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La tendencia prokirchnerista que esconde la enciclopedia virtual

Por: Pablo Fernández Blanco

Google encendió la mecha al sumarle a la vicepresidenta Cristina Kirchner un nuevo cargo el domingo pasado: Ladrona de la Nación, la definió. Aunque el título fue válido sólo en el mundo digital por unas horas -el buscador debió dar explicaciones y corregir-, abrió la polémica sobre el relato político en Internet.

El terreno de las computadoras está más moldeado por las personas de lo que parece a simple vista. En Wikipedia, la enciclopedia colaborativa y destino obligado de casi todas las búsquedas de información, el tratamiento que se le da a las figuras del macrismo y del kirchnerismo es muy distinto. Algunos parecen próceres y otros, traidores a la Patria.

El caso de Cristina Kirchner es uno de los más evidentes. Las casi 18.000 palabras que componen su perfil construyen un relato que exalta las medidas consideradas positivas por una parte de la población, pero esconden los puntos oscuros de sus gestiones.

Wikipedia se define en sus propias páginas como “una enciclopedia libre en línea que cualquiera puede editar”, algo que forma parte del problema. “Como cualquiera puede editar cualquier artículo, es por supuesto posible que haya artículos parciales, desactualizados, o con información Wikipedia se define en sus propias páginas como “una enciclopedia libre en línea que cualquiera puede editar”, algo que forma parte del problema. “Como cualquiera puede editar cualquier artículo, es por supuesto posible que haya artículos parciales, desactualizados, o con información Fuente: Archivo

En el área científica, Wikipedia rescata la construcción de satélites y la instalación en Tierra del Fuego de fábricas de celulares. Pero calla que hacia el final del kirchnerismo era casi imposible completar una llamada móvil sin que se cortara.

En materia económica, defiende la estatización de Aerolíneas Argentinas, aunque no hace referencias al incremento de subsidios por parte del Estado, y sostiene que tuvo un aumento sostenido en el gasto público con fines redistributivos (no hay referencia a los desequilibrios fiscales), con mayor actividad industrial. Pero no hay una sola palabra referida al aumento de la inflación del kirchnerismo en el texto principal (apenas se menciona como reclamo de manifestaciones en contra) y habla de la intervención del Indec como “supuesta”.

Para enterarse de los crecientes cortes de luz en verano, la caída de la producción primaria de petróleo, gas y productos del campo, la falta de combustibles, al menos hasta 2012, y la pérdida de reservas del Banco Central habrá que buscar en otro lado.

Con Macri las cosas parecen más claras y concretas, en especial, lo malo. Está definido en su perfil enciclopédico como quien aumentó la presión tributaria. Es al menos curioso porque Cambiemos destaca entre sus pocos éxitos económicos el hecho de haber intentado una reforma impositiva para sacarle presión al sector privado por primera vez en mucho tiempo. Sostiene que entre 2016 y 2019 los impuestos bajaron a razón de 3 puntos del PBI.

Wikipedia también lo señala como el responsable de duplicar las retenciones (una de las primeras medidas fue bajarlas, aunque hacia el final de la gestión volvió a subir las alícuotas) y pagarles la deuda a los “fondos buitres”. Esta última definición se complementa con otra que está en el perfil de Cristina Kirchner, donde se habla de que “algunos” sostenían que el país estaba en default en 2015. Las curiosidades llegan hasta Nueva York: el juez Thomas Griesa estuvo entre esos “algunos” y obligó al país a pagar una suma millonaria que se desembolsó en la gestión de Macri. Recién allí salió de la cesación de pagos, un riesgo que lo vuelve a amenazar.

En cambio, a la denominada Reparación Histórica a los jubilados por la incorrecta liquidación de sus haberes en el kirchnerismo se le dedica el mismo espacio que cuesta ponerle un título al episodio. El perfil de Macri también apunta que hizo el mayor blanqueo de capitales de la historia argentina (el kirchnerismo también lo intentó, aunque apenas hay una referencia con sesgo positivo), aumentó tarifas y endeudó al país.

No hay referencias al plan de obra pública, el aumento en la producción primaria, las mejoras en la prestación de servicios públicos y la despapelización del Estado mediante la digitalización de la burocracia y el sinceramiento del las estadísticas, algo reconocido de manera indirecta por el presidente Alberto Fernández. Tampoco a la mejora paulatina en los servicios públicos o el desarrollo de las energías renovables. Mejor explicados están la marcha de la actividad económica, la inflación y el aumento de la pobreza.

Las tendencias wikipedistas que arrancan con Cristina Kirchner y Mauricio Macri delinean el aura enciclopédica de sus funcionarios. Por ejemplo, el extitular de la ANSES en la gestión de Cambiemos, Emilio Basavilbaso, es casi un demonio. Se lo señala como quien habilitó juicios contra el Estado, hizo contrataciones fuera de lugar y fue responsable de una gran pérdida para el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), la herramienta que administra los fondos de los jubilados. Casi no hay menciones a la Reparación Histórica ni al aumento del gasto social, que en gran medida salió de sus arcas.

En cambio, Alejandro Vanoli, su sucesor, parece una colección de buenas decisiones que incluyen el estímulo al crédito, la implementación del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y la billetera virtual. Sólo hay una mención escueta y en términos edulcorados a la interna que lo condujo fuera del Gobierno y le dejó su sillón a Fernanda Raverta. Mucho menos al viernes negro en el que miles de jubilados y titulares de asignaciones colmaron los bancos e interrumpieron de hecho la cuarentena contra el coronavirus. A diferencia de Wikipedia, el hecho gravitó en la Casa Rosada y apuntaló su destitución.

Qué hay detrás de las inconsistencias

Wikipedia se define en sus propias páginas como “una enciclopedia libre en línea que cualquiera puede editar”, algo que forma parte del problema. La propia entidad les da a los usuarios “una cierta libertad” y “como cualquiera puede editar cualquier artículo, es por supuesto posible que haya artículos parciales, desactualizados, o con información incorrecta”. Sin embargo, como “hay mucha gente leyendo los artículos y monitorizando las contribuciones”, la información incorrecta normalmente “se corrige con rapidez”.

En la práctica, al menos en ciertos casos, la afirmación anterior no se corrobora. Una nota de Clarín publicada en noviembre del año pasado daba cuenta de las diferencias de tratamiento en los casos de la ahora vicepresidenta y Macri. También mencionaba sesgos en los casos de Santiago Maldonado y las referencias a periodistas como Luis Majul y Víctor Hugo Morales.

Hasta ayer había 5.836.348 de wikipedistas. Sus páginas parecen mostrar que quienes apoyan a Cristina Kirchner están entre los más activos. (La Nación)

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