Según publica Clarín Solo en China, el principal destino de la carne argentina, se libera un cupo de 40.000 toneladas que ocuparán los vecinos del Mercosur.
Por: Lucas Villamil
El cierre de las exportaciones de carne pareció pensado por el Gobierno argentino en equipo con los empresarios de la carne uruguayos, que apenas unos días después del anuncio asistieron a la feria SIAL en Shanghai -la mayor feria alimenticia de Asia- para hacer gala de su confiabilidad como proveedores, en contraposición con sus vecinos rioplatenses.
Tal como explica el analista del mercado de carnes de la consultora AZGroup Diego Ponti, China es el principal destino que la Argentina está abandonando con la resolución del gobierno. Nada menos que 40.000 toneladas peso producto por mes -el 75 por ciento de las ventas externas de carne argentina- van a China, y en estos 30 días de interrupción serán Uruguay y Brasil quienes llenarán ese vacío considerable.
“El Mercosur representa el 75 por ciento de las importaciones de carne vacuna congelada de China”, destaca Ponti.
En la SIAL, con esta oportunidad en mente, el Instituto Nacional de Carnes de Uruguay (INAC) realizó diversas actividades y acuerdos para fortalecer la presencia de los cortes charrúas en esa plaza. En el primer trimestre de este año, China compró carne uruguaya por 295 millones de dólares y representó el 53 por ciento de los embarques de carne de ese país, una cifra que seguramente crecerá con este nuevo envión.
“Otro mercado interesante es Chile, a donde van 3.300 toneladas de carne argentina, un país que ya está viendo de abastecerse por medio de Brasil y de Paraguay”, agrega Ponti, y comenta el caso de Israel, que no es parte de una cuota exceptuada como la Hilton, la de Estados Unidos o la de Colombia, pero sí representa una proporción importante de las ventas y se trata de un contingente con sus particularidades ya que se trata de carne kosher, cuyo proceso productivo y faena se realizan en condiciones especiales. En marzo se exportaron a ese destino 3.600 toneladas por un valor promedio de 6.783 dólares por tonelada, y ahora se está negociando una excepción de la medida.
“Hoy por hoy hay mucha incertidumbre, en las próximas semanas se verá cuáles son las reglas de juego”, remarca Ponti, dando a entender que tanto desde la cadena de la carne como desde el Gobierno se está rumiando el asunto en busca de salidas superadoras. Cuanto menos dure el cierre, menores serán las pérdidas.
“Si es un lapso corto, el mercado Chino se podría recuperar con rapidez -dice el analista-. Habrá que ver en qué proporción sigue, de qué forma, si pasa o no pasa por Liniers… Estamos esperando a conocer las nuevas reglas de juego”. (Clarín)
