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2020 EL AÑO QUE ESTUVIMOS EN PELIGRO

(Por: Rubén Lasagno) – No soy amigo de los “balances” ni del planteo contrafáctico por el cual de haber hecho tal cosa, hubiera obtenido resultados distintos. Hay una sola realidad, como una sola vida y existe un orden natural que decide cómo, cuándo y de qué manera suceden las cosas en la finitud de nuestras vidas la cual también está regida por ese orden natural que algunos llamamos Dios, destino u otras formas autocomplacientes, para obligarnos a pensar que además de nosotros, hay alguien más que rige y decide sobre todos nosotros. Pero siempre el “factor humano” guarda su parte importante de responsabilidad en lo que nos ocurre como hombres y sociedad en la tierra.

Actualización epidemiológica de Santa Cruz a las 12 hs del 01 de abril 2020 - Foto: Telam

Si bien hay cosas inmanejables, imprevisibles y donde la decisión del ciudadano común y hasta de los gobiernos no tiene injerencia sobre la determinación de su existencia, por ejemplo el coronavirus que padecemos, hay otras situaciones en las que sí el hombre es formador de sus propios padeceres y un ejemplo claro es la política.

Un axioma dice que no se pueden lograr resultados distintos haciendo siempre lo mismo. Y políticamente parte del electorado argentino, en el año 2019, decidió volver atrás en busca de una solución social y política donde, para avanzar, eligió a las mismas personas que por 12 años destruyeron a la Argentina, la sacaron del mundo, la vaciaron de contenido y fondos y cuando en el 2015 dejaron el poder, nos abandonaron al borde del borde del precipicio. Y vino Macri, Cambiemos y una coalición que no fue lo ideal, pero en algunos aspectos fue un poco mejor. Claro, en el país de los ciegos el tuerto es rey, dicen y las libertades restituídas, la seguridad incrementada y la Argentina otra vez acompañando a países de las grandes ligas, inclusive permitieron la histórica llegada de los mandatarios más poderosos con la organización del G20, dio la sensación de que empezábamos algo; pero no alcanzó.

Y en diciembre de 2019 la mitad del 80% del padrón electoral del país, es decir, un 26% de la población  argentina (no la mitad de la población, como dicen desde el kirchnerismo), decidió reponer en el cargo a los Fernández, a Sergio Máximo y Máximo Kirchner, a pesar de todo lo actuado, sufrido y padecido en los 12 años anteriores y se abrió un nuevo ciclo del régimen que volvió por todo y en un año de gobierno ha demostrado que puede hacerlo.

Como si fuera poco, desde el inicio del 2020, se hizo presente el enemigo invisible: el Covid-19 y su campo de batalla: la pandemia y no vamos a relatar aquí lo que todos sabemos ha sucedido hasta hoy. Solo basta ver cómo está la Argentina, social, económica y políticamente, para definir al 2020 como “el año que vivimos en peligro”. El peor gobierno de la historia nacional y la peor peste de los último 80 años lograron la sinergia para hacer de nuestro país un coctel explosivo, imprevisible y casi invivible.

Resumiendo: el 2020 ha sido un año triste, de fracasos, muertes y soledad. Se va en un par de horas con la esperanza de que el 2021 pueda ser un vector que en 12 meses nos ayude a cambiar las cosas. Sin embargo, mucho de todo eso depende de todos nosotros. Y contrariamente al destino, ese poder que se define como sobrenatural inevitable e ineludible, una parte de los argentinos decidió meternos en el pasado para resolver el futuro. Y ya sea por la pandemia o por los fracasados que pusimos para fracasar de nuevo, nuestra Argentina sigue estancada, al fondo de la lista de países que muestran mejores condiciones de vida y posibilidades de ser vivible, creíble y modificable, en beneficio de sus habitantes.

Desde este espacio de opinión, investigación e información distinta, libre y soberana que fundamos en el año 2004 con el nombre de OPI Santa Cruz, brindamos por la despedida de este 2020 que tanto dolor, frustración y división trajo a nuestro país y las expectativas que abrimos a un 2021 el cual esperamos sea mejor en todos los aspectos y fundamentalmente, les permita a quienes tienen el deber de gobernarnos, encontrar en ellos la verdadera solidaridad con el pueblo y alejarse del egoísmo, la mentira, el ocultamiento y la falta de empatía que hasta el momento, lamentablemente, han demostrado, tanto a nivel nacional como provincial.

El 2021 no nos va a encontrar mejores sin volvemos a repetir la historia. Esa debe ser nuestra meta si queremos modificar nuestras vidas en comunidad. Ser consecuentes con nuestros deseos  y actuar en conjunto para modificar lo que está mal y aplaudir y defender lo que está bien; en definitiva rechazar lo que socialmente nos retrasa y aceptar y apoyar lo que nos impulsa a vivir mejor. Si logramos discernir entre estas dos opciones y elegir la del bien común, sin duda que el año que se avecina será mucho mejor para todos los argentinos, independientemente de lo que nos depare el “destino”, ese espíritu etéreo al que hacemos culpable de todo, cuando los seres humanos no sabemos o no podemos resolver nuestra existencia, tomando las decisiones correctas.

¡Bienvenido 2021!, un año en el cual ponemos todas nuestras esperanzas de vivir un poco mejor.  (Agencia OPI Santa Cruz)

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