La edición estudiantil de los premios Eikon les propone desarrollar una campaña para el sector minero apuntando a derribar los mitos que existen sobre el sector y que han llevado a que en varias provincias clave para la minería del país no se pueda desarrollar la actividad.
Que son altamente contaminantes, que se llevan todas las riquezas y no aportan nada, que consumen el agua de los glaciares: pocos sectores tienen tantos problemas de imagen como el minero en la Argentina, un país que podría ser mucho menos pobre gracias a la minería, si obtuviera mayor licencia social para desarrollar su actividad.
Por eso este año, la edición estudiantil de los premios Eikon les propone desarrollar una campaña para el sector minero apuntando a derribar los mitos que existen sobre el sector y que han llevado a que en varias provincias clave para la minería del país no se pueda desarrollar la actividad.
El caso más llamativo es el de Mendoza, donde dos años atrás los principales partidos políticos se pusieron de acuerdo en levantar mediante una ley la prohibición que rige en ese distrito sobre la actividad, y luego de importantes revueltas públicas debieron dar marcha atrás.
Pero también otras provincias con gran potencial minero virtualmente prohíben la minería, como Chubut o La Rioja.
Años atrás, sondeos encargados por el sector detectaron que los temores de la opinión pública se basan en datos falsos, pero también en las dudas que generan los propios gobiernos argentinos en su capacidad de controlar cualquier tema ambiental. La Argentina es un país en el que la opinión pública descree de sus autoridades y su clase dirigente, en general, y no cree que las empresas mineras multinacionales aplican en la Argentina exactamente los mismos principios que ponen en práctica en países mineros como Canadá o Australia.
Por eso, la percepción de la opinión pública local sobre el sector minero no cambiará hasta que se reemplace la desinformación por datos reales y se pueda transmitir la magnitud del beneficio económico que tendría para el país un mayor desarrollo minero.
Vale un ejemplo: Chile, dueña del “otro” 50 por ciento de la cordillera, exporta en minerales tanto como la Argentina en granos. La Argentina, en cambio, solo el 10 por ciento de ese monto en dólares. Como ambas caras de la cordillera albergan en mayor o menor medida la misma riqueza mineral, para la Argentina la minería encierra el potencial de casi duplicar sus exportaciones: una necesidad imperiosa en un país que prácticamente carece de moneda por el bajo nivel de sus exportaciones, que dependen casi exclusivamente de la producción agroindustrial.
“Nadie fuera de ese sector tiene la obligación de conocer y por ende comprender una industria o una actividad y que es compromiso de esa industria darse a conocer de la manera más clara posible”, explica Alberto Carlocchia, presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM).
El directivo explica que han empezado un proceso para mejorar la comunicación e información sobre el sector, pero admite que “seguramente tomará algunos años en consolidarse pero que apunta a una mejor relación de entendimiento”.
Explica que “es indispensable que demos a conocer que la industria minera es una de las que poseen más instancias de control y que de hecho cuenta con la primera legislación ambiental propia en nuestro país, a raíz de la cual se requiere la presentación de informes de impacto ambiental previos al inicio de cualquier actividad minera y que dicho Informe cuenta con revisiones cada dos años y recibe monitoreos permanentes”.
Carlocchia agrega que “a estas exigencias se le suman los estándares de calidad internacional y la aplicación de sistemas de control, transparencia y llegada concreta a la comunidad que ha incorporado en forma voluntaria a través de los programas Inversión Social, “Hacia una Minería Sustentable” y el EITI; todos alineados con los ODS de Naciones Unidas”.
El presidente de la CAEM destaca que Argentina posee recursos en litio, cobre, oro y plata, minerales que verán incrementada su demanda a partir del cambio mundial hacia las energías renovables y la electromovilidad.
Esta edición de los Eikon Jr. cierra el 30 de septiembre, y el ganador obtiene una pasantía remunerada en la consultora Edelman, además de asistir a la entrega de premios, recibir su certificado y publicarse su monografía ganadora en el sitio de los premios Eikon.
Los Eikon Jr. apuntan a estudiantes de todas las carreras universitarias y terciarias de comunicación, publicidad, marketing, ciencias políticas o sociología en sus dos últimos años de estudio. Aquí más detalles.