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Actualización epidemiológica de Santa Cruz

Coronavirus hoy: la OMS advierte que hay países que no se toman en serio la epidemia y ya son casi 100.000 los contagios

14:15 – Santa Cruz tiene un caso positivo de Coronavirus (COVID-19). Se trata de un paciente varón de 77 años que se encuentra cumpliendo aislamiento hace 8 días semana en el Hospital SAMIC (El Calafate). El resultado positivo fue confirmado por el Instituto Malbrán.

Se esperan los resultados de dos casos más.

La provincia de Santa Cruz hasta el momento (12:00HS DEL 18/03/20) tiene un total de 280 personas que se encuentran en aislamiento por recomendación de autoridades sanitarias.

Recordamos que estas cifras son las registradas por el Sistema de Salud, y no incluyen los aislamientos sociales voluntarios.

Es importante señalar que se encuentran en aislamiento quienes presentan nexo epidemiológico, es decir que estuvieron en alguno de los países con circulación del virus. Se trata de una medida netamente preventiva ya que en la mayoría de los casos, no presentan síntomas.

Casos de aislamiento preventivo:  

Zona norte: 

Caleta Olivia: 10 casos

Jaramillo: 1 caso

Perito Moreno: 23 casos

Pico Truncado: 27 casos

Las Heras: 12 casos

Los Antiguos: 5 casos

Puerto Deseado: 6 casos

Bajo Caracoles: 3 casos

Lago Posadas: 2 casos asintomáticos cumplen el aislamiento social

Zona Centro: 

Gobernador Gregores: 28 casos

Puerto Santa Cruz: 4 casos

San Julián: 35 casos mientras que Piedra Buena no registra hasta el momento personas en aislamiento

Zona Sur: 

Río Gallegos: 59 casos

El Chaltén: 38 casos

El Calafate: 4 casos

Río Turbio: 20 casos

28 de Noviembre: 4 casos

(Agencia OPI Santa Cruz)

