Paz: Rodríguez Niell
Según publica La Nación El Consejo de la Magistratura tiene 138 vacantes de jueces en su poder y, para avanzar con las designaciones, requiere aprobar las ternas de candidatos con una mayoría especial de dos tercios, que el oficialismo no alcanza por sí solo. Para eso, tejió en los últimos días alianzas con la oposición que le permitirían, en el plenario de este jueves, destrabar ocho concursos, destinados a cubrir 23 cargos, que están listos para ser aprobados.
Uno de ellos corresponde a la Cámara Federal porteña, el tribunal más sensible para el mundo de la política, el que revisa las decisiones de los doce jueces de Comodoro Py. Mañana, además, el Consejo aprobará el regreso a ese tribunal de Eduardo Farah, que durante el macrismo había acordado su salida -por traslado- después de las críticas que generó el fallo, firmado por Farah, que liberó a Cristóbal López (ver aparte).
El acuerdo sellado en las últimas horas por los consejeros le garantiza al kirchnerismo que un candidato propio ocupe otra de las sillas de esa Cámara. Si todo sale tal como se acordó, Roberto Boico, que fue abogado de Cristina Kirchner, obtendrá la aprobación del Consejo sin ningún voto en contra.
Ni siquiera el de Pablo Tonelli (Pro). “Lo voy a votar porque cuando en un concurso hay una sola vacante, es el oficialismo el que tiene la prioridad y el derecho de proponer al candidato. Boico rindió examen, quedó muy bien en la terna y no hay objeciones esenciales respecto de él”, dijo Tonelli a LA NACION.
Lo cierto es que antes de cerrar esta suerte de acuerdo global con la oposición, el kirchnerismo ya había tenido acercamientos con los jueces no oficialistas para destrabar este y otros concursos.
El de la Cámara Federal es para cubrir una sola vacante. La aspiración de la oposición es elegir a algunos de los candidatos de los concursos múltiples (los destinados a llenar más de una vacante). Es en esos donde está negociando nombres con Gerónimo Ustarroz, el representante del Poder Ejecutivo en el Consejo. La oposición dice haber acordado, por ejemplo, que elegirá a uno de los dos camaristas por nombrarse en el fuero civil y comercial federal, a uno de los tres de la cámara en lo penal económico y a dos de los cinco de la Cámara del Trabajo.
La dificultad de estos acuerdos radica en que el Consejo eleva ternas al Poder Ejecutivo y es Alberto Fernández quien tiene la lapicera para decidir, de cada terna, a qué candidato elige. Por eso, la oposición debe confiar en que el Presidente haga suyo lo acordado en el Consejo.
El compromiso de Ustarroz
“Si asumo una obligación, es de resultado. No de medios”, les dijo Ustarroz a los opositores en un Zoom, extraoficial, que tuvieron el lunes. La frase implica que Ustarroz se obliga a conseguir el resultado -que el Presidente efectivamente nombre a los candidatos acordados con la oposición- y no solo a hacer las gestiones.
Esta tarde, volverán a reunirse los consejeros de los dos grupos. Ustarroz quedó en llevar a ese encuentro la respuesta final.
Además de los concursos para la Cámara Federal porteña, la Cámara en lo Penal Económico y la Cámara en lo Civil y Comercial Federal, las negociaciones alcanzan a los concursos de la Cámara del Trabajo (para cinco vacantes), el Tribunal Oral Federal N°2 de Rosario (tres vacantes), la Cámara Comercial (una vacante), los tribunales orales federales de La Plata (seis vacantes), los tribunales orales federales de Mar del Plata (dos vacantes) y la sala Especializada en Defensa de la Competencia (tres vacantes).
El bloque kirchnerista del Consejo tiene seis votos. Además de Ustarroz, lo integran el juez Alberto Lugones, el rector de la Universidad de Lomas de Zamora, Diego Molea; los senadores Mariano Recalde y María Pilatti de Vergara, y la diputada Vanesa Siley.
Graciela Camaño los acompañó en algunas definiciones clave, como el inicio del trámite para revisar los traslados de los camaristas Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi.
Pero siete votos no le alcanzan para nombrar jueces. Necesita dos tercios de los miembros presentes del Consejo (nueve votos, si no hay ausentes).
La oposición, a diferencia del oficialismo, no funciona como un bloque monolítico. Son seis: Tonelli, la senadora Silvia Giacoppo (UCR), los jueces Ricardo Recondo y Juan Manuel Culotta, y los abogados Diego Marías (que llegó por una alianza entre Pro y la UCR) y Carlos Matterson, cercano a Daniel Angelici.
Las internas de la oposición
Este bloque crujió en los últimos días. Anteayer, en una reunión tensa, Tonelli discutió con el juez Culotta, que había manifestado su voluntad de aprobar ternas con el oficialismo. “No voy a adoptar una posición de oposición política. La idea es buscar acuerdos para que las ternas salgan. El Consejo durante mucho tiempo no funcionó y terminó con un montón de jueces subrogantes. No podemos paralizar el Consejo”, dijo Culotta a LA NACION.
Tonelli argumentó que las chances de los seis de influir en las designaciones eran mayores si actuaban juntos. El Zoom de los “no oficialistas” terminó con un acuerdo, contaron fuentes que participaron. Inmediatamente después de esa reunión, los opositores (sin Culotta) hablaron con Ustarroz y con Lugones para cerrar las negociaciones.
También sobre Recondo hubo miradas de desconfianza. “Es impensable para quien conoce mi trayectoria decir que estoy negociando el pliego de mi mujer [es camarista y, con más de 75 años, necesita un nuevo acuerdo para seguir en el cargo]. Hace dos años que está su pliego en el Senado”, dijo Recondo a LA NACION. Según él, el bloque opositor goza de buena salud: “Estamos en total armonía los seis. Tenemos el compromiso de que votamos en conjunto”.
Recondo fue el primer juez que, hace más de una década, acusó a Néstor Kirchner de querer “sojuzgar” a la Justicia. En los últimos años tejió una relación de confianza con Eduardo De Pedro y con su hermano, Gerónimo Ustarroz. Si todo sale según lo acordado, en el plenario de mañana reinará el acuerdo y no quedarán fisuras a la vista. (La Nación)