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Kicillof no logró el aval del 75% de los bonistas y pagará US$ 250 millones para evitar el default

Axel Kicillof ofreció un nuevo acuerdo a los bonistas y hoy buscará escapar del default

La negativa del fondo Fidelity hizo caer la negociación. El gobernador pondrá en marcha una reestructuración de la deuda en dólares. Actuará en línea con la Nación.

Por: Annabella Quiroga

Axel Kicillof volvió al casillero inicial y decidió pagar el bono por US$ 250 millones para evitar el default. El gobernador de la provincia de Buenos Aires admitió que no logró reunir el aval del 75% de los acreedores, tal como se requería para avanzar con la postergación de ese vencimiento. Entonces anunció que pagará “con recursos propios” sin recurrir a la ayuda de la Nación y que saldrá a reestructurar el resto de la deuda en dólares. El cronograma de esta renegociación seguirá los pasos del que llevará adelanta la Nación con el mismo propósito.

El 26 de enero Buenos Aires tenía que pagar US$ 250 millones de capital y US$ 27 millones de intereses del bono BP21. Kicillof argumentó que no tenía recursos y les pidió a los bonistas postergar el pago hasta el 1 de mayo, bajo el argumento de que si no aceptaban el trato sería peor para todos. Así buscaba ganar tiempo y atar su suerte a la reestructuración de la deuda nacional. El gobernador contaba con tiempo hasta el 5 de febrero para conseguir el aval del 75% de los acreedores y evitar la declaración de default.

Esa estrategia no funcionó. La propuesta agresiva de la provincia se topó con la postura rígida del fondo de inversión Fidelity quien rechazó tanto la postergación como los sucesivos “endulzantes” con los que el gobernador buscó flexibilizar su apuesta original a todo o nada. La última mejora suponía pagar ahora el 30% de la amortización -US$ 75 millones- y otros US$ 5 millones en intereses.

Vencimientos PBA 2020Según la gobernación este fondo tiene el 25% de los bonos, aunque en el mercado aseguran que solo posee el 17%. Lo que Fidelity pretendía era cobrar el 30% del vencimiento en un pago y percibir lo restante en cuotas. Pero este planteo se chocaba con la estrategia de fondo de Kicillof. Así el gobernador se vio obligado a poner fin al “chicken game” y anunciar que abonaría los US$250 millones -más US$ 27 millones en intereses- con “recursos propios, sin asistencia”. En rigor, detalló que pagará el BP21 con  financiamiento obtenido en el mercado local.

El anunció generó la euforia del mercado. Los papeles argentinos cerraron en alza y el riesgo país descendió 6%. Y dejó una incógnita rondando. ¿Por qué el gobernador rechazó la propuesta de Fidelity de pagar en cuotas y optó por abonar todo de una sola vez?

En el mercado le encuentran dos explicaciones a esta aparente incoherencia. La primera es que un pago en cuotas complicaría el objetivo principal: reeestructurar el total de la deuda del distrito, US$ 11.300 millones. Para avanzar por esta renegociación es necesario que no haya pagos pendientes. “Cancelar cash es la salida lógica y ordenada” ante la “enorme intransigencia” de Fidelity, dijo Kicillof en la conferencia.

La segunda explicación apunta a que en realidad ni siquiera con el aval de Fidelity alcanzaba el piso del 75%. Entonces el gobernador prefirió presentar el escenario de tal modo que la culpa por no haber cerrado trato caía del lado de los acreedores y no del suyo.

Kicillof dio vuelta la página y anunció que pasará a la segunda fase de su estrategia. Insistió en que el volumen de vencimientos de la deuda es insostenible fruto de una “política irresponsable” encarada por la gestión de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal -aunque el BP21 es un bono que emitió Daniel Scioli-. “Vamos a iniciar desde el día de hoy el proceso de reestructuración de la deuda en moneda extranjera. Estamos pidiendo una solución integral. El 94% de la deuda vence en los próximos 4 años”. Y detalló que presentará un cronograma, en consonancia con el que ya dio la conocer la Nación y que prevé llegar a un acuerdo con los acreedores para finales de marzo.

Un default de la provincia habría sido muy complicado para la renegociación de la deuda de la Nación. Ayer, Martín Guzmán se reunió con la titular del FMI, Kristalina Georgieva, en Roma y el presidente Alberto Fernández sigue negociando el apoyo de los líderes europeos.

Para los analistas, la postura del gobernador en esta negociación no fue la más acertada. “Los fondos ganaron el chicken game”, sostuvo el economista Martín Tetaz.

Para Martín Rajnerman, de Ecolatina, no se logró un acuerdo “porque las amenazas nunca fueron creíbles: el vencimiento era menor y el costo de defaultear era muy alto”. Lo bueno de este episodio fue que se evitó el default ya que si esto se hubiera producido “complicaba la reestructuración del Tesoro. Seguimos en carrera para el desafío mayor”. Lo negativo fue que “con estas idas y vueltas, Kicillof rifó parte de su credibilidad y capacidad para acuerdos futuros”. (Clarín)

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