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Después de seis años, vuelven a nombrar a Florencia Kirchner en el directorio de una empresa familiar

Según publica Clarín Es la firma Hotesur. Ya había ocupado ese cargo en 2014 y 2015, y la investigan en la Justicia.

Por: Lucía Salinas

Seis años transcurrieron desde la última vez que la familia Kirchner designó autoridades en Hotesur SA, la firma hotelera investigada por lavado de dinero. A semanas de volver recuperar el manejo de la compañía, el abogado Carlos Beraldi informó al Tribunal Oral Federal 5 (TOF 5) que se realizó una asamblea ordinaria en la que se designó a Florencia Kirchner como directora suplente, puesto que ocupó en 2014 y 2015.

​ La hija de la vicepresidenta se encuentra procesada por operaciones de blanqueo que superan los $ 130 millones, en los casos conocidos como Hotesur (firma hotelera) y Los Sauces (inmobiliaria) y siempre sostuvo estar ajena al funcionamiento de las firmas familiares. Esas causas están elevadas a juicio oral pero con fecha incierta de inicio, a cargo del Tribunal Oral Federal 5 (TOF 5).

Hotesur SA es la empresa que se dedicó a los negocios hoteleros. Su rombo comercial es dificultoso, según consideró el interventor designado por la justicia. Señaló que además, fue compleja la tarea durante estos años,  porque la empresa careció de un “apoderado de los accionistas”, siendo que había contratos de locación que “podría perjudicar los intereses de Hotesur”. Los accionistas o su representación “estuvieron siempre ausentes en estos relevantes temas”, indicó el informe judicial.

Es que la compañía dueña del hotel Alto Calafate, que administró Lázaro Báez desde que los Kirchner lo compraron hasta julio de 2013, estuvo acéfala hasta la semana pasada, cuando en una asamblea ordinaria se designaron nuevas autoridades. Como presidente, puesto que supo ocupar Romina Mercado -hija de Alicia Kirchner-, se nombró a Sebastián José Sánchez, y como directora suplente a Florencia Kirchner.

Hasta la fecha no se habían nombrado autoridades, porque bajo la gestión macrista Máximo Kirchner y su hermana se negaron a hacerlo ante la Inspección General de Justicia (IGJ) bajo la excusa de que se consideraban víctimas de una persecución política.

En una asamblea ordinaria le dieron el mismo a cargo a Florencia Kirchner que ocupó entre 2014 y 2015 y que en alguna medida terminó involucrándola en el expediente donde se investigaron maniobras de blanqueo por 80 millones de pesos.

En ese expediente fue donde la Justicia secuestró seis millones de dólares que estaban en una caja de seguridad a nombre de Florencia Kirchner. En la investigación se sostuvo que no logró explicar el origen de ese dinero, que permanece termosellado y bajo custodia judicial en el Banco Central.

Incluso cuando Florencia fue a Cuba a tratarse por sus problemas médicos se especuló con que se refugiaba en La Habana para evitar terminar en la cárcel. La hija era la única que en ese momento no tenía fueros. 

La situación de Hotesur, dueña del hotel Alto Calafate y donde ahora Florencia tiene su  nuevo cargo, es catastrófica. Según informó el interventor de Hotesur, Daniel Altman es una empresa “ineficiente”.

Según el interventor la rentabilidad del hotel se encuentra “muy por debajo de mercado” en función de las documentaciones que obtuvo y analizó.

Dijo más. El hotel a criterio del interventor cobraba un “absurdo alquiler mensual” en la temporada 2018/2019. La cifra del alquiler era incluso inferior a la que abonaba Lázaro Báez, que fue el primer responsable de explotar los hoteles de los Kirchner a través de su empresa Valle Mitre SRL.

En marzo del año pasado, la hija de la vicepresidenta hizo un descargo en redes sociales, donde acusó al gobierno de Mauricio Macri y a la justicia federal de enfermarla. Ella permaneció en Cuba durante más de un año bajo tratamiento médico.

“Cada vez que el macrismo generaba un nuevo hundimiento sabía que era semana de mi nombre difamado por todos lados, de los orangutanes de la Justicia metiéndose en mi casa y haciendo conmigo lo que querían, fuera de cualquier marco legal”, dijo Florencia Kirchner y añadió en aquella oportunidad: “Se había vuelto un plan sistemático. Me enfermaron, sí, pero jamás lograron que odiara mi nombre”.

Acusaciones de lavado

Se acusa a la ex Presidenta y a sus hijos Máximo y Florencia Kirchner de ser parte de un “proceso de reciclaje que, con los fondos ilícitos de la obra pública y a través de la firma Valle Mitre de Báez, se desarrolló entre 2008 y 2013”.

Durante la investigación de la causa Hotesur, el fiscal Gerardo Pollicita sostuvo que se montó un esquema de lavado de dinero “en base a la actividad hotelera” buscando darle “cierta apariencia de legitimidad”, lo que les aseguraba poder declarar esos fondos ante la Oficina Anticorrupción y ante el fisco “ocultando su verdadero origen” supuestamente ilícito.

De ese supuesto esquema participaron Máximo y Florencia Kirchner, según la imputación. Por los roles que ocuparon en el directorio, desde donde se tomaron diversas decisiones comerciales.

Según la imputación, todo funcionó como una “organización” que permitió “transferir y disimular parte de las ganancias que se encontraban en poder de los empresarios a los propios ex presidentes y a su núcleo familiar a través de préstamos, compra de propiedades, alquiler de los distintos complejos hoteleros de su propiedad, construcción de mejoras en dichos establecimientos y alquiler de propiedades”

Todo concluyó con el ingreso de fondos al patrimonio K. Entre 2009 y julio de 2013, Báez garantizó a los Kirchner 27.592.110 pesos por alquileres a Hotesur SA. A eso debe sumarse la contratación de habitaciones que nunca utilizaron siete empresas del Grupo Austral.

​La cifra es importante, pero más la proporción que guarda en el total de los ingresos de la empresa familiar. El 54% de los ingresos de Alto Calafate provinieron del Grupo Austral, que era a su vez el principal contratista de obra pública en Santa Cruz.

El caso quedó relacionado con Los Sauces SA, la empresa inmobiliaria donde al diputado nacional se le señaló como “organizador” de la asociación ilícita. En la inmobiliaria, después del fallecimiento del Néstor Kirchner, su hija se incorporó a Los Sauces, y brindó “su aval y aprobación a la operatoria ilegal que venían desarrollando sus padres y su hermano a través de las sociedades y del patrimonio personal de su padre”.

También se sostuvo en el procesamiento que, como vicepresidenta de la inmobiliaria y empleada de la misma, Florencia se “ocupó de la adquisición de propiedades y retiró dinero que previamente habían sido aplicados a las actividades hotelera e inmobiliaria bajo los cuales la organización reciclaba los fondos ilícitos”. (Clarín)

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