(Por: Rubén Lasagno) – La Argentina fatal de la vergüenza y el desencanto afloró nuevamente con otro tema sensible, como el de las vacunados VIP. En este caso la desaparición de la niña de 7 años “M” de quien todo el mundo habló los últimos días y cuya noticia desplazó a cualquier otro tema de la agenda de los medios de comunicación desde principio de semana, a medida que pasaban las horas, aparecían videos donde un hombre se llevaba a la nena y la presión pública comenzó a mirar sobre los hombros, en dirección a la policía, para saber si se estaban ocupando o no.
Allí, cuando el caso estalló en las redes y los medios desnudaban la soledad de la familia humilde que nadie apoyaba ni escuchaba, los medios masivos, especialmente la televisión, hicieron públicas las fotos del supuesto secuestrador, videos, fotos de la niña y detalles de los lugares que posiblemente podría encontrarse, esto es en adyacencias a un zoológico cerrado en la ciudad de Luján.
Reaccionando tarde (como siempre), pero advirtiendo que este rapto podría transformarse en un gran escándalo que castigara a la propia policía, Sergio Berni no tardó en subirse a la moto, el helicóptero, desplegar miles de hombres y recordarle su proactividad a la población, frente a cuanto micrófono se le acercara.
Tras el anuncio de “rastrillajes” terrestres y aéreos, búsquedas “hasta debajo de las piedras”, como djjo el propio Berni, la nena fue detectada por Marina, una vecina de Luján quien identificó a Carlos Savanz en su bicicleta, lo siguió 7 cuadras, lo filmó, llamó al 911 y en pocos segundos arribaron dos policías, un hombre y una mujer que hicieron el procedimiento deteniendo al hombre, incautando la bicicleta y protegiendo a la niña.
Mientras tanto, sin haber hecho absolutamente nada efectivo para recuperar a la nena, solo gastar recursos y hablar estupideces frente a cuanto micrófono que se ponía por delante, el “Super Berni”, contrariado por el simple desenlace de esta historia, que lo privó del show mediático que preparaba, apareció en escena, se sumó Santilli el Secretario de Seguridad de CABA y cuando se disponían a usufructuar políticamente el hecho fortuito de que un particular encontró a “M”, la Ministra de Seguridad de la Nación Sabina Frederick, no quiso perder la oportunidad de colgarse del cuadro y mandó a su segundo para que saliera en la foto.
Este imperdonable intento por figurar (y repartir el protagonismo), hizo que Berni se enojara y los insultara de arriba abajo a él y a su jefa, amenazándolo de “cagarlo a trompadas”.
Es decir, ninguno de ellos, incluyendo (y principalmente) Berni, hicieron nada para detectar, encontrar e identificar al secuestrador de la niña y lo que hicieron no tuvo ningún efecto positivo para encontrala, pero igualmente armaron una mesa para el show del anuncio y se peleaban a codazos para salir en la foto, donde solo faltaba la payasa Filomena para completar el cuadro.
Si esto fuera poco, en los medios (y el gobierno) descubrieron la indigencia de una familia que vivía en una carpa, con una madre de múltiples hijos, adicta y la niña desnutrida. Mientras todo esto se escribía en centímetros de papel y muchos bits de los medios virtuales,
En ese mismo momento Daniel Arroyo, el Ministro que heredó el puesto de Alicia, dijo en Santa Cruz: “Si un chico come mal, se le cierran todos los esquemas. Hicimos un aumento del 50 por ciento del monto en la Tarjeta Alimentar. Define la nutrición en la niñez la vida de un posterior adulto’’. Gracias a Dios el bueno de Arroyo reconoce que esto es así; ahora que explique la situación de “M” y su familia, mientras a su lado Sergio Berni explica por qué una vecina hizo el trabajo que miles de policías a su cargo no pudieron hacer, a pesar de tanto show y relato. (Agencia OPI Santa Cruz)
