Por: Laura Serra
Después de un mes de haber sido designado en su cargo por la Cámara de Diputados, Miguel Pichetto finalmente prestará juramento hoy como auditor en la Auditoría General de la Nación (AGN). El escenario no será el recinto sino el Salón de Honor, en un acto presidido por el presidente del cuerpo, Sergio Massa.
Pichetto asumirá como tercer auditor de la oposición en representación de Juntos por el Cambio. La AGN, presidida por el radical Jesús Rodríguez, está conformada por siete miembros, de los cuales cuatro pertenecen al oficialismo.
En inferioridad numérica, los auditores de Juntos por el Cambio insistieron la semana pasada -sin éxito- en iniciar cuanto antes los informes de control sobre los gastos presupuestarios que genera la pandemia, máxime desde que se revelaron supuestos sobreprecios en la compra de alimentos e insumos médicos. Sin embargo, en la última reunión del colegio de auditores la mayoría oficialista rechazó la propuesta opositora con el argumento de que los controles de la AGN son ex post, es decir, una vez concluido el ejercicio y no tiene competencia para auditar en tiempo real.
Rodríguez anticipó que la oposición volverá a la carga con el reclamo al enfatizar que, en este marco de pandemia de coronavirus los gastos públicos “deben ser controlados” y dijo tener “esperanzas de persuadir al resto de los auditores sobre que este camino es necesario”.
La primera medida de Pichetto
Pichetto coincidió. “Si yo hubiese participado de la última reunión de auditores habría acompañado la propuesta de Rodríguez y de Alejandro Nieva. No es la primera vez que la Auditoría realiza informes de control en el mismo año de la ejecución presupuestaria”, sostuvo.
“Yo confío en que encontremos el procedimiento para poder cumplir con nuestra misión constitucional”, dijo Rodríguez, quien indicó que la fundación Poder Ciudadano elaboró una base de datos sobre las contrataciones realizadas durante la pandemia que reveló que sólo en el 20 por ciento de las compras por motivo de la emergencia del Covid-19 se ha recurrido a licitaciones públicas.
“Tengo esperanzas de persuadir al resto de los auditores sobre que este camino es necesario y corresponde con el trabajo de la auditoría”, concluyó Rodríguez. (La Nación)
