Por: Jaime Rosemberg
Según publica La Nación “Le perdonó la vida. Pero va a seguir todo igual”, resumió una fuente diplomática que conoce a los dos protagonistas. “Felipe Solá va a seguir siendo el canciller. Y Alberto [Fernández] es así, radial”, corroboraron muy cerca el Presidente.
El confirmado desayuno a solas del sábado pasado en la quinta presidencial de Olivos sirvió para limar asperezas entre Alberto Fernández y Felipe Solá, el cuestionado canciller del Gobierno. Más allá de volver a dialogar cara a cara después de meses de trato frío y a través de intermediarios (como el jefe de gabinete, Santiago Cafiero), y de ratificar a Solá como parte de la delegación que partirá mañana a la visita de Estado a Chile, el Presidente no piensa, según cuentan a su lado, modificar su estilo para manejar las relaciones exteriores.
Un estilo que parcela y delega cuotas de poder e influencias en distintos actores diplomáticos y políticos, y que continuará sin cambios, según coincidieron fuentes de la Casa Rosada y la diplomacia argentina.
En principio, la reunión sirvió para que el Presidente “blanqueara” su enojo por la “indiscreción” de Solá al contar parte de la conversación privada entre el Presidente y el flamante inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden. También habría molestado a Fernández el áspero comunicado de la cancillería el día de la asunción del nuevo presidente norteamericano, que contenía reproches al gobierno de Donald Trump y advertencias al mandatario entrante, y que fue “suavizado” un rato después por un tuit del propio Presidente.
“Todo aclarado. Desayunaron y pusieron las cosas en su lugar. Alberto lo valora mucho (a Solá) más allá de que se haya mandado alguna macana”, resumieron sin eufemismos desde el entorno presidencial.
Por caminos paralelos a la reconciliación entre Presidente y canciller, la estratégica relación con Estados Unidos seguirá en manos de Jorge Arguello, el embajador argentino en Washington que coordina la acción de los representantes del país en los organismos internacionales (BID, FMI, OEA, Banco Mundial, ONU), y que fue de los pocos invitados presenciales a la asunción de Biden, la semana pasada.
Desde la propia Cancillería reconocen la injerencia de Arguello (viejo amigo del PJ porteño del Presidente y hábil diplomático) en las vitales relaciones con la primera potencia mundial, una sintonía que, de acentuarse, le permitiría a Fernández afianzarse también en su pretendido rol de “puente” con el gobierno de Nicolás Maduro para lograr elecciones democráticas en el país caribeño y, a la vez, el fin del embargo norteamericano a Venezuela.
Del mismo modo, el Presidente reserva para sí la relación con Rusia, hoy en la primera línea de prioridades por la gestión sobre las vacunas, y delega en sus embajadores Sabino Vaca Narvaja y Daniel Scioli los vínculos con China y Brasil, respectivamente. De la reunión del viernes entre Fernández y el secretario de Asuntos Estratégicos brasileño, Flavio Viana Rocha, participaron Scioli y Gustavo Béliz, quien ocupa el mismo cargo que el visitante. Solá no salió en esa foto, aunque se había reunido por separado con el funcionario clave del gobierno de Jair Bolsonaro.
Tensiones con otro ministro
Además de Solá, el viaje del Presidente a Chile servirá para respaldar en los hechos a otro ministro cuestionado que también tendrá sobrevida: Ginés González García, que quedó una vez más en el centro de la polémica días atrás luego de “demorar” la respuesta de su vice, Carla Vizzotti, cuestionada por sugerir cambios en el plan de vacunación, un tema por el cual la oposición viene reclamando sin éxito la presencia del ministro en el Congreso.
La visita de Estado a Chile comenzará este martes por la mañana e incluirá en la agenda oficial una reunión bilateral del Presidente con su par chileno Sebastián Piñera, visitas al Congreso y la Corte Suprema, encuentros con empresarios de ese país (reactivar el proyecto del túnel binacional Agua Negra es prioridad para el oficialismo) y una reunión adicional con integrantes de la Cepal, con sede en la capital chilena. Compartirán además la delegación el gobernador de San Juan, Sergio Uñac; la asesora presidencial Cecilia Nicolini; el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello; y el vocero presidencial, Juan Pablo Biondi. (La Nación)