Por: Javier Blanco
Un grupo de senadores kirchneristas presentó en la tarde de anteayer un proyecto para modificar la ley 25.065 con el objetivo de igualar la tasa que los bancos cobran a sus clientes por financiar consumos con tarjetas de crédito con la que perciben del BCRA al comprarle sus letras de liquidez (Leliq).
La iniciativa, acompañada por la firma de 24 legisladores, recibió respaldo de la mayoría de los integrantes del bloque que representa al Frente de Todos y lleva la autoría del senador por Neuquén y exsecretario general de la Presidencia Oscar Parrilli, por lo que se descuenta que tiene el aval de la vicepresidenta Cristina Kirchner. En sus fundamentos extensos plantea que es “hora de que sean los bancos quienes realicen el esfuerzo necesario o atenúen su extraordinaria rentabilidad”.
De inmediato propone sustituir el artículo 16 de la ley de tarjetas, que fija hoy que el interés compensatorio o financiero “que el emisor aplique al titular no podrá superar en más del veinticinco por ciento (25%) a la tasa que el emisor aplique a las operaciones de préstamos personales”, por otro límite que “no podrá exceder la tasa de referencia que establezca el Banco Central”, la que desde hoy cae al 40% anual.
Al mismo tiempo, dispone que la entidad emisora “deberá obligatoriamente exhibir al público en todos los locales la tasa de financiación aplicada al sistema de tarjeta de crédito”.
La iniciativa, cuando ya era público que el BCRA se aprestaba a aplicar un tope (que finalmente dispuso en el 55% anual, es decir, 15 puntos por encima de lo que propone el núcleo duro del oficialismo), pareció destinada a marcar nuevas diferencias con las decisiones del Gobierno.
De hecho, el propio Parrilli se encargó de difundirla en una entrevista radial en la que habló de “ponerles un límite” a los bancos y no dejar que sigan aplicando tasas “de usura” casi con el mismo énfasis que usó en 1992 para defender en el Congreso la privatización de YPF. (La Nación)
