Por: Hernán Cappiello
Ya no queda ninguna prisión preventiva que amenace la libertad de Cristina Kirchner. La Cámara Federal de Casación anuló este lunes la última que pesaba sobre la vicepresidenta, en la causa en la que deberá ser juzgada como jefa de una asociación ilícita destinada a cobrar coimas a empresarios de la obra pública. No obstante, sigue firme su procesamiento por este delito y por otros hechos de corrupción.
La decisión de anular la prisión preventiva de Cristina Kirchner la tomaron los jueces Diego Barroetaveña, Ana María Figueroa y Daniel Petrone. En la misma resolución, los magistrados dejaron firmes los procesamientos de otros involucrados en la causa. Además, por mayoría, anularon el procesamiento de Héctor Zabaleta, de la empresa Techint.
Asimismo, en un fallo adicional, los jueces de la Casación rechazaron la recusación del fiscal Carlos Stornelli en la causa de los cuadernos que había ensayado el exsubsecretario Roberto Baratta.
Baratta había argumentado como razón para su alejamiento su procesamiento en el caso de espionaje de Dolores y lo había acusado de falta de objetividad, lo que fue rechazado.
La decisión de los jueces con respecto a Cristina Kirchner no modifica el curso de los procesos en marcha, e incluso tiene que seguir pidiendo permiso cada vez que vaya a Cuba a visitar a su hija. Aunque su efecto inmediato es que la libra de toda amenaza de perder la libertad.
Los jueces Figueroa, Barroetaveña y Petrone entendieron que correspondía revocar la prisión preventiva impuesta por Bonadio y confirmada por la Cámara Federal. Cada quien utilizó sus argumentos. Petrone y Barroetaveña consideraron que no se verificaban los riesgos procesales que motivaron el dictado de la prisión preventiva.
Es decir, que no había razones para entender que la expresidenta hubiera entorpecido la investigación o fuera a hacerlo ni que fuera a fugarse. De hecho dijeron que en la práctica Cristina Kirchner, debido a sus fueros como senadora, transcurrió todo el proceso en su contra en libertad sin que se verificaran problemas para la causa.
Barroetaveña dijo que habían variado las circunstancias desde que se había pronunciado la Cámara Federal. Además, enumeró entre otras cuestiones la entrada en vigor del nuevo Código Procesal Penal en lo que hace a la restricción de la libertad. Dijo que libertad es la regla durante la sustanciación del proceso y que se prevén medidas de coerción alternativas al encierro. Sostuvo que se debía analizar si seguían vigentes ahora los peligros de fuga y entorpecimiento de la causa y dijo que no es así.
Además, Cristina Kirchner cumplió cada una de las obligaciones que le impusieron los jueces a lo largo de las investigaciones, dijo el juez, y lo evaluó como una de las razones para anular la prisión preventiva. Sostuvo asimismo que, como el caso está elevado a juicio oral, la instrucción está terminada y eso debilita el riesgo de entorpecimiento de la investigación.
El juez Petrone acompañó los argumentos de su colega e hizo especial hincapié en la pautas que fija el nuevo Código Procesal para dictar medidas de coerción antes de la restricción de la libertad.
La jueza Figueroa, más crítica y más cercana al kirchnerismo, dijo que la prisión preventiva dictada por el juez Bonadio era arbitraria, sin fundamentación, y que había sido ordenada “en flagrante violación” de la Constitución. Dijo que Bonadio procesó a Cristina Kirchner en octubre 2018 y que supeditó el dictado de la prisión preventiva a que la Cámara le confirmara el procesamiento. La Cámara lo confirmó en diciembre de ese año y el juez pidió el desafuero al Senado en septiembre de 2019. Figueroa habló de irregularidades y rechazó la prisión preventiva alegando que no hay razón alguna que la justifique. (La Nación)
