Por: Melisa Reinhold
Según publica La Nación El Gobierno está impulsando un proyecto de ley para eximir del Impuesto a las Ganancias a más de 1,2 millones de trabajadores. Sin embargo, la iniciativa, que buscará obtener dictamen de comisión de la Cámara de Diputados durante los próximos días, tiene su contracara cuando se observa qué pasará con el sector privado en general.
Como cita la reforma del oficialismo, el esquema “permite reducir el impuesto que pagarán las pequeñas empresas, mantenerlo para las medianas y solo se aumentan para empresas más grandes”.
“Desde hace mucho tiempo los subsidios y gastos políticos se incrementaron sensiblemente y se necesitó más caja. Cada vez que se reduce algún tributo, surgen ideas para apretar clavijas en otros contribuyentes, tal como sucede ahora con el Impuesto a las Ganancias a las personas con el proyecto de Sergio Massa”, apuntó el tributarista Santiago Sáenz Valiente.
De acuerdo con el proyecto, se establecería una estructura de alícuotas escalonadas en tres segmentos, la cual variaría en función de las ganancias. El primer escalón tendría una alícuota del 25% para ganancias netas de hasta $1,3 millones anuales. El segundo sería del 30%, para montos de hasta $2,6 millones. Finalmente, el tercero sería del 35% para ganancias superiores a $2,6 millones.
Si se toma el último número y se lo divide por 12 meses, da una ganancia mensual de $216.670. Al dólar oficial ($96), quiere decir que una “gran empresa” registraría una utilidad de US$2257 por mes. Si el cálculo se hace con el MEP (una versión de dólar financiero, que oscila los $144,59), la cifra desciende hasta los US$1498.
“Los montos están alejados de la realidad económica. Un kiosco gana eso”, agregaron los expertos.
El Gobierno estima que unas 300.000 empresas pagan ganancias, pero con el nuevo esquema un 75% de ellas van a pagar las alícuotas más bajas, un 10% seguirá abonando lo mismo y tan solo un 15% se verá perjudicado por la iniciativa.
“Si el 75% de las empresas estaría en este límite, quiere decir que ganarían menos de $108.000 por mes. Sería lastimosa esta información, la Argentina en modo subempresa”, aseveró Sáenz Valiente.
En el caso de los tributos correspondientes a los dividendos, la iniciativa prevé que se pague una alícuota del 7% en todos los casos, cuando hoy es del 13%. “Un tema muy importante es que hay que incorporar los dividendos a la suma final, por lo que las alícuotas efectivas son mucho más altas. En el primer escalón, en vez de 25% te queda 30,25%; en el segundo, 34,9% y en el tercero, 39,55%. Si tenés ganancias mayores a $200.000 por mes, vas a pagar casi el 40% de Impuesto a las Ganancias. En cambio, hoy la tasa efectiva es del 35%”, señaló el tributarista César Litvin.
Durante el gobierno de Mauricio Macri, a través de la Ley 27.430, se dispuso una reducción de las tasas del 35% del Impuesto a las Ganancias para cierres a diciembre 2018. Para 2019 descendía a un 30% y hasta un 25% para 2020.
“El fundamento de la medida era fomentar a las inversiones externas y la reinversión de utilidades. Ahora bien, como diversos estudios han demostrado, la inversión en nuestro país no es particularmente sensible a la tasa del Impuesto a las Ganancias y está determinada fundamentalmente por la demanda agregada y el crecimiento económico”, aseguró el proyecto oficialista.
Pero los tributaristas disienten. “Este proyecto de reforma alienta el círculo vicioso de la pobreza. ¿Qué significa? Que los impuestos excesivos generan menos inversiones, esto repercute en un menor empleo, provocando un menor consumo, menos actividad económica, más pobreza y más gasto público. Desde mi punto de vista, a estos montos les falta como mínimo dos ceros”, cerró Litvin. (La Nación)
