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Satisfacción en Juntos por el Cambio tras el giro del Gobierno: “Hicimos pesar nuestros votos”

Juntos por el Cambio reunió a sus referentes en Olivos

Según publica La Nación Los máximos jerarcas de la coalición opositora refrendaron el pacto en el Congreso y apuntaron contra la “irresponsabilidad” del kirchnerismo; siguen los pases de factura internos.

Por: Matías Moreno

Tras una jornada de negociaciones frenéticas entre el oficialismo y la oposición en el Congreso, la conducción de Juntos por el Cambio refrendó esta noche la modificación del texto del proyecto de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por la deuda.

Hay satisfacción en el seno del conglomerado opositor, sobre todo, porque lograron mostrar unidad y torcer el brazo del Gobierno para que introduzca cambios en la iniciativa y excluya el programa económico y fundamentos de la ley, que incluían una batería de críticas contra Mauricio Macri.

En su pronunciamiento, la coalición opositora destacó que actuó de manera “responsable” para evitar el default y apuntó contra el kirchnerismo por haber boicoteado el acuerdo firmado por Fernández. “Esperamos que la vicepresidenta (Cristina Kirchner) esté a la altura de su cargo”, lanzaron.

De esta manera, Juntos por el Cambio solo avalará con su voto el refinanciamiento de la deuda, una idea que reunía un amplio consenso entre los principales referentes de la fuerza, con el objetivo de evitar que el país caiga en default. Es decir, la coalición opositora -y el Congreso- solo le dará al Ejecutivo la autorización para realizar la operación crediticia, como había propuesto Elisa Carrió (CC) hace dos semanas, pero no respaldará el plan económico diseñado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, para cumplir las metas pactadas con el FMI.

El interbloque de Juntos por el Cambio votaría unido –Pro, UCR, CC y aliados-, pero aún intentan convencer a Ricardo López Murphy (Republicanos Unidos) de que no rechace el proyecto.

El giro en la postura del Gobierno, debilitado por el fuerte rechazo del kirchnerismo al acuerdo, permitió destrabar el trámite legislativo y allanar la aprobación en la Cámara de Diputados del convenio que cerró Alberto Fernández con el organismo de crédito. Es que, gracias a que el Ejecutivo accedió al pedido de Juntos por el Cambio, la principal coalición opositora se comprometió a apoyar el proyecto en la votación en general.

Con la presencia de Macri, quien regresó ayer de Montevideo, la mesa nacional de Juntos por el Cambio se reunió vía Zoom para revalidar el trato que cerró Massa con las autoridades parlamentarias de la coalición opositora.

La novela de intrigas y peleas que generó en el espacio el posicionamiento frente al trato con el Fondo que anunció la Casa Rosada se acerca a su fin, pero aún hay pases de facturas entre las distintas tribus. También hay lecturas diversas sobre quiénes son fueron los ganadores y perdedores del pacto. “Los ‘halcones’ se van a tener que guardar un tiempo”, aventuran desde el radicalismo.

En un sector de Pro, en cambio, sostienen que el macrismo hizo valer sus votos frente a la postura “principista” de la CC y la apertura de Morales: “Ellos estaban regalados. Y nosotros ejercimos el poder de nuestro voto para que el Gobierno cambie la estrategia y tuvimos una posición firme”, dicen en Pro.

La resolución de la negociación legislativa dejó satisfechos a los jerarcas de Juntos por el Cambio porque lograron imponerse en la negociación y exhibir unidad. Si bien los “halcones” de Pro mantenían una postura intransigente con el acuerdo firmado por el Gobierno -lo calificaron como una “bomba que estallará en 2023″-, la mayoría de los referentes del espacio concordaban en la necesidad de colaborar para evitar una cesación de pagos. Sin embargo, la retórica anti-Macri que le imprimió la Casa Rosada al texto del proyecto y la batería de críticas de Fernández a su antecesor por haber dejado una “deuda impagable” endurecieron la postura de Pro. Desde la apertura de sesiones ordinarias, el macrismo insistió en que la responsabilidad de reunir los votos para aprobar la ley y evitar el default era del oficialismo.

La refinanciación de la deuda que contrajo Macri, en 2018, por 45.000 millones de dólares, había desatado un debate incómodo en Juntos por el Cambio. La fuerza opositora se puso en guardia apenas ingresó el texto del acuerdo al Congreso. Es que en Juntos por el Cambio, sobre todo en Pro, se quejaban de que el Gobierno les tendió una trampa con la redacción del proyecto del acuerdo para corresponsabilizar a la oposición de las medidas “antipáticas” que surjan del convenio con el FMI.

Y responsabilizaron a Guzmán por la encerrona que generó la ley de fortalecimiento y sostenibilidad de la deuda, sancionada en 2020. Mientras que el ministro de Economía decía que no se podrían escindir la mera autorización al nuevo préstamo del programa económico, por una supuesta exigencia del FMI, los referentes de Juntos por el Cambio anticipaban su rechazo a inmiscuirse en los detalles del plan del Ejecutivo para cumplir con las metas pactadas con el principal organismo de crédito. De hecho, hubo sondeos informales de integrantes del espacio al Fondo para conocer si era un impedimento que el Congreso solo apruebe el financiamiento, sin avalar los detalles del memorándum de entendimiento y la carta de intención.

