna kirchnerista, dijo: “La muerte (a Bonadío) le sienta bien”, parafraseando el título de la película de humor negro creada en 1992 y resumiendo de manera muy sintética el pensamiento de alivio y el deseo de muerte que el sector imputado de corrupción de la política nacional, sintió, siente y sentirá por el único Juez que accionó contra quienes se robaron el país en 12 años. Gerardo Ferreira de Electroingeniería puso una foto del juez en las redes y el texto “Conmigo no pudo“.

Tal vez las palabras de Dalbón, no sean contradictorias con el personaje, resuenen fuertes al oído y muestren, en definitiva, la verdad de un pensamiento transformado en una íntima convicción de un sector minoritario de la política y sociedad nacional, comparable con aquellos que vieron en las muertes de Néstor Kirchner y Hugo Chávez una liberación para latinoamérica de dos corruptos populistas que de haber vivido, habrían reescrito la historia negra de la corrupción masificada de la América colonial. (Agencia OPI Santa Cruz)

spot_img

Suscribité al Newsletter

Más Noticias

- Publicidad -spot_img

Más Noticias

9 COMENTARIOS

  1. Q:P:D tal vez el único que alcanzó a incomodar a los K. Está claro que el 2020 es su año. pero….. ojo, la selección natural no la controla nadie… quien te dice que por ahí el año no se lleve a CFK, Dalbon, Víctor Hugo, Navarro y tantos mas…… Hoy ganaron, mañana pierden…. Buena la nota

  2. El Cid cabalgará de nuevo

    Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, nació en Vivar (1043/1099) se convirtió en el héroe más destacado de la Reconquista española defendiendo los reinos de León y Castilla, y sobre todo Valencia.
    Fue desterrado dos veces por intrigas palaciegas gestadas por sus enemigos cristianos y moros, y por dos veces (luego que se admitieran errores políticos cometidos en su contra), retornó a sus lares.
    Defendió el Levante aún después de muerto, pues, habiendo fallecido y ante la inminencia de una embestida mora, su cadáver fue atado a su caballo y en esa condición, motivó a sus hombres a ganar la batalla.
    Verdad o leyenda, hay hombres que con su accionar, aún ante la incomprensión, el menoscabo y la persecución de propios y enemigos, dejan una simiente que, tarde o temprano, ha de fructificar, y en algún momento de la lucha por la Justicia y la dignidad, su figura, aún yacente, guía al triunfo de la Verdad sobre la ignominia.
    Como ser humano que fue Claudio Bonadío, tuvo aciertos y errores, algunos propios y otros inevitables al transitar el lodazal de esto en que se ha convertido en la política nacional desde 1983 a la fecha.
    Claudio Bonadío estuvo a cargo del Juzgado Criminal y Correccional Federal N° 11 desde 1994 y desde allí, instruyó causas y dictó sentencias, las que fueron conceptuadas desde distintas ópticas según quienes resultaran favorecidos o perjudicados por su contenido.
    No existe sentenciado que considere apropiado el fallo que le impuso pena, y la excusa mas común que se esgrime, en estos casos, es la arbitrariedad y el malquerer de quien tuvo a su cargo juzgar su conducta.
    La impunidad de la que cree gozar quien delinque, siempre le hace sostener su inocencia, y a lo sumo, entender que su accionar fue “accidental”, “no querido” o producto de la provocación ajena.
    Esa impunidad se potencia cuando quien la esgrime goza, transitoriamente, de los fueros oficiales del poder y cree que, parafraseando a Sarmiento, “el frío del bronce invade sus pies”.
    La historia nunca se define en tiempos actuales, solo la soberbia y la arrogancia, llevan a creer a personajes menores, que son al mismo tiempo protagonistas y alabadores de sus acciones.
    Que Claudio Bonadío cometió errores, si, seguramente los tuvo y muchos, que fue pertinaz y consecuente con su pensamiento, también, pero siempre es preferible un Claudio Bonadío a un juez que reconoce haber dictado sentencias “porque lo tenían acogotado”
    La diferencia no es menor, una sola manzana podrida desvaloriza todo el cajón.
    Tal vez, algún día, Bonadío, como el Cid Campeador, libre su última batalla sirviendo de ejemplo y motivando a los que solo entendemos que, sobre esta tierra hay una sola Justicia: la Justa.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí