Según publica La Nación Fuentes oficiales confirmaron que se mantiene el pedido de renuncia a Basualdo, subsecretario que depende de Economía; resistencia del cristinismo más duro; las subas de tarifas serán dos en el año; la primera ya rige y es del 9%.
Por: Francisco Jueguen
Tras la polémica generada por la decisión del ministro de Economía, Martín Guzmán, de pedirle la renuncia a Federico Basualdo, subsecretario de Energía Eléctrica -hombre que en el organigrama formal depende del Palacio de Hacienda, pero que políticamente responde a Cristina Kirchner- el Gobierno apoyó a Guzmán, sostiene la salida de Basualdo y ratificó que habrá dos subas de tarifas en 2021. La primera de esas alzas en las boletas de electricidad, del 9%, fue confirmada hoy tras la publicación de una resolución del ENRE, el ente que regula el sector, en el Boletín Oficial.
La fuerte resistencia del cristinismo más duro durante todo el viernes produjo un tembladeral en la estructura política del Gobierno y generó cisma en el Frente de Todos. La fuerte carta que jugaron en el Ministerio de Economía enfrentó a Guzmán con la vicepresidenta en un tema, como las tarifas de los servicios públicos, que irrita al Instituto Patria en un año electoral en territorio bonaerense.
La resistencia cristinista a aceptar el pedido de renuncia fue tal que produjo versiones cruzadas durante todo el viernes entre los distintos búnkers del Frente de Todos sobre el apoyo político con el que gestionará al ministro de Economía desde ahora. Dos fuentes del Gobierno confirmaron a LA NACION que el presidente Alberto Fernández ratificó su apoyo -pasado el cimbronazo de ayer- a la decisión tomada por Guzmán de pedirle la renuncia a Basualdo.
Además, en el Gobierno confirmaron que habrá dos aumentos de tarifas este año, pese a que Cristina Kirchner había dicho públicamente que sólo habría uno en 2021.
Según contaron a este medio, el primer aumento de tarifas es de 9%. El segundo se definirá “más adelante”, dijeron. La resolución del ENRE solo habla del aumento que rige a partir de hoy, 1ro de mayo.
“Un 57% de chicos viven en la pobreza. Hay que ordenar la cuestión. No podemos seguir gastando lo mismo en subsidios que en obra pública”, dijeron las fuentes del Gobierno.
“La renuncia está pedida. Hace 16 meses que se están pidiendo cambios y no los podemos hacer”, dijeron sobre el trabajo de Basualdo y el que quiere encarar Presidencia con relación a la segmentación tarifaria. “El Gobierno va a pedirle la renuncia. Seguramente hay otro lugar en el que va a rendir bien”, dijeron, pese a que, durante el día observaron que se iría por “incompetencia”.
La decisión del Gobierno de apoyar el pedido de Guzmán se convirtió en la decisión de apoyar a Guzmán mismo, sobre todo por el peso que tiene la vicepresidente en el Frente de Todos. En el Gobierno expresaron que el ministro nunca pensó en renunciar a su trabajo en el Palacio de Hacienda.
La versión del cristinismo
“Nunca existió el pedido de renuncia a Federico Basualdo. Las operaciones de prensa no contribuyen a conducir la política sectorial en un momento tan delicado para el país. Basualdo NUNCA (sic) planteó el congelamiento de la tarifa. Las audiencias públicas marcan claramente el sendero: cuidar el bolsillo de la gente y dar previsibilidad al sector”, expresaron en la subsecretaría que dirige Basualdo a través de un comunicado que era distribuido desde las usinas de comunicación cercanas a la vicepresidenta.
“En ese sentido habrá UN SOLO (sic) incremento del 8%. Es falsa la versión de un segundo aumento. En las próximas horas se dará a conocer de manera oficial esta medida”, habían afirmado desde ese espacio.
Según contaron fuentes oficiales, la decisión de despedir a Basualdo había nacido de un consenso entre el Presidente; el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y Guzmán. “Hubo varias reuniones. Hoy llegó la llamada en la que se dijo: ‘se hace ahora’”, confirmaron a este medio en el Gobierno.
Las causas esgrimidas entonces era que se empezaría con un trabajo de segmentación que estaba “visiblemente retrasado” para que los subsidios dejen de ser planos para todo el mundo. “Basualdo se va por incompetencia”, dijeron y aseguraron que se le pidieron escenarios de costos que nunca presentó.
“Tampoco avanzó con un eje fundamental de la gestión, que es la segmentación de tarifas. Ese pedido se hizo en diciembre de 2019″, habían explicado sobre el pedido de renuncia al hombre de la vicepresidenta.
La relación con Cristina Kirchner
Guzmán, cercano al Premio Nobel Joseph Stiglitz, mantuvo un buen vínculo con la vicepresidenta, a quien incluso visitó en su departamento de Recoleta antes de cerrar la reestructuración de la deuda en dólares bajo legislación extranjera el año pasado. Guzmán fue incluso entronizado como un primus inter pares en septiembre de 2020, cuando el blue llegó a tocar los $195 y los dólares alternativos no encontraban techo amplificando la brecha cambiaria. La calma lograda por sus medidas y la posibilidad de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) lo convirtieron en una figura clave del equipo económico.
Sin embargo, la baja del blue coincidió con un diagnóstico que Guzmán -ya en tratativas con el FMI- hizo sobre las causas de la inflación. Machacó que el problema era macroeconómico, y por lo tanto, derivado de desequilibrios sistémicos a los que los actores económicos se adaptan. Tal mirada logró un aplauso cerrado de empresarios y el mercado, aval del FMI en la negociación, pero generó la antipatía del cristinismo, que encuentra la causa de la inflación en el accionar de las empresas privadas.
Fue entonces, en medio de la renegociación de la deuda con el Fondo, cuando la vicepresidenta lo desautorizó dos veces. Primero, con las tarifas, cuando aseguró que sólo habría un aumento en 2021, lo que incumplía el presupuesto de Guzmán (a esa diatriba se sumó Basualdo, entre otros). Luego cuando reclamó duplicar el plazo de pago al FMI tras la elección de Guzmán de los programas que están en la góndola del organismo. Allí había elegido un programa de facilidades extendidas a pagar en 10 años.
La buena sintonía que Guzmán supo tener con Cristina Kirchner ahora languidece. En el Gobierno reconocen que la relación con la vicepresidenta es materia directa de Alberto Fernández. En ese sentido, la ratificación de la decisión de Guzmán es un apoyo presidencial al ministro frente a Cristina. (La Nación)
