(Por: Lic. Leandro Peres Lerea, para OPI Santa Cruz) Quizás esta edición de la Feria Internacional de Turismo no haya sido la más exitosa ni más visitada, pero sí la más esperada.
La alegría por el reencuentro se veía claramente en los pasillos de esta última edición de la Feria Internacional de Turismo de América Latina, llevada a cabo del 4 al 7 de diciembre en la Rural. Más aún cuando se trata de una de las industrias más golpeadas por la coyuntura de la pandemia y por algunas políticas del gobierno nacional que supimos conocer hace poco.
Para muchos el solo hecho de organizar la feria ha sido un logro per se y es probable que así lo sea. La feria mostró la capacidad resiliente de un sector que tiene en su memoria una serie de crisis y que siempre ha sabido salir fortalecido, esperemos que esta no sea la excepción.
La feria en sí no fue más que una muestra de lo que es la economía de nuestro país, una gran presencia del estado fofo e inutil y un sector privado cada vez más chico. Así las cosas año tras año los stands de empresas privadas son cada vez menos, más chicos y con menos propuestas, atrás quedaron los años donde la FIT tenía tres pabellones con interminables actividades que no daban opción a ir solo un dia.
Los mega stands de los gobiernos provinciales siguen sin tener justificación alguna, sobre todo luego del tremendo parate que sufrió la industria. A la vez que son contadas las excepciones en Argentina donde hay algún plan estratégico en el rubro para generar trabajo y sobre todo divisas.
En lo que a la Patagonia respecta es el esfuerzo titánico de los privados que pese a las trabas e impuestos de las autoridades siguen trabajando por difundir los increíbles destinos que tenemos al sur de la Argentina.
Salvo honradas excepciones como Ushuaia, Calafate, Puerto Madryn y Bariloche el resto de la Patagonia aún no se enteró que el turismo es la industria que más riquezas y puestos de trabajo pueden generar para la región y en consecuencia para la Argentina
La misma región que no se quejo al ser la más perjudicada por la caída en la oferta de vuelos de cabotaje y por la retirada del país de aerolíneas como Latam o Norwegian a sabiendas que un país como el nuestro no puede tener tan poca oferta de vuelos y que sin la misma los mas perjudicados son aquellos que más lejos están.
A su vez la feria carece de atractivos o ideas llamativas en pos de atraer a la demanda, stands faraónicos con pequeñas mesitas para los privados que a duras penas podían repartir algo más que un folleto. Promotoras noventosas que regalaban merchandising por doquier.
Como broche de oro cabe resaltar que a eso de las 17 hs los días para profesionales no quedaba nadie del staff estatal en los stands, se ve que conocer Buenos Aires era más atractivo.
Pese a los discursos de los funcionarios nacionales y provinciales, a las pomposas visitas de algunos gobernadores, sigue sin quedar claro cuál es el plan para que el turismo se convierta en una industria protagonista. Quizás la única industria que si la dejan hacer es capaz de producir un millón de puestos de trabajo en un año, si 1 MILLÓN, quizás la industria que más arraigo puede producir y que más federal puede ser.
Resta avisarle a los gobernadores o intendentes que nombren funcionarios competentes en este rubro y no subestimen a la cartera de turismo como si fuese un entretenimiento menor de gente de clase alta. El turismo es un fenómeno masivo a nivel mundial y eso parece que aun nuestros gobernantes no lo saben. (Agencia OPI santa Cruz)
