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El gobierno nacional apura la censura de los medios, el control público de la opinión y el ataque frontal a la libertad de prensa

Sesión Remota en el recinto del Senado de la Nación, el 4 de Junio de 2020, en Buenos Aires, Argentina - Foto: Comunicación Senado

(Por: Rubén Lasagno) – Tal como trascendió a nivel nacional, el kirchnerismo creó un nuevo organismo para realizar desde allí todo tipo de supervisión, control y seguimiento de contenidos periodísticos y manifestaciones en redes sociales, con el fin de determinar unilateralmente la valides o no del mensaje, establecer si se ha formado en un sustento legal o ilegal (según su entender) y actuar en consecuencia. 

Este cepo informativo, no es más que aquel Ministerio de la Verdad con el que soñó Dady Brieva, bajo la máscara del título “NODIO” (Observatorio de la Desinformación y la Violencia Simbólica en Medios y Plataformas Digitales), tal como lo reveló ayer Infobae y que hoy el periodista Marcelo Longobardi calificó como “La Gestapo informativa del gobierno de Alberto Fernández”, alguien que se ufanó de llegar para sostener las libertades; tal vez fue malinterpretado y hablaba de las libertades de delincuentes propios: De Vido, Boudou, Lázaro, López, De Suousa,etc.

La responsable de este engendro chavista es Miriam Lewin, la misma que alguna vez fue periodista y decía luchar contra el derecho de informar con libertad. Ahora es el artífice del lanzamiento del NODIO, sus fundamentos son “ trabajar en la detección, verificación, identificación y desarticulación de las estrategias argumentativas de noticias maliciosas y la identificación de sus operaciones de difusión”, tal su propia definición en el sitio oficial.

Según Lewin, titular de la Defensoría del Público, dijo que NODIO es la respuesta a la preocupación de las audiencias “por la circulación de mensajes cargados de violencia y desinformación en redes sociales y en medios”, se supone que la “funcionaria” deja afuera a la Tv Pública, C5N, Crónica y diversos canales y radios, verdaderas usinas de desinformación y ataques a la prensa y a opositores políticos de los Fernández-Fernández.

El objetivo supremo de Lewin es “proteger a la ciudadanía de las noticias falsas, maliciosas y falaces”, a través de este organismo de censura, lo cual dice que asume

el compromiso democrático de contribuir a la “búsqueda de un periodismo de alta calidad”, al “fortalecimiento de las audiencias críticas” y al “fomento del debate sobre los aspectos éticos del ejercicio de la libertad de expresión en internet”, señalando que “Internet potenció la libertad de expresión ciudadana”, pero a continuación hacen los posible desde el gobierno nacional, para anular la herramienta.

También el NODIO interpreta que debe velar por la gente, por cuanto a criterio del gobierno internet “también contribuyó a la propagación y viralización de desinformación o información maliciosa, fomentada por las lógicas de funcionamiento de las redes digitales, lo que representa un problema para el desarrollo de la vida democrática”. Claro, Lewin y Cia descarta que parte de esa información falsa que corre en las redes, es propiamente de ellos.

Glenn Postolski, Director General de Planificación Estratégica e Investigación de la Defensoría del Público, dijo: “Lo importante es que desde el observatorio produzcamos un conocimiento útil para construir un debate democrático plural y más robusto”, como una rara forma de ver la realidad con un solo ojo. Cualquiera de nosotros podemos pensar exactamente al revés y creer que lo que se trata, en realidad, es suprimir el debate público, democrático y plural.

Silvana Giudici, presidenta de la Fundación LED, dijo en infobae “Esto es el primer paso hacia una cosa más grave. Es como un primer paso hacia un ministerio de la verdad. Se confunde el rol que el Estado tiene que tener sobre la libertad de expresión y se intenta desde un organismo estatal decidir qué información es maliciosa o qué información verdadera o falsa. Y esto significa una injerencia directa sobre principios constitucionales, como el del artículo 14 ó el 32 que claramente dicen que el Estado no puede intervenir sobre la libertad de prensa”.