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2 COMENTARIOS

  1. Mientra el supuesto centro mismo del origen de la pandemia de este nuevo coronavirus, 2019-nCoV, la ciudad de Wuhan en China, sigue figurando extráñamente en los mapas interactivos con cero (0) casos, ver el mejor informado de la Universidad Johns Hopkins; en Argentina y Santa Cruz le saltaron los fusibles a todos hace solo pocos días.
    Esto empezó allá por fines de 2.019, no se sabe bien si en Noviembre o Diciembre, o a principios de Enero de 2.020; pero lo cierto es que durante 60 días la inmensa mayoría se la pasó haciendo solo mediciones y confusos discursos entre “el que sí” y “el que no”, con temerosa urgencia alguien vió a principios de Marzo que se les venía la ola encima y dieron vuelta 180º, pero aún manteniendo ese “Mmm… no se si preocuparme o no”.
    Hoy 18/3 está todo el mundo escandalizado, y el mapa incluido en esta página resume el hábito argentino del “todo a última hora”.
    Medidas de restricción y megáfonos en la calle para que cada uno se quede en su casa, está bien, suspensiones y toda la lista de medidas igual; pero!… siempre tengo uno, y pido disculpas de antemano.
    Pero!… no basta, Patagonia en general y Santa Cruz en particular han sido estos últimos 3 meses tránsito de toda la gama de viajeros que cualquiera pudiera suponer, inclusive hasta aquellos orientales con pasaporte del país del Norte que intencionalmente omitieron la cuarentena.
    Chile ya se militarizó hasta sus confines, acá al lado nomas; las otras provincias patagónicas cerraron la tranquera, uno mira los puntitos rojos en el mapa de arriba y se pregunta ¿Dónde se verificará el próximo caso positivo?, venga!… hay detecciones en todos los Departamentos.
    Es cierto que las familias tienen que ir a comprar comida, medicamentos, pagar sus deudas, ir al médico por otras razones; así este proceso de aislamiento tardío es efectivo para que no se siga propagando el virus; pero ¿Cuál es la valoración de potencial contagio de esas 280 (¡o más!) personas en aislamiento?, ¿Se pudo detectar los vínculos individuales de cada uno de ellos para hacer una doble prevención de seguimiento?, pregunto porque cada portador genera un progresión geométrica de contagio, ¿Se tienen esos datos?.
    Lo cierto es que todo el territorio provincial está comprometido y las autoridades deberían ir pensando en tomar medidas un poco más de fondo, no vaya a ser cosa que nos demos cuenta tarde… de nuevo.
    La cadena se supermercados nativa de la Patagonia por excelencia, centenaria y consistente en sus precios con las variables evolutivas de la imparable inflación nacional; no la del INDEC que no existe más que en la fantasía de los algoritmos técnico estadísticos, sinó la verdadera que es la que nos ha vaciado los bolsillos a todos por todos los medios posibles.
    Decía, esta cadena de supermercados aún las quejas y disgusto de sus habituales clientes, o sea todos nosotros, ya la vé venir fea, pero muy fea, y tomó las medidas del caso: ingreso controlado por conteo de clientes con largas colas a la ¡intemperie!, así es la vida; restricciones de compra de algunos productos por cantidad, supongo que previendo un desabastecimiento generalizado, por ejemplo la lavandina, el azucar y los jabones a 2 unidades por persona; y estrictas limitaciones internas de tránsito, ¡a un metro mi amigo! y como aquel sketch de Gasalla “atrás de la línea”.
    Ausencia absoluta de alcohol en gel, desinfectantes en aerosol, alcohol líquido; y en los productos restringidos a 2 unidades, solo una o un par de variedades del mismo producto, cualquiera puede ver los sensibles espacios vacíos en las estanterias, o rellenados con otros productos diferentes donde hasta hace unos días uno podía encontrarse con una gran diversidad.
    La pregunta ¿Esto nos anuncia desabastecimiento generalizado en los diferentes puntos de venta de toda la gama comercial de Santa Cruz?, ¿Es para evitar el acaparamiento? y si es para esto ¿Quiere decir que la cadena de producción, distribución y comercialización nacional está en peligro y nadie dice una palabra?.
    Cierto que las prácticas comerciales fluctuan con los hechos de la vida cotidiana, y no es un secreto que el precio de los elementos de la canasta familiar son el caballito de batalla de quienes hacen normalmente “un restito” a costillas de los problemas ocasionales de la sociedad, y no estoy culpando a alguien pero es la realidad argentina.
    Quien siga los precios de productos se va a dar cuenta que cualquiera de ellos, entre supermercados, almacenes de barrio, kioscos y tiendas de 24 horas un mismo producto puede variar en un 300% y más aún; y tenemos la experiencia aquí en el sur en épocas de crisis: la guerra, la ceniza volcánica, las nevadas, la hiperinflación, etc., donde el gobierno habitualmente estuvo ausente, y los comerciantes de todas las medidas la jugaron calladitos.
    Claro que uno puede no comprar si no le gusta el precio, pero esa obligación de ejercer los propios derechos constitucionales muchas veces se puede ver un poco empañada cuando el cliente, o sea el ciudadano, se encuentra a la buena de Dios frente a las góndolas; y para nada la Ley de Góndolas sirve para algo práctico aunque le digan que sí, en estos casos extremos claro está.
    ¿Habremos de pasar por los mismos caminos una vez más?, ¿Nos habrán de “vacunar” con los alimentos como nos “vacunaron” los últimos 4 años con tasas usurarias del 140% para la tarjetas en los bancos, hasta que alguien decidió desde el gobierno bajarlas de un plumazo al 55%?, ¿Conseguiremos acá en el c*lo del mundo la lavandina prometida a $ 41 en todos lados?, y no pregunto más.
    Las medidas tomadas por la cadena de supermercados patagónica son extremas, en las décadas que tengo la sucursal enfrente a mi casa nunca había visto algo ni parecido; tal vez en un deja vu prometido para alguien de las autoridades provinciales y municipales de los tres poderes, que vaya a comprar al supermercado, y se pueda dar cuenta que las medidas actuales no bastan.
    Ejemplos: aún permanecen “abiertos” los aguantaderos nocturnos de la Laguna Ortíz, aún en las farmacias los clientes se agolpan de a 40 y 50 personas en donde “el metro” de distancia es una utopia, aún los cajeros de los bancos se limpian solo una vez por día, aún hay quienes se burlan de la pandemia a través de las redes sociales, aún… mire su barrio por favor e informe!.
    Entre el flaco que sale fumando del kiosco, tira el envoltorio de celofan al piso y manda un ruidoso escupitajo a la vereda; y las calles militarizadas y bajo toque de queda como en muchos países hoy mismo; estamos Ud. y yo, y atrás nuestro nuestra familia y amigos.
    Responsabilidad!, oportunidad!, Seriedad! y Coherencia con la realidad!; porque aún un severo brote pandémico en Santa Cruz no va a impedir que la gente se movilice, pues la comida no crece en las heladeras, ni los remedios en los botiquines.
    Aquí está la prueba de fuego para el Estado, donde el virus es el riesgo y el punto de variabilidad somos cada uno de los ciudadanos; deme hasta el próximo invierno que está acá nomás y después le cuento!.

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