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Alberto Fernández le hizo un guiño al interior en su primera gira de la cuarentena

Alberto Fernández le hizo un guiño al interior en su primera gira de la cuarentena

Buscó mostrar cierta apertura económica donde hay pocos contagios, en contraste con el crecimiento del virus en Capital y el Gran Buenos Aires. Se mostró con sus aliados Manzur y Zamora.

Desde el helicóptero, Alberto Fernández vio las barriadas que rodean Santiago del Estero y destacó que, a pesar de casi no tener casos, en la provincia la cuarentena se mantiene estricta.

El presidente, que el sábado anunciará la continuidad del aislamiento hasta el 7 de junio, preguntó cómo lo lograba y admitió que en Capital Federal y el conurbano eso no ocurre.

– Mucho control -se autoelogió Gerardo Zamora, que aplica mano dura de la cuarentena: desde que arrancó aisló dos pueblos donde hubo casos positivos.

Fernández hizo, luego, una mención: “Si el Estado está presente donde hay alguien con síntomas y lo aísla para atenderlo, la posibilidad de que la pandemia se desarrolle es menor”.

El santiagueño parece sintetizar el Frente de Todos: fue uno de los primeros soportes de Fernández y su esposa, Claudia Abdala es segunda en la línea de sucesión, y en el Senado opera como muletto de Cristina Kirchner.

Quizá por eso, el presidente eligió Santiago del Estero como el destino de su primer viaje al interior desde que estalló, a principios de marzo, la pandemia.

El otro destino fue Tucumán, dominio de Juan Manzur, un peronista que tejió en el armado del PJ para que otros gobernadores salgan, el sábado del 18 de mayo que se anunció su postulación, a respaldar a Fernández.

Lejos del ruido de Capital Federal y el Conurbano, epicentro de la pandemia que ayer sumaron más de 600 casos, Fernández eligió dos provincias “amigas” para salir por un rato del modo sanitario y mostrar un perfil productivo.

La visita estuvo cruzada por otro factor: la situación de la deuda. “Estamos en default desde hace meses, desde antes de diciembre. Pero lo ocultan” dijo el Presidente y, en la práctica, confirmó que no pagará los 503 millones de dólares que vencen este viernes.

Fernández repite la tesis de que Argentina entró en default “virtual” cuando Hernán Lacunza, ministro de Economía de Mauricio Macri, “repertiló” el pago de letras y comenzó una renegociación con el FMI.

“Leo en los diarios que corremos peligro de caer en default mañana. Y yo me pregunto: ¿porqué mienten así?, si estamos en default desde hace meses, desde antes de diciembre, solo que no lo escriben, lo ocultan” cuestionó.

En Santiago del Estero, Fernández visitó una fábrica y participó del reinicio de obras públicas que formaban parte del plan Belgrano pero que nunca tuvieron fondos nacionales.

El formato de recorrida lo repitió luego en Tucumán donde lo recibió Juan Manzur, otro gobernador peronista que tejió el armado entre los jefes del PJ para respaldar a Fernández.

Formó parte de un ensayo para salir del modo sanitarista y volver a hablar de economía y producción. Por eso, la semana pasada, Julio Vitobello se puso a armar viajes con “agenda productiva”.

De hecho, subió a la gira a Gabriel Katopodis, ministro de Obras Públicas, y en el discurso que dio junto a Zamora lo mencionó en un párrafo que anudó deuda, pandemia y economía.

“No vamos a asumir compromisos con nuestra deuda que posterguen lo que todos los argentinos que están encerrados en sus casas esperan: que es salir, producir y hacer crecer la argentina”, apuntó.

Mientras estaba en Tucumán, donde recorrió una planta de Scania, trascendió el informe epidemiológico del día con el nuevo récord de 648 confirmados.

“Queda en manos de cada gobernador qué se puede abrir y qué no. Estoy muy contento porque los gobernadores han actuado con mucha responsabilidad, aseguró.

En las últimas horas, ajustó con el ministro de Economía Martín Guzmán los próximos pasos: a pesar del default de hecho, le ofrecerá un “pacto de confidencialidad” a los bonistas en torno a las negociaciones y el eventual acuerdo.

En lo formal, a pesar de no pagar los títulos que la gestión Macri emitió en abril de 2016 para pagarle a los fondos buitres que habían quedado fuera de los canjes de 2005 y 2010, Fernández instruyó a Guzmán para seguir negociando “de buena fe” y, además, de manera reservada.

Esas gestiones están en marcha: hubo ofertas y contraofertas entre los representantes de los bonistas y el gobierno luego de que fue muy baja la aceptación el 8 de mayo.

El otro renglón, más político, consiste en plantear que el país tiene voluntad de pago y de acuerdo -“quiero que el mundo nos vea como un país honorable que cumple sus compromisos”, dijo- y que el default no es motivo de festejo.

Remite al episodio del 2001 cuando, durante su interinato presidencial, Adolfo Rodríguez Saá declaró un default desde el Congreso que fue aplaudido y celebrado. “Queremos pagar”, es el mensaje que manda el presidente.

“Fue el compromiso que asumí en mi campaña y yo la palabra la cumplo” dijo Fernández que, por otro lado, confirmó que se extenderá la cuarentena a partir del domingo. (Clarín)

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