“En un tiempo de aislamiento, en el que medios y redes son nuestra ventana al mundo, la difusión de mensajes favorables a la dictadura cívico militar, misóginos, sexistas, racistas, xenófobos, homofóbicos intoxican el debate democrático y refuerzan opiniones que promueven la polarización, cancelan la diversidad y pueden conducir, incluso, a la violencia física”, dijo Miriam Lewin.

También nos intoxican las noticias de Cristina Fernández tratando de ganar impunidad, del gobierno no pudiendo manejar la pandemia, la economía, la seguridad, nos intoxican las operaciones de prensa de C5N y los periodistas pagos con dineros públicos; nos intoxican las operaciones judiciales, el intento por destruir la Corte Suprema de Justicia y nos intoxica la corrupción desplegada desde el primer momento de este gobierno, cuando comenzó la pandemia y largaron compras masivas (como hasta hoy) con insumos sobrefacturados hasta 4 veces más. Pedimos un NODIO para todo eso, pero claramente, no es el objetivo de Lewin a quien el Tigre Acosta, extrañamente (o no tanto) le perdonó la vida.

Repudio de ADEPA

La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa) expresó su preocupación por la creación, por parte de un organismo oficial, de un “Observatorio de la desinformación y la violencia simbólica en medios y plataformas digitales (Nodio)”. Supuestamente, tendrá como objetivo “proteger a la ciudadanía de las noticias falsas, maliciosas y falacias.”

La iniciativa, lanzada por la Defensoría del Público a 11 años de la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, fue presentada en un panel del que participaron la defensora Miriam Lewin; el director del organismo Glenn Postolski; el psicoanalista Jorge Alemán; la diputada Florencia Saintout; la investigadora Adriana Amado Suárez; el profesor Damián Loreti, y la periodista María Seoane.

Según el organismo, el Observatorio busca generar insumos que permitan “reflexionar acerca de las prácticas responsables en búsqueda de un periodismo de alta calidad” y debatir “sobre los aspectos éticos del ejercicio de la libertad de expresión en internet”.

Como ha señalado Adepa respecto de proyectos similares que tuvieron lugar en la década pasada, la instauración de este tipo de órganos de vigilancia desde el Estado conlleva un riesgo cierto de que estos sean utilizados como método sutil de disciplinamiento o represalia por motivaciones ajenas a los principios que dicen promover. La propia conformación del panel de presentación, con la casi totalidad de sus integrantes identificados con un sector político claramente determinado, es un indicio de ello. 

Una cosa son las iniciativas provenientes de la sociedad civil para promover el análisis crítico de los contenidos que circulan en el ecosistema digital. Otra muy distinta sucede cuando este tipo de propuestas provienen de organismos públicos, que perfectamente pueden utilizar estos mecanismos de “observación” como una suerte de censura indirecta, estigmatizando opiniones diferentes y abriendo una peligrosa puerta para la consumación de conductas aun más graves, como persecuciones y criminalizaciones de la libre expresión.

Como ha sostenido Adepa, la mejor manera de combatir la desinformación y los discursos de odio es fortalecer el periodismo profesional y los contenidos de calidad, muchas veces no jerarquizados adecuadamente por redes sociales y plataformas digitales. Obviamente, nadie está exento de cometer errores, pero medios y periodistas son responsables ante sus audiencias, y judicialmente ante cualquier desvío o daño. Esta responsabilidad ulterior, prevista por nuestro ordenamiento legal y por los tratados internacionales, es la única que garantiza la libertad de expresión, según los estándares internacionales de derechos humanos. Más allá de sus objetivos declamados, que un organismo público monitoree el ejercicio de la opinión y la información en una sociedad siempre es un llamado de atención para la libertad de expresión, que es, ante todo, un derecho de la ciudadanía. (Agencia OPI Santa Cruz)

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6 COMENTARIOS

  1. Miriam Lewin, esta basura fue una de las responsables de destrozar a una persona como Beatriz Salomon , complice de Pergolini y toda esa runfla, ahora quiere dar catedra de profesionalismo y verdad.

  2. Argenzuela a full!!.. y está vieja acaso no fue la público algo privado del marido de Beatriz Salomón y jodió a toda la familia? …Caradura!! Mejor controlate tu cerebro choriplanero,!!

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