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La suspensión de clases afectará con más fuerza al 40% de los estudiantes

Es por el desequilibrio de conectividad, equipamiento y contenidos virtuales que se registra entre la gestión pública y la privada

Por: María Elena Polack

El nuevo coronavirus expondrá la grieta educativa de la Argentina. Casi el 40% de los estudiantes de los niveles primario y secundario del país quedarán en desigualdad de condiciones para avanzar en el aprendizaje fuera de las aulas durante 10 días hábiles en tiempos de restricciones por la pandemia.

Buena parte de las escuelas y de los estudiantes de los niveles primario y secundario tienen problemas severos de conectividad, de equipamiento y de contenidos virtuales. Así lo señalan expertos tanto en pedagogía como en desarrollos tecnológicos educativos consultados especialmente ayer por LA NACION.

Ese desbalance entre quienes podrán seguir desde sus hogares contenidos educativos se percibirá más en las instituciones de gestión pública que en las de gestión privada. Y será la segunda vez en este siglo, y por la segunda pandemia que afecta al país, que se vivirá un panorama similar. En 2009, la gripe A H1N1 también obligó a suspender las clases por dos semanas, pero a fines de las vacaciones de invierno.

Hace ya casi 11 años, también la decisión oficial se tomó de forma apresurada y la reacción más rápida para evitar que se ralentizara el ciclo lectivo la tuvo el sector privado.

“Dentro del 60% que sí podría [mantener de forma remota la enseñanza], porque están dadas las condiciones de conectividad y equipamiento, no existen, en la mayoría de las escuelas, propuestas curriculares adaptadas ni prácticas docentes habituadas al trabajo no presencial. Son solo un puñado, muy pocas las instituciones [privadas] que podrían migrar sus clases a versiones virtuales de inmediato”, sostuvo ayer Claudia Romero, profesora e investigadora del Área de Educación de la Universidad Torcuato Di Tella.

“Faltan producciones de contenidos, materiales digitalizados, videoclases para complementar conocimientos. Los docentes de las escuelas primarias y secundarias están menos familiarizados con la educación a distancia”, sumó Horacio Massacesi, fundador de Educativa, empresa pionera en e-learning y coordinador de Contenidos Educativos de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario.

Aunque no hay cifras oficiales sobre conectividad a nivel nacional, se sabe que es más amplia en los grandes centros urbanos del país y más deficiente en las áreas rurales y en provincias norteñas y patagónicas. Por ese motivo, el secretario general de la Unión Docentes Argentinos, Sergio Romero, planteó que en estos tiempos en que no habrá actividad áulica no solo se podrían manejar los contenidos curriculares por medios digitales, sino también “por cuadernillos”.

Sin embargo, Romero advirtió que “habría que repartirlos antes de que se dicte la cuarentena”, lo que ya no será posible porque la suspensión de clases comenzará hoy y se extenderá por 10 días efectivos, ya que el 23 y el 24 serán feriados nacionales.

“Como es algo muy dinámico”, según admitió anoche el presidente Alberto Fernández, no pudo confirmar si con estos 10 días sin concurrencia al aula alcanzará para frenar el nuevo virus. Tampoco hizo ninguna reflexión sobre cómo se recuperarán esos días fuera del aula para cumplir con los 180 previstos de ciclo lectivo, ya que no en todos los niveles se podrán mantener los niveles curriculares.

Anteanoche, la Universidad de Buenos Aires (UBA) fue la primera en anunciar la suspensión de las actividades presenciales, lo que fue seguido por gran cantidad de casas de altos estudios. Pero la medida, en ese nivel, será distinta porque buena parte ya cuenta con plataformas y sistemas de aprendizaje a distancia. Muchas instituciones tienen “webcampus”, que permiten conectarse con sus profesores, tutores y materiales para seguir de forma remoto la cursada de sus materias.

Cuando LA NACION, en su edición de ayer, anticipó la medida que iba a tomar el Gobierno, fuentes de la cartera de Educación admitían la posibilidad no solo de fortalecer las plataformas digitales existentes, sino también de recurrir a la televisión pública para difundir contenidos pedagógicos.

Para Claudia Romero, por ejemplo podría utilizarse “el sistema de radio y televisión pública como potentes herramientas para la educación a distancia, distribuidos de una manera mucho más igualitaria que internet”.

“No hay redes ni conectividad que aguanten para hacer en sincronismo. Sí se puede replicar la metodología de educación a distancia. Te doy el material, lo descargás, hacés la tarea. Te comunicás con un docente, corregís y seguís aprendiendo”, ejemplificó Massacesi.

Además, todos coinciden en un interrogante central que aún no tiene respuesta: cómo mantener la rutina escolar en aislamiento, especialmente para los chicos que recién comenzaron primer grado. (La Nación)

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