Por: Lucía Salinas
Según publica Clarín La justicia aún debe pronunciarse sobre el planteo del presidente Alberto Fernández, quien pidió ser sobreseído en la causa por el cumpleaños de su mujer Fabiola Yañez en plena cuarentena, al argumentar que no se cometió ningún delito. Su defensa apela al supuesto cumplimiento de protocolos y PCR negativos de quienes asistieron a la fiesta el 14 de julio de 2020. La causa, sin embargo, se centra en la violación a la normativa que impuso la prohibición de reunirse.
Hace poco menos de una semana, Alberto Fernández quedó por primera vez imputado en una causa que tramita que en los tribunales de Comodoro Py. Se lo investiga por la presunta violación a la normativa que él mismo firmó en 2020, a través de la cual se prohibió todo tipo de reuniones sociales, sobre todo en espacios cerrados, la imposición del distanciamiento social, preventivo y obligatorio, como el uso permanente de tapabocas. Ese DNU también prohibía la libre circulación, salvo de aquellas personas consideradas esenciales.
Pero además, a diferencia de la primera dama y demás invitados, el presidente es investigado por su comportamiento ante dicho decreto, en su carácter de funcionario.
El jefe de Estado se defendió a través de un escrito en el que se patrocina a sí mismo, y pidió ser sobreseído. Un aspecto que sobresale de su planteo refiere a algo que sin previa consulta del fiscal Ramiro González, expuso como escudo a la Casa Militar. Cuando entregó las planillas de los ingresos a la quinta presidencial, incluyó un párrafo que decía que los participantes de la fiesta “cumplieron con todos los protocolos impuestos”.
El fiscal pidió información para saber a qué protocolos se está haciendo referencia.
En su explicación, Alberto Fernández también deslizó que el “compromiso ético pudo verse cuestionado al momento de evaluar la posible transgresión de normas sanitarias” y, por si hiciera falta, aclaró que “nunca fue motivo del encuentro propagar de ningún modo la pandemia que nos acosa, y mucho menos poner en peligro la salud pública, en general, ni poner en peligro el estado de bienestar de ninguno de los presentes, terceros o el mío propio”.
Fue entonces, cuando el jefe de Estado aclaró que “de ninguna manera se relajaron, evitaron u omitieron las medidas de cuidado de rigor”, y que por eso considera que “no se ha creado ningún peligro concreto de propagación del virus SARSCOV- 2”.
Bajo ese mismo lineamiento, hay otra idea que se utilizaría ante la justicia: parte de esos protocolos que “no se relajaron” incluye los PCR negativos de todos los asistentes a la fiesta de Fabiola Yañez.
En Comodoro Py están quienes reiteran que la normativa vigente “prohibía todo tipo de encuentros, por más buena intención que había, y protocolos de control que se hayan aplicado”.
Sin embargo, la fotografía y el posterior video difundidos de aquel 14 de julio del 2020 muestran al presidente, a la primera dama y a sus amigos sin tapabocas y sin respetar el distanciamiento social obligatorio. Aquella noche, los invitados llegaron a la quinta de Olivos a las 21:30 horas y se fueron a la 1:45 de la madrugada.
Aunque en otro párrafo controvertido Alberto Fernández consideró que “técnicamente y en términos estrictamente típicos no se dejó de cumplir con la ley y no vulneraron las medidas dispuestas por la autoridad, siempre en cabeza de mi persona”, no se entiende cuál es la esencialidad que revestían sus nueve invitados en ese lugar y a esa hora. (Clarín)