El Frente de Todos impulsará el consumo como golpe de efecto electoral

El acto en Ensenada

Según publica La Nación La “mesa política” calcula cómo aliviar los bolsillos antes de septiembre y el Gobierno estudia medidas de ingresos y empleo.

Por: Maia Jastreblansky

La reunión de gabinete económico -que aglutina a los funcionarios del área una vez por semana- viene siguiendo de cerca la cuestión sanitaria. Y en la “mesa política” del Frente de Todos -que encuentra a sus caciques cada lunes- se viene conversando largo y tendido sobre economía. Lo electoral, la pandemia y la economía hoy se mezclan en el menú de la coalición de gobierno. El comando de campaña oficialista ya tiene en claro que para las PASO de septiembre, la vacunación será un dato más, “necesario pero no suficiente” para ganar, si no llega un alivio al bolsillo en la provincia de Buenos Aires.

Los funcionarios que cargan con la mochila de demandas proselitistas replican que es necesario no volver a los confinamientos. “La principal medida del segundo semestre tiene que ser no cerrar la economía. Caso contrario, caminamos en una sola pata, con la industria repuntando, pero el comercio, la gastronomía, el turismo muy afectados”, reflexionó en diálogo con LA NACION un ministro al tanto de esas conversaciones internas.

Mientras caminan el sendero de la incertidumbre sanitaria con el fantasma de la inflación en la nuca, los jefes del Frente de Todos se convencieron de que, más allá de los candidatos que lleven a la boleta, la principal estrategia de campaña pasará por las medidas que inyecten dinero en la economía. Un “plan primavera” para las PASO de septiembre y las generales de noviembre dirigido a aliviar los bolsillos y fomentar el consumo.

“Creemos que la actividad industrial y la obra pública van a tener buen ritmo. Pero sabemos que ahora hay que encender el otro motor, que es el del consumo”, reconoció uno de los comensales de la “mesa de los lunes”. Y advirtió: “Hay cuestiones que son más estructurales de largo plazo, pero ahora hay que pensar en medidas de impacto para los próximos 40 o 50 días”.

Los funcionarios del área económica cambian de humor de acuerdo a las noticias epidemiológicas. Se ilusionan cuando avanza la vacunación y se inquietan cuando observan los desmanes que provocan las nuevas variantes del virus en los países ya inmunizados. Por eso estuvieron tan agitadas las discusiones en torno al cepo al ingreso de argentinos del exterior, con una parte del gabinete (Salud y parte del gabinete económico) más propensos a sostener un esquema estricto y otra parte (Transporte y aquellos funcionarios que velan por la cuestión legal) más inquietos por los cuestionamientos jurídicos a la medida.

Medidas

Mientras repiten como mantras que este año “el salario debe ganarle a la inflación”, en la cúpula del Frente de Todos piensan en variables “estructurales” y “medidas focalizadas”. En el primer plano ubican a las reaperturas de paritarias que por ahora alcanzan a algunos gremios (como bancarios, estatales y los encargados de edificios) pero que podría replicarse en otros sectores. En el mismo sentido se anunció el adelantamiento a septiembre del aumento del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) .

También calculan el impacto de la reducción del impuesto a las Ganancias (con retroactivos que se pagarán a partir de julio) y la nueva ley de monotributo, que da un volantazo con la deuda retroactiva que recaía sobre los contribuyentes, y que fija un esquema de actualización de escalas y de refinanciación de planes de pago.

Además, los ministerios de Economía, Trabajo y la Anses tienen en estudio una ayuda a los jubilados. Todavía no se definió si será un bono o una medida más amplia para lo que queda del año.

Consumo y empleo

El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, es quien más insiste con “encender el motor del consumo”, y refiere a las recetas que implementó entre 2013 y 2015, los “años felices” en palabras de Cristina Kirchner. Por eso no se descarta que se amplíen los planes de cuotas (Ahora 12 y Ahora 18) especialmente destinados a la compra de bienes durables, además de programas de financiamiento para pymes y microemprendimientos.

Hay, en tanto, “golpes de efecto” que se trabajan en distintos ministerios. Según pudo reconstruir LA NACION, en carpeta figuran planes de “fomento de empleo” para incentivar nuevas contrataciones con eventuales rebajas de aportes. Y está en borrador un programa destinado a incentivar la contratación de jóvenes, para intentar reconquistar a un electorado que se sumergió en el desencanto durante la pandemia.

Por último, una de las deudas pendientes es la mayor conversión de planes sociales en empleo, un déficit que Juntos por el Cambio pondrá en evidencia en la campaña. “El plan social es la emergencia. Lo permanente y digno es el trabajo. Tenemos que hacerlo por ley”, anticipó el titular de Diputados, Sergio Massa en una de sus últimas apariciones públicas. Hasta ahora, está vigente el plan Potenciar Trabajo, que tiene a un millón de inscriptos -que reciben medio SMVM- pero que no logró aceitar un empalme con la contraprestación laboral.

El plan para recalentar la economía entra en colisión con los Excel que elaboró el ministro de Economía, Martín Guzmán, cuando confeccionó el presupuesto de este año. La puja entre el Palacio de Hacienda y el tándem de Cristina Kirchner y Axel Kicillof resultó en favor de los segundos. Un alto funcionario apuntó: “Hubo mesas con Martín para saldar la cuestión del déficit fiscal. A esta altura del año es una discusión terminada”. (La Nación)

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