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El kirchnerismo duro y residual volvió a reclamar cambios en el gabinete, sin eco en la Casa Rosada

Según publica La Nación Larroque, Sacnun, Yasky y Boudou pidieron una modificación en el equipo presidencial; en Balcarce 50 repitieron que podrían ocurrir recién después de las elecciones.

El clima de tensión interna no cede. Las voces oficialistas, de diversos peso institucional y político, se acumularon en las últimas horas. Andrés Larroque, María de los Ángeles Sacnun, Hugo Yasky y hasta el exvicepresidente Amado Boudou, condenado por corrupción, reclamaron cambios en el gabinete nacional, algo que volvieron a descartar de plano desde la Casa Rosada, al menos hasta después de las elecciones el 14 de noviembre.

Cerca del presidente Alberto Fernández minimizaron el impacto de los pedidos y destacaron que el jefe del Estado participó de un acto en Almirante Brown junto con el jefe del bloque del Frente de Todos en Diputados, Máximo Kirchner, y el ministro del Interior, Eduardo de Pedro, los dos líderes de La Cámpora. Además, participó el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.

En el encuentro que protagonizaron con intendentes nadie hizo referencia a la necesidad de avanzar con cambios en el equipo presidencial, según confiaron testigos del almuerzo que el Presidente, Massa, Kirchner, De Pedro y el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, compartieron con intendentes de la populosa tercera sección electoral bonaerense.

“Ante la adversidad no nos vamos a pelear. Ya se saldaron los pases de factura, ahora vamos a intentar dar vuelta la elección”, explicó uno de los hombres de confianza del Presidente.

Por la mañana, el “Cuervo” Larroque recordó que después de una derrota electoral es necesario instrumentar un cambio de gabinete. “En 2009 y 2013 vivimos situaciones muy difíciles y siempre salimos con política con la gente y con medidas en lo económico y social. En 2009 entraron Aníbal [Fernández] y Amado [Boudou] a la jefatura de Gabinete y en Economía. En 2013, Coqui [Jorge Capitanich] y Axel [Kicillof]. Son cosas que requieren que reaccionemos con reflejos y escuchemos a la gente”, dijo el funcionario bonaerense.

En Balcarce 50 no hubo quejas, sino que coincidieron con Larroque. Los cambios, según explicó un hombre con despacho en el primer piso de la Casa Rosada, se realizarían después de los comicios en noviembre.

“No hay que enojarse, hay que escuchar a la gente. Nosotros tenemos la responsabilidad de dar esas respuestas. Por primera vez perdemos en una intermedia a nivel nacional y es algo que tenemos que tener en cuenta. Lo económico aparece como lo primordial y que la gestión de la pandemia no logró compensar una situación económica muy difícil que venía de arrastre”, agregó Larroque por El Destape Radio.

Pese a la autocrítica y la necesidad de generar un cambio, el secretario general de La Cámpora sostuvo que no es momento para “repartir culpas” y pidió “ser más contundentes en la distribución del ingreso”.

Sacnun, en tanto, una de las representantes del ala dura del kirchnerismo en la Cámara alta, consideró que “es natural” que cuando un gobierno “se reformula” haya cambios en el Gabinete de ministros. “Cuando se relanza, se reformula un gobierno, es natural que el Presidente decida contar con otros actores para llevar adelante estas políticas”, sostuvo la legisladora santafesina.

La senadora, que ganó la interna el último domingo frente a la lista que lideraba el exministro Agustín Rossi –intentará renovar su banca en la lista “Celeste y Blanca” –, también buscó morigerar el peso de sus palabras al explicar que se trata de una facultad de Alberto Fernández. “Está en su libertad de hacerlo en cualquier momento de su gobierno. Pero cuando se relanza el gobierno y se reordenan las prioridades, se rearma agenda, es prácticamente una verdad de perogrullo”, añadió.

Con un tono más combativo, el diputado y secretario General de la CTA, Hugo Yasky, quien también va por la renovación de su banca, sumó su descontento. “Si hay Ministros que le dan vértigo las decisiones, tendrá que haber cambios en el Gabinete”, dijo el sindicalista.

Igualmente, para Yasky los cambios de nombres no tendrán impacto sin una modificación de la política que lleva adelante el gobierno nacional y cargó contra el ministro de Economía, Martín Guzmán, principal foco de las críticas del kirchnerismo duro. “Si tenés seis meses de superávit fiscal y una marea de pobreza y la aguja no se mueve, tenés que replantearte las cosas. Eso es lo que faltó”, aseguró Yasky.

El diputado insistió en que “el Gobierno no tuvo los reflejos políticos necesarios para tomar las medidas que frenen esa situación” y dijo que “espera cambios” en el corto plazo con miras a los dos años que aún le quedan a la gestión de Alberto Fernández.

Al coro de voces de personajes de segunda línea se sumó el exvicepresidente Amado Boudou. “Entre las causas del descontento de la gente están los números socioeconómicos, que son una herencia del gobierno de Macri y no fueron generados por Alberto Fernández”, analizó Boudou, condenado por corrupción.

Al igual que Yasky y otros voceros informales del kirchnerismo duro, el exministro también apuntó contra el titular del Palacio de Hacienda: “Los números socioeconómicos en los cuales se votó fueron muy significativos para esta elección. Esto no es un tema nuevo, por lo menos para nosotros. Pero está la visión del ministro Guzmán, que fue en el sentido contrario y te diría que hasta contra pelo de lo que fue señalando el Presidente en la campaña”. (La Nación)

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