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En medio de la tensión interna, el Presidente se reunió con la CGT y la UIA para buscar un acuerdo para frenar la inflación

La CGT tiene nuevo triunvirato - Foto