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En El Calafate hacen simulación de control y el turismo es el mayor vector de contagio y proliferación del virus

El Calafate en plena temporada 2021 - Foto: OPI Santa Cruz/Francisco Muñoz
El Calafate en plena temporada 2021 – Foto: OPI Santa Cruz/Francisco Muñoz

(Por: Rubén Lasagno) – Es una hecho que la actividad turística, especialmente en El Calafate, está en crisis, pues es una localidad donde su economía no se encuentra diversificada y todo ronda alrededor de la hotelería, el transporte terrestre, los vuelos, etc  y un grupo de empresas y empresarios o han quebrado o están al borde de hacerlo, debido al corte brusco de la actividad desde el inicio del año 2020, llevando dos temporadas sin ingresos y una localidad cuyo ritmo está marcado exclusivamente por el movimiento turístico, nacional e internacional.

Ahora bien, en medio de esta crisis y la necesidad de “llamar turistas” a la hermosa localidad de los glaciares, el Intendente Javier Belloni con el consentimiento de la gobernadora, ha emitido  un parte de prensa donde explica que a todo aquel que llegue a El Calafate por motivos particulares o turísticos, “no se les exigirá aislamiento”, una medida atinada porque es lógico pensar que nadie a quien lo obliguen a estar aislado 14 días, desembarque en Calafate (o en cualquier otro lado) para hacer turismo. El único permiso que debe tramitar la/las personas que lleguen, es un formulario denominado de “Circulación aéreo/terrestre por Motivos Particulares/Turísticos” completando los campos correspondientes dentro del mismo.

Luego otorga cuatro alternativas según las personas viajen en auto o por avión, sea por un día o se vaya a alojar en algún hotel, sean de la provincia o extraprovinciales etc. En general, las variaciones son mínimas y de tipo formal, pero en ningún caso, en ninguna de las opciones y en ninguno de los requerimientos que exige El Calafate para ingresar a la ciudad, se encuentra la obligación de presentar un hisopado, hecho prácticamente de rigor para acceder a muchos lugares/localidades del territorio nacional y otro países y debería serlo en un lugar como El Calafate, preparado para recibir gente de todo el mundo.

En El Calafate se da por sentado que lo expresado por el viajero en un papel es suficiente para asegurar que quien llega no es portador del Covid. Es decir, en el afán de captar turismo, el Calafate hace una “simulación de control” de tráfico, pero en la práctica todo se resume en el llenado de un formulario y la fe ciega de que cada persona recién llegada, dice la verdad, sin temor a equivocarse.

Esta forma de reinterpretar la pandemia es sumamente peligrosa, pues se parte de una negación sustancial de que el virus se puede impedir mediante acciones burocráticas, puestas en práctica para alentar que el turismo circule y se impida a toda costa la caída de la actividad a la cual le queda escaso margen para facturar antes de la llegada del invierno.

Agotar los requisitos en (solamente) saber de dónde viene, si se va a alojar, decir en qué hotel se queda, emitir copia de la reserva, presentar una foto de la póliza de seguro Covid y decir en qué medio arriba, no es ninguna tarea de prevención efectiva del Covid. Solo se remite a una acción preventiva para establecer, mínimamente, cuál es el derrotero del turista, en caso de que se desborde un nuevo índice de contagio, debido a la circulación de personas. En la práctica no tiene ninguna efectividad preventiva del virus.

El Calafate fue una de las principales ciudades sino la principal de Santa Cruz, donde dio inicio el contagio en pandemia y eso es así por la circulación de gente de todas partes del mundo, que había al momento de declararse la pandemia. Es decir que el Intendente Belloni tiene suficiente experiencia en la materia y sabe de qué hablan las estadísticas mundiales, las cuales fijan en el movimiento turístico, uno de los principales vectores de propagación del contagio. Sin duda, la circulación de un país a otro e interregional, rompe el aislamiento necesario y fundamental para evitar el contagio.

En El Calafate hacen simulación de control y el turismo es el mayor vector de contagio y proliferación del virus
El Glaciar Perito Moreno en plena temporada 2021 – Foto: OPI Santa Cruz/Francisco Muñoz

No olvidemos que “la segunda ola” en Europa, no es otra cosa que el rebrote del virus a partir de la liberación de actividades donde necesariamente las medidas se relajaron en beneficio de la economía y de ellas, el turismo se considera el más inconveniente para el mantenimiento de la profilaxis, debido a que se torna incontrolable o al menos mucho más difícil de controlar, la circulación abierta de personas por vía aérea o terrestre.

Por lo tanto, que El Calafate haga del control de la pandemia una cuestión administrativa, es algo inocuo a los fines de impedir la propagación del Covid-19. Indudablemente desde el municipio se intenta suprimir “molestias” y entre ellas la que más hace huir a un turista como es el aislamiento a su llegada a El Calafate, pero va más allá y directamente suprime controles reales y necesario como la exigencia del hisopado, lo cual al menos, despejaría la primera duda razonable: si quien llega es portador o no del virus. No hacerlo, como está previsto, es transformar a El Calafate en la puerta de ingreso sin restricción del Covid a una provincia donde el sistema sanitario está absolutamente desbordado desde hace tiempo y la sumatoria de casos excede ampliamente lo informado por los medios oficiales. (Agencia OPI Santa Cruz)

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1 COMENTARIO

  1. Lo que ocurre es que políticos y gente vinculada al poder son dueños de alojamientos, restoránes y un montón de negocios, y ahora pa Triki.,

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