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Con gastos en alza e ingresos en baja, el mes cerró con un rojo fiscal de $253.706 millones

El ministro de Economía, Martín Guzmán - Foto: Telam

Por: Esteban Lafuente

Las consecuencias de la pandemia del coronavirus, las medidas de aislamiento y la recesión económica siguen mostrando sus efectos en los números fiscales. En junio, los gastos del sector público crecieron un 78% en términos nominales, impulsados por mayores prestaciones sociales, subsidios económicos y transferencias a provincias, mientras que los ingresos tuvieron una caída real (subieron 7,8% en términos nominales), afectados por una menor recaudación tributaria.

En ese escenario, el balance fiscal del mes cerró con un déficit primario de $253.706 millones, de acuerdo con los números presentados hoy por el Ministerio de Economía. Si se toma el tipo de cambio mayorista oficial promedio del mes, ese monto equivale a poco más de US$3500 millones.

Los números reflejan cómo el impacto de la pandemia profundizó el desequilibrio fiscal, dado el incremento en el gasto al que debió acudir el Estado para paliar los efectos económicos y sociales del coronavirus y la recesión.

Según los datos del Ministerio de Economía, el déficit en junio llegó a $253.706 millones Según los datos del Ministerio de Economía, el déficit en junio llegó a $253.706 millones

Según los datos oficiales, el gasto ascendió a $656.605 millones en el mes. Dentro de ese apartado, se destacan los crecimientos nominales del 88% en las prestaciones sociales (planes y asignaciones, IFE, jubilaciones, entre otros), que totalizaron $462.829 millones; y del 89,2% en los subsidios económicos, producto del congelamiento de las tarifas de energía y el transporte que comenzaron en 2019 y la actual gestión extendió.

También se incrementaron las transferencias a las provincias, que totalizaron $18.031 millones en el mes (+274,9%), producto de la asistencia a los gobernadores que vieron también un desplome en su recaudación por el impacto de la recesión.

En tanto, los gastos de funcionamiento cayeron en términos reales (subieron un 13% en términos nominales) y totalizaron $18.031 millones, mientras que las transferencias se mantuvieron en términos reales (el alza es del 46,8%, apenas por encima de la inflación) y llegaron a $15.641 millones.

Mientras tanto, el mes también tuvo un recorte en los gastos de capital, aunque representan una parte menor del gasto mensual. Según los datos oficiales, tuvieron una caída nominal del 25,9% y llegaron a $155.660 millones, con bajas en obras de vivienda (76,6%), energía (74,6%), transporte (30,8%), agua potable (9,6%) y educación (6,5%).

Mientras tanto, los ingresos en el mes llegaron a $402.988 millones, con una caída en términos reales que reflejan la profunda recesión que atraviesa la economía. Según los datos de Economía, los ingresos tributarios totalizaron $365.672 millones, con una suba nominal del 26%.

En el mes, en tanto, hubo $34.859 millones correspondiente al pago de intereses de la deuda, más allá de que el Gobierno mantiene negociaciones activas para su reestructuración y que los bonos en dólares bajo legislación fueron reperfilados por decreto hasta fin de este año. De esta forma, el resultado financiero en el mes arroja un déficit de $288.565 millones. (La Nación)

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