LA HIPOCRESÍA DEL DISCURSO DE CAMPAÑA, PROMETIENDO LO QUE OLVIDAN HACER DESPUÉS QUE PASA CADA ELECCIÓN

(Por: Rubén Lasagno) – En general el ciudadano común cataloga a la clase política de manera unánime al decir “son todos iguales” y la verdad, que si uno pone sintonía fina en los discursos tanto del oficialismo como de la oposición, advierte que la premisa no está del todo errada. 

La oposición es tan light, resbaladiza, poco concreta y propositiva en campaña, como lo son los candidatos del oficialismo. La diferencia sustancial es que mientras los candidatos del gobierno no tienen margen de maniobra para seguir mintiendo  porque ellos mismos gobiernan desde hace 30 años la provincia, la oposición tiene un margen de duda razonable, en virtud de no haber demostrado su inutilidad o su utilidad en función ejecutiva.

Pero en los dos casos la hipocresía del discurso los atraviesa, porque por acción u omisión, en ambos bandos las recreaciones ideales de situaciones concretas que ellos mismos rebaten y debaten, suceden en el seno de sus propios partidos. En el caso propio se ven como “equivocaciones” o a lo sumo “malas decisiones tomadas” por ellos en la política, pero cuando esos mismos pecados ocurren en el otro bando, se transforman en hechos deleznables.

No es un tema menor pensar, por ejemplo, que en el caso de Roxana Reyes, la candidata de Cambiemos (UCR) en Santa Cruz, lleva de segundo en la lista a Omar Fernández, ex intendente procesado de Pico Truncado, que ni bien dejó su cargo en las elecciones del 2019, pasó a formar parte del grupo de asesores en el senado de la nación con Eduardo Costa, una artimaña largamente utilizada por el oficialismo para que sus militantes no pierdan “la beca” y estén siempre en el staff del Congreso nacional o la legislatura provincial, hasta que se les vuelva a dar la posibilidad de candidatearse para otro cargo. 

En el caso de Omar Fernández, precandidato en al boleta de Roxana Reyes, tiene el agravante de que cuando salió de la intendencia, se fue con toda su familia a Catamarca, se radicó allí, luego vino la pandemia y nunca pisó el senado, de acuerdo a datos aportados desde el propio radicalismo provincial y tampoco volvió a Truncado. Pero hoy luce en la boleta electoral, desvivido por los problemas de Santa Cruz.

Esta modalidad política, es despreciable y tiene un gran rechazo en el pueblo. Pero tanto oficialismo como oposición, desoyen las advertencias y por el contrario, siempre están muy preocupados por darle respaldo económico y asegurarle un buen sueldo a quienes “son del palo”. 

En Santa Cruz hay personas de la oposición que fueron nombrados en la legislatura provincial y en el Congreso y en ambos lugares cobran sueldos. Se conocen muy pocos casos de gente de uno y otro partido, quienes luego de cumplir su mandato, vuelven a trabajar en la órbita privada y no se acomodan en calidad de “asesores” en la legislatura, en un Concejo Deliberante o en el propio Congreso de la nación.

El oficialismo lo hace recurrentemente, pero como están en el gobierno, no siempre usan el Congreso y la Legislatura para apoltronar a toda su militancia o devolver favores. En Santa Cruz se utilizan las empresas del Estado, como SPSE, Distrigas, Vialidad Provincial, Fomicruz y tantas otras, para que recalen los amigos, sigan facturando jugosos sueldos a costa de los contribuyentes y de paso, computen los últimos años para jubilarse por la Caja de Previsión de la provincia, la cual está destruida por esta práctica nefasta instalada desde hace muchísimos años.

Gustavo González del Frente para la Victoria y actual pre candidato a diputado nacional, está de gira proselitista, apoyado por el gobierno de Alicia Kirchner y si bien pidió licencia  de su cargo como Intendente, cualquier deeseadense desliza que como candidato a diputado promete lo que ni siquiera ha cumplido como intendente en los casi dos años que lleva en el cargo. 

Desde ese punto de vista le cuestionan la credibilidad de su mensaje político y puesto en contexto, surge González más como un relator de la realidad y prometedor de cosas que ha incumplido sistemáticamente su partido en la provincia, que como una esperanza de que esos cambios prometidos, sean de estricto cumplimiento. Eso, claro está, se enmarca en la falacia del discurso y en la hipocresía del candidato.

Análisis el discurso

En estos días visitando zona norte, lugares y obras que el kirchnerismo hace años debería haber terminado y nunca concluye el candidato llamó a “darle la espalda a la oposición que tanto daño ha hecho con sus soluciones mágicas” y dijo “Les puedo asegurar que este 12 de septiembre vamos a empezar nuevamente a hacer historia en Santa Cruz ya que en estas elecciones de medio término seremos los ganadores”, discurso demagógico si lo hay, porque González cree que la oposición es la dañina y no ellos (FPV) que después de 30 años de gobierno ininterrumpido en la provincia y mayoría absoluta en la Cámara, han dejado a Santa Cruz en el estado calamitoso en el cual está hoy.

 “Estamos comprometidos a trabajar para que pequeñas y pujantes comunidades como esta crezcan y se desarrollen cada vez más”, dijo González en zona norte y los habitantes de Puerto Deseado se preguntan cómo hará para lograrlo como diputado nacional, ya que como Intendente no cumplió nada, no hizo ningún cambio ni empujó a la comunidad hacia un destino mejor, al punto que desde que asumió trabajó en la campaña que hoy lo tiene como cabeza de lista del gobierno.

“El potencial y diversidad económica que hoy tiene Santa Cruz no lo tienen todos. Tenemos que saldar las deudas pendientes, pero también entender que en el medio hubo una pandemia que dificultó todo tipo de avance. Sabemos que de a poco la economía del país se va poniendo en funcionamiento, lo que va a ayudar a tener un presupuesto equitativo y acorde a la demanda de cada uno de los santacruceños”, expresó González en una cartilla-pseudo reportaje de campaña, solo le faltó echarle la culpa a Macri, porque en Santa Cruz no puede mirar hacia atrás porque se encuentran ellos mismos.

“Llegar al Congreso para alcanzar el quorum propio nos permitirá legislar en favor de las PYMES y generarles mejores condiciones”, remarcó con total y absoluta desfachatez. Lo que no dice el candidato del FPV es que el sueño de ellos es tener el poder completo para convalidar la venezualización de la Argentina, hacia donde nos están llevando inexorablemente y es el deber cívico de los argentinos, detenerlos en las urnas y evitar que perdamos definitivamente la República.

Sin embargo, esto no es excusa para que la oposición política en la provincia, no se ponga a la altura de las necesidades cívicas de los habitantes de Santa Cruz, crezcan, maduren, salgan del corset de los políticos pobres de alma y ricos de bolsillos y presuman, aunque sea por primera vez, de ser honrados en el discurso y en la acción, porque hoy si bien tienen el beneficio de la duda, ya que nunca gestionaron, mañana, si les toca administrar, no van a tener 100 días ni van a contar con la paciencia de la gente que los votó, para ver resultados de un cambio; se les va a exigir el cambio de 180º de manera inmediata, concreta y visible, cosa que hasta hoy esa diferenciación, al menos en campaña, no existe. (Agencia OPI Santa Cruz)