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Dólar: el Banco Central sigue aplicando el freno y sube cada vez menos

Banco Central - Foto: Marcos Brindicci

Según publica La Nación El tipo de cambio registró la menor alza semanal en cinco meses, al ajustar apenas 0,54%; el ministro Guzmán había avisado hace un mes que lo usaría como ancla para bajar la inercia inflacionaria de la economía

Por: Javier Blanco

El ministro Martín Guzmán puede ufanarse con aquel dicho que sentencia que “quien avisa no es traidor”. Bastó que el funcionario anunciara a comienzos de febrero en una charla organizada por la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Tucumán que el tipo de cambio tendrá este año una depreciación del 25% (que lo haría cerrar en torno de $112, ya que en el presupuesto figura $102,40 como promedio anual) para que el Banco Central (BCRA), conducido por Miguel Pesce, comience a desacelerar marcadamente el ritmo de actualización que venía permitiendo la divisa y se había mantenido a lo largo del 2020 levemente por encima de la inflación general en un intento para evitar que las exportaciones locales sufran una pérdida de competitividad aún mayor de la que ya padecen por enfrentar una carga impositiva inusual aún para el resto de la región.

Ya lo hizo en febrero cuando permitió un deslizamiento del tipo de cambio del 2,9% promedio, que resultó 7 décimas menor a la inflación general del mes que, según reveló el Indec esta semana, fue del 3,6%.

Pero ahora profundiza esa tendencia, lo que queda a la vista al haber habilitado en estos días “la suba semanal más baja desde el final de octubre”, hizo notar hoy el operador Gustavo Quintana, de PR Cambios, al reportar un cierre del dólar mayorista de $90,85, sólo 8 centavos mayor a la jornada previa y 48 centavos (o 0,54%) por encima del cierre del viernes anterior o 1,15% por encima de la apertura en el mes.

“Esta semana se volvió a desacelerar la depreciación del peso: la divisa solo subió $0,482”, coincidió Sebastián Centurión, de ABC Cambios.

Con una inflación que se mantuvo el último semestre en niveles elevados, acelerando el castigo a los ingresos de los trabajadores, el ministro de Economía no tuvo empacho en admitir que apelará al tipo de cambio como una de las “anclas” para intentar de comenzar a frenarla.

En aquella charla anticipó que apuntaba a “una pauta de depreciación del tipo de cambio nominal, a lo largo de todo 2021, de alrededor del 25%”, porque la consideraba “consistente con el objetivo de reducción de inflación de alrededor de 5 puntos porcentuales”, frase con la que blanqueó que se podrá considerar “hecho” si el IPC cierra el año en el 31% anual, 2 puntos por encima de lo pautado en el presupuesto.

Incluso dijo que habían observado “una concentración de la inflación de 2020 en el último trimestre del año y de 2021 en los primeros meses del año, por lo que habían decidido que la tasa de depreciación del peso “fuese más alta al principio del año”, aludiendo a la del 3,7% habilitada por el BCRA para ese mes. Siguiendo estas definiciones, la aplicación del freno será más intensa de aquí en más.

Por lo pronto el BCRA parece seguir esa instrucción a rajatabla aunque la inflación no entregó ninguna señal de desaceleración y se transita un mes complicado en la materia, luego de anunciado un nuevo aumento en combustibles, y la suba de tarifas energéticas a empresas, puede acomplejar mucho más.

Lo concreto es que lo anunciado por Guzmán (luego ratificado en reuniones posteriores ante empresarios y sindicalistas) se cumple. El dólar oficial, que sólo tiene impacto directo en los precios de importación (el que reciben los exportadores sufre desagio por quitas impositivas), tenderá a subir en el resto del año menos de lo que venía subiendo en los últimos meses. “Es una apuesta para calmar las expectativas de inflación mientras se negocian paritarias”, suele explicar el economista Federico Furiase, del Estudio EcoGo.

Hasta aquí la estrategia oficial aportó poco en materia antinflacionaria, pero bastante en lo cambiario, ya que sirvió para acelerar la liquidación de divisas y le permitió al BCRA recomprar más de US$900 millones en lo que va del mes, aunque tras ponerse mucho más selectivo en la autorización de pagos de importaciones, según denuncian desde la industria.

“Eso sucedió porque los exportadores notaron que el ajuste del tipo de cambio pasó a estar alineado con la tasa de interés. Eso reduce incentivos a bicicletear liquidaciones, así como, a la vez, baja los incentivos que podrían tener los importadores para adelantar sus compras”, explicó a LA NACION días atrás el economista y consultor Hernán Hirsch.

El problema son los riesgos de esa apuesta que aparecen adelante. “Si hacemos un ejercicio considerando que el IPC sigue este mes como en febrero y el tipo de cambio se sigue devaluando como viene en marzo, terminaríamos diciembre con una inflación del 53,4% contra una devaluación del 36,5%. Sería tremendo desacople”, hizo notar el analista Andrés Reschini en Twitter, quien no deja de mostrar que el mercado local de futuros del dólar concedió credibilidad a la apuesta oficial, aunque lentamente desde hace algunos días comienza a validar tasas de cobertura más altas para los contratos a liquidarse en meses posteriores a las elecciones de término medio. (La Nación)

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