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Recortan tasas y congelan comisiones bancarias para impulsar el consumo

Por: Javier Blanco

El Banco Central (BCRA) hizo ayer un completo aporte al plan de reactivación de la economía con que se ilusiona el Gobierno, con el consumo como principal motor.

Recortó en otros 4 puntos la tasa de referencia, que pasa a estar en el 40% anual, puso un tope del 55% al interés que se aplica por financiar consumos pagados con tarjetas de crédito (lo que supone recortar ese margen en muchos casos a la mitad) y sumó a las comisiones que los bancos cobran a sus clientes al plan de congelamiento de tarifas.

Las decisiones, que persiguen el objetivo de incentivar la demanda interna, llegaron en una reunión “anticipada” del directorio de la entidad que preside Miguel Pesce, por el viaje que emprenderá como parte de la comitiva argentina que participará el fin de semana de las reuniones preparatorias del próximo G-20, en Arabia Saudita.

La apuesta es que la gente arranque el año económico en marzo “volviendo a pensar en gastar”, explican en los despachos oficiales, lo que a juicio de las autoridades del BCRA dará sustento a una recomposición progresiva de la demanda de pesos, algo que juzga clave para no tener que seguir acumulando más deuda en letras de liquidez (Leliq) por la esterilización necesaria del circulante que tiene previsto emitir para comprar reservas.

El paquete financiero

El paquete de medidas adoptadas por el BCRA incluyó:

-El séptimo recorte de la tasa de referencia de la economía, fijada por el interés que les paga a los bancos por comprarles las Leliq a 28 días, que baja hoy del 44 al 40%.

De esta manera, acumula una caída de 23 puntos en dos meses o durante la “era Pesce” (estaba en el 63% cuando asumió), algo que justificó por la “desaceleración registrada en la tasa de inflación y las perspectivas de continuidad de esa tendencia”, explicó en su comunicado.

-La disposición de un nuevo tope máximo, en este caso del 55% anual, a la tasa que los bancos cobran por financiar a sus clientes de tarjetas compras realizadas con los plásticos, algo con lo que intenta “proteger a los sectores más vulnerables e impulsar una recuperación del consumo”, según admitió.

El tope, reclamado el fin de semana por el presidente Alberto Fernández a Pesce, quedó fijado mediante las comunicaciones A 6911 y 6912 del BCRA, pero no alcanza a las tarjetas de crédito no bancarias, que, en ese caso, quedan alcanzadas por el máximo que ya regía para los plásticos bancarios y fijado por ley (ver aparte) y en relación con el costo de los préstamos personales.

-Además, decidió congelar por 180 días las comisiones y distintos cargos que cobran las entidades financieras a sus clientes por productos o servicios que prestan, a la vez que determinó que en ese lapso tampoco podrán generar nuevos cargos por otros conceptos. De este modo, el congelamiento de tarifas, que ya alcanzaba a servicios públicos y combustibles, se entendió a los servicios bancarios.

La determinación surgió luego de comprobar que algunos bancos estaban comunicando nuevos incrementos en estos valores que se aplican por mantenimiento de cuentas, movimientos, reposición de tarjetas o el uso de cajeros, que comenzarían a regir desde marzo.

La opinión de los economistas

Para los economistas, no hay dudas de que las medidas del BCRA están alineadas con la apuesta oficial por lograr un repunte de la actividad.

“Todo apunta a que los bancos presten más y más barato. Además, al congelar comisiones evita que los bancos compensen la baja de tasas y lo cobren por otro lado. El problema, hasta aquí, en que no se observa un repunte en la demanda de crédito con un volumen tal que les permita a los bancos reemplazar lo que hoy vuelcan a Leliq por préstamos”, opina el director de EconViews, Miguel Zielonka.

El analista advierte que la baja de la tasa que aplicó a la Leliq derivará en un nuevo recorte de tasas a los depositantes, lo que podría llevar a un desarme de plazos fijos. “Lo que queda por ver es si los ahorristas que no renuevan deciden consumir y las empresas no responden a eso con suba de precios, porque eso terminaría con el respiro inflacionario. Interpreto que el BCRA cree que hay capacidad ociosa que condicionará esa posibilidad, pero yo me permito dudarlo”,

Para Fabio Rodríguez, de M&R Asociados, las medidas muestran que el BCRA tiene “mucha confianza en que el cepo duro, la calma del dólar y las tarifas pisadas aceleren la baja de inflación, minimizando el riesgo tasa real y disparadas de las brechas cambiarias”.

De allí que se anima [el Central] a “buscar que los bancos lleven adelante la transmisión de la baja de tasa activa para que impacte en el nivel de consumo de corto plazo, dado que la recuperación de ingresos genuinos por paritarias y demás vendrá muy tranquila”. (La Nación)

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