Según publica Clarín El Presidente jugó en pareja con su ministro. Y luego, hicieron un aparte sobre los temas económicos. Apoyo y temas calientes.
Por: Pablo de León
El presidente de la Nación estuvo este fin de semana en la residencia de Chapadmalal, a 429 kilómetros de distancia de la Ciudad de Buenos Aires, y desde allí participó de la cumbre del G20, foro cuyos miembros permanentes son 19 países de todos los continentes más la Unión Europea -y organismos como la ONU, el FMI y el Banco Mundial- y que es, al día de hoy, el espacio de deliberación política y económica más importante del mundo.
Alberto Ángel Fernández ocupó parte de su sábado y su domingo en participar de esta cita de modo virtual -el cónclave se efectuó en Arabia Saudita-, donde puso eje en la difícil situación que viven los países latinoamericanos por la pandemia (“nadie se salva solo en un planeta que se incendia, se inunda o se envenena”, dijo) y basó su esperanza en la pronta llegada de la vacuna contra el COVID-19, donde relató las negociaciones con diferentes países y resaltó la relación con el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, con quien Argentina avanzó en la adquisición de varios millones de Sputnik V, la vacuna de ese país.
En la residencia presidencial de Chapadmalal, Alberto estuvo acompañado de la primera dama Fabiola Yañez y por el secretario de Comunicación y Prensa Juan Pablo Biondi.
Pero también recibió al ministro de Economía, Martín Guzmán, quien participó también del G20, en la reunión de Ministros de Finanzas y Presidentes de Bancos Centrales del G20, donde habló de la negociación que el gobierno argentino lleva adelante con el Fondo Monetario Internacional: “Queremos que el programa con el FMI ayude a restablecer la estabilidad macroeconómica. Estamos en proceso de conversaciones con el Fondo para un nuevo programa y hemos estado trabajando de manera constructiva”, dijo Guzmán.
El ministro llegó junto al Presidente a la quinta de descanso presidencial el día viernes, junto al jefe de Estado quien se quedó con su comitiva hasta el domingo por la noche.
El domingo, tras la segunda participación en el G20, Alberto Fernández y Martín Guzmán jugaron al pádel. Hicieron equipo contra otros dos colaboradores del presidente. “Así me aseguro ganar”, dijo Alberto y el resultado fue 6-0/6-0/6-2.
Después del partido, se sentaron los dos en un costado de la cancha a charlar. Estuvieron casi dos horas charlando solos.
La conversación se dio en medio de las diferentes medidas económicas del gobierno, que incluyen un ajuste en las cuentas públicas: ya este mes, se dejó de implementar el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) que no llegó a concretar su cuarta versión de $10.000 pesos. Luego, con el achicamiento del programa ATP, que asistía a empresas para el pago de salarios. Y por último, la nueva fórmula de cálculo de las jubilaciones, que implicarían un ahorro del 0,5% del PBI.
En la conversación a solas, también abordaron largamente la negociación con el Fondo Monetario Internacional, acuerdo que se postergó para febrero, por elementos políticos como la asunción de Joe Biden y la designación de un nuevo jefe del Tesoro de los Estados Unidos.
Pero este largo encuentro entre ambos, sin otras presencias, significó un apoyo del Presidente a su ministro económico, en momentos de enfrentar las críticas por el ajuste y la necesidad de “empoderarlo” ante la negociación con el FMI. Alberto ya había “empoderado” a su funcionario cuando el dólar blue se desató y llegó a estar arriba de los $190. Fernández le dio la orden de accionar, corrió de la pelea a Miguel Pesce -titular del BCRA- y la moneda bajó, aunque sigue en un sube y baja inestable.
En esos días, y en paralelo, Cristina Kirchner rompía su enojo de 10 años y recibía a Martín Redrado, ex titular del Banco Central durante 6 años del kirchnerismo, para escuchar las ideas económicas del “Golden Boy”.
Este domingo, Alberto se mostró junto a su actual ministro Martín Guzmán y con un aparte, a solas de dos horas, le dio el apoyo para los desafíos que vienen, que no serán sencillos, pues los fines de año siempre generan tensiones sociales por la marcha de la economía. (Clarín)
