Cristina Caamaño, furibunda contra el “neoliberalismo”  y llamando a “resistir la derecha”, mostró ser poco útil como titular de un organismo clave como la AFI

(Por Rubén Lasagno) – Recientemente, como parte del relato de la partición del gobierno de Alberto y Cristina y siguiendo con la costumbre de no hacerse cargo de nada y vivir dentro de la ideología estúpida que derrama el kirchnerismo sobre todas las cosas, Cristina Caamaño, titular de la AFI, llamó (por Twitter) a los miembros del Frente para la Victoria, a los cuales se adhirió lo más abyecto de la política nacional, incluyendo la izquierda financiada y llamó “a seguir unidos para resistir a la derecha” con el fin de que “el neoliberalismo no vuelva nunca más”.

El discurso maniqueísta, maloliente y absurdo de Caamaño, pretende transferir los problemas propio de su gobierno (el de Alberto y Cristina) a una supuesta “derecha neoliberal”, como si sus patrones en el actual gobierno realmente fueran de “izquierda”, cuando constituyen una facción más derechosa, burguesa y oligarca que la oposición a la cual critican.

El problema de Caamaño, como el de Máximo Kirchner y toda la runfla K, es ver que el 2023 constituye una bandera de llegada para sus aspiraciones políticas, porque el pueblo harto de estar harto, los eyectará del poder con el voto y por cualquier candidato que muestre un poco de coherencia y razonabilidad.

La funcionaria que no funciona

Las palabras de una de los dos responsables de este gobierno, Cristina Fernández, fueron muy elocuentes: hay funcionarios que no funcionan y Cristina Caamaño es una de ellos.

Sin duda la AFI, ex SIDE, fue uno de los organismos más denigrados desde que en el año 2003 asumió Néstor Kirchner en el gobierno nacional, más de lo que ya la había denigrado Menem y ni hablar Fernando de la Rúa con el delincuente de De Santibañez al frente. Nunca bien utilizado para los intereses del país, sino para los partidarios y/o personales, como en la época de Acevedo, Icazuriaga y Larcher, de quienes pocos o nadie habla, a pesar de ser responsables directos de la corrupción “secreta” de Néstor y Cristina.

La viuda de Néstor se encargó de destruir cualquier vestigio del organismo de Inteligencia, Mauricio Macri puso a dos inimputables al frente de la e SIDE y ya fuera del gobierno JxC, el FPV en el 2019 nombró a esta mujer que no tenía (ni tiene) la menor idea de lo que significa el desempeño profesional de alguien al frente de una unidad de inteligencia estratégica como debe ser un organismo de este tipo, transformado en otra cosa y fundamentalmente como nicho financiero y de poder para usufructuar los fondos reservados.

Y la ineficiencia de la AFI, además de todo lo relativo a la lucha contra el narcotráfico y la seguridad nacional que es de producción “cero”, se evidenció claramente en la inoportuna manifestación del presidente Alberto Fernández, diciendo a los cuatro vientos y en los oídos de Vladimir Putin, que nuestro país era la puerta de Rusia a América Latina y cinco días después el presidente ruso ordenaba una invasión a Ucrania.

No saber, no entender, no querer

La AFI tiene un departamento de “política exterior” (entre otros ámbitos) y allí hay mucho personal disperso en el mundo, especialmente dentro de las embajadas, encargados de reunir información pública y de sus contactos, elevarlas a la central en Buenos Aires y allí, tras el desmenuzamiento de los informes recibidos y el análisis de situación por parte de especialistas, se obtienen los resultados que son llevados al escritorio del presidente por el llamado “Señor 5”, algunos con nivel de certeza, otros evaluados con algún margen de falibilidad y otros informes los cuales, basados en esos análisis, proyectan una prognosis.

Uno de los objetivos fundamentales de la AFI es advertir al presidente del contexto político-social en el cual se va a desenvolver y los potenciales conflictos/reclamos (si los hubiere) y cuestiones de orden institucional (gobierno del país al que arriba) que se pueden presentar o cuestiones que en ese momento se estén desarrollando. 

Esto, claro está, tiene como fin que el Presidente esté actualizado en distintos órdenes del país al que llega, más aún si tiene que interactuar de manera diplomáticamente correcta. Es decir, el embajador y el área de Inteligencia, tienen un rol fundamental para evitarle equivocaciones/sorpresas al Jefe de Estado, o como en este caso, un gran papelón internacional.

Caamaño debería irse

Cristina Caamaño es una funcionaria inútil en el área que le compete. No ha sido capaz de advertir al Ejecutivo, a través de su costoso organismo de Inteligencia, que Rusia estaba a la puerta de una invasión. Y eso no se puede achacar a los secretos bien guardados porque en Europa, un mes antes, los medios y gobiernos, advertían la inminencia de un posible ataque a Ucrania. El problema de la titular de la AFI y su equipo de “científicos” es que han cometidos al menos tres errores imperdonables:

O lo ignoraban, porque no están capacitados para hacer análisis de inteligencia exterior, lo subestimaron, pensando que nunca iba a ocurrir o lo negaron, en base a la relación “amorosa” que tiene el FPV con el genocida Vladimir Putín, para no opacarle los planes al álter ego de Cristina Fernández y Alberto.

Sin embargo, nada justifica que la AFI (léase Caamaño) no le advierta al Presidente de la Nación que el panorama político internacional en esa parte del mundo se perforaba con un alfiler y era obligación de esta señora poner en contexto al jefe de Estado que la invasión era inminente, con lo cual (aquí también los embajadores y asesores tienen una gran parte de culpa) exceptuar al mandatario de decir cosas como las que dijo, a sabiendas que si las dice, hará un gran papelón como el que finalmente hizo.

Sin duda la señora Cristina Caamaño no sirve como funcionaria de Inteligencia. Como se ve en su discurso, solo sirve para enarbolar el relato pseudo-ideológico de los derechos humanos torcidos que acuña el Frente para la Victoria, pero profesionalmente debería dar un paso al costados y dedicarse “a tejer mañanitas”, como hacían nuestras abuelas. (Agencia OPI Santa Cruz)