Según publica Clarín Una nota de monseñor Víctor Manuel Fernández se enmarca en la tensión imperante en la relación con el Vaticano desde que se sancionó la ley del aborto y se habló de eutanasia y marihuana.
Por: Sergio Rubin
En medio de la crisis que aqueja al oficialismo tras la derrota en las PASO, uno de los obispos más cercanos al Papa Francisco, monseñor Víctor Manuel Fernández, salió ayer a criticar con dureza al presidente Alberto Fernández por considerar que hasta ahora no dio respuestas a las “hondas angustias” de los pobres y la clase media y en cambio se dedicó, entre otras cosas, a promover la legalización del aborto. Esto, a su juicio, explica en buena medida el revés electoral que sufrió.
Además, Fernández -quien es actualmente arzobispo de La Plata por designación de Francisco- advirtió que “algunos miembros del propio gobierno parecen pensar que la solución está en radicalizarse más, sin ver que eso sería acercarse más al abismo”. Y manifestó su anhelo de que el mandatario pueda “revisar a tiempo su agenda de prioridades para evitar una debacle que termine dañando todavía más a nuestro pueblo”.
En medios eclesiásticos argentinos se daba por descontado ayer que los conceptos de Fernández -volcados en una columna de opinión publicada en el portal del diario La Nación bajo el inquietante título “Presidente, queda poco tiempo”- contaron con el beneplácito del Papa. El prelado no solo es muy cercano al Papa, sino que además es un fiel intérprete de su pensamiento y colabora en la redacción de sus encíclicas.
Esta posición de monseñor Fernández aumenta la tensión con el Papa desde que se sancionó la ley legalizando el aborto. El sumo pontífice en mayo solo lo recibió a Alberto Fernández durante 25 minutos y con gesto sombrío.
“Lo hemos visto muy entretenido con el aborto, la marihuana y hasta la eutanasia, mientras los pobres y la clase media tenían otras hondas angustias que no obtenían respuesta”, dice. Agrega que “en los últimos meses se vio una potente avanzada para imponer un lenguaje ‘no binario’ que en las inmensas barriadas a nadie parece interesarle. Quizás se quiere copiar la agenda del socialismo español, olvidando que aquí estamos en América Latina”.
Lamentó particularmente el momento escogido para planear esa agenda. “Para colmo en plena pandemia, donde las circunstancias reclaman ocuparse de otros asuntos más imperiosos. A fines del año pasado, mientras los países vecinos estaban comprando vacunas, aquí el Ministerio de Salud se apasionaba en plena campaña por el aborto. Al menos hay que reconocer que no era el momento justo ni era esa la necesidad más imperiosa”.
No obstante, afirma que “el presidente todavía está a tiempo de dar prioridad a los grandes problemas sociales y de enfocarse mejor en la producción y en el trabajo, que es lo que uno puede escuchar como reclamos genuinos si está cerca del pueblo”.
A su juicio, al presidente “le conviene recordar que en las anteriores elecciones Mauricio Macri pudo recuperar en las generales muchos puntos que había perdido en las PASO. No lo logró por cautivar con propuestas inteligentes, sino por algo muy sencillo: un enorme esfuerzo de acercarse más a la gente y al menos escuchar los verdaderos reclamos”.
Luego pregunta: “¿Quiénes no le perdonarían al Señor Presidente el mal paso de la fiestita de Olivos si lo hubieran sentido más cerca de sus reales problemas? El asunto es que trataba de ‘imbéciles’ a quienes hacían lo mismo que él, así como cuando pedía un debate respetuoso sobre el aborto mientras llamaba ‘hipócritas’ a los que pensaban distinto”, sostiene.
De todas maneras, asevera que “nuestro pueblo es generoso y es capaz de dar otra oportunidad a los que saben volver tras sus pasos y retomar el rumbo. Ojalá que así sea, para que se pueda reconstruir una economía que lleva varios años dañada y empecemos a resolver las dificultades de las grandes mayorías sufrientes. Ya hay mucha gente cansada de esperar”. (Clarín)