“La ley de aprobación del programa es un invento –o un capricho– de Guzmán, para diluir el costo y quedar bien con el kirchnerismo. El Fondo no pidió la ley ni interviene en su redacción”, explicó uno de los asesores económicos de Juntos por el Cambio.

Según uno de los referentes económicos de Juntos por el Cambio, al Congreso “solo le corresponde aprobar la solicitud de un nuevo préstamo, no de un memorándum de entendimiento que no representa un programa accionable”. “Esto es entendido y aceptado por el staff”, agrega esa fuente.

Por eso, a sabiendas de que el Ejecutivo estaba debilitado por la oposición de Máximo Kirchner al acuerdo, redoblaron la presión para que los anexos -que contienen el programa económico- no formen parte de la ley. Al reformular el texto del proyecto -solo quedó la aprobación de la autorización a un nuevo crédito con el Fondo y se eliminaron los condicionamientos-, Massa se garantizó el respaldo en la votación del acuerdo del interbloque de Juntos por el Cambio y evitará una ola de abstenciones. Cristian Ritondo (Pro), Mario Negri (UCR) y Juan Manuel López (CC), entre otros, estuvieron a cargo de las tratativas.

Carrió, la apuesta ganadora

Elisa Carrió monitoreó las tratativas en el Congreso desde su chacra en Exaltación de la Cruza. “Está informada”, contaron cerca de la líder de la CC, quien no mantuvo ningún contacto con el Presidente, como trascendió hace unas horas. Los escuderos de Lilita se jactan de que la CC ideó la propuesta que, finalmente, permitió un acuerdo entre la Casa Rosada y la oposición para evitar el default.

“Felicito a toda la CC por haber llevado adelante la estrategia de evitar el default, privilegiando los intereses de la Argentina por sobre intereses especulativos y personales”, escribió la exdiputada anoche en Twitter.

El 23 de febrero pasado, atenta a las internas en Juntos por el Cambio y en el Gobierno, Carrió movió sus fichas: a través de sus espadas legislativas, López y Maximiliano Ferraro, presentó un proyecto para allanar el camino para la sanción del nuevo endeudamiento. Propuso que el Congreso solo autorice al Gobierno a contraer nueva deuda con el FMI, para evitar una discusión en torno a los detalles del pacto.

Su premisa era evitar el default y tenía claro que el proyecto podría naufragar por la discusión legislativa sobre la política económica que deberá aplicar el Gobierno para cumplir con las metas. Además, Carrió quería impedir que Cristina Kirchner boicotee el acuerdo. Tanto Gerardo Morales como Hernán Lacunza, asesor económico de Horacio Rodríguez Larreta, valoraron la jugada de Lilita.

El rol de Morales y Lousteau

Morales también siente como un triunfo el giro del Gobierno en la negociación que destrabó el tratamiento legislativo del proyecto. El gobernador de Jujuy y jefe de la UCR fue uno de los impulsores de la idea de acompañar a la Casa Rosada en su cruzada por cerrar un acuerdo con el Fondo. Incluso, envió un enfático mensaje a sus socios en el debate en las comisiones de Presupuesto y Finanzas en la Cámara baja: “De acá tenemos que salir con la ley, con la aprobación del acuerdo para impedir el default porque cuando se complica la economía los que se joden son los más pobres”, enfatizó. Y repitió un argumento que fastidia a Macri: “Esta deuda la tomamos nosotros y me hago cargo. Algunos halcones me pegan por esto, pero es la realidad”. Diputados de Pro que ocuparon cargos ejecutivos comprendían el interés de Morales por evitar una cesación de pagos con el FMI, que tendría una eventual onda expansiva para la economía en las provincias.

Si bien Laspina (Pro), Lacunza o López Murphy (Republicanos Unidos) son muy críticos del programa que cerró Guzmán con el Fondo, los asesores de Morales entienden que el acuerdo es “un préstamo puente para llegar al 2024″. Entiende que es el mal menor, porque caer en default sería catastrófico para la economía argentina.

“Es el único acuerdo posible con un gobierno que no tiene capacidad ni ganas no capital político para hacer reformas o corregir problemas estructurales. La alternativa es el default con el Fondo, que profundizaría la crisis y dejaría una asignación pendiente adicional al próximo gobierno muy difícil de levantar”, apuntan.

En la UCR son pesimistas, pese al acuerdo. Ven que las metas fiscales y de reservas “implican una corrección fiscal y cambiaria que el Gobierno, en el mejor de los casos, hará a medias”. “Lo más probable es que lleguemos a fin de 2023 saltando de waiver en waiver”, aventuran.

Lousteau, cuyo espacio se oponía a desdoblar la ley del acuerdo con el FMI, también articuló para consensuar una salida a la encerrona. “Nadie quiere el default”, dicen en Evolución Radical. (La Nación)

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4 COMENTARIOS

  1. LOS DEL FRENTE PARA LA VICTORIA LOS VIVIERON CAGANDO, INSULTANDO Y EL AH PERO MACRI Y ESTOS INÚTILES LES TIENDEN LA CAMA???
    SON DE CUARTA, ESTE PAÍS ESTA PERDIDO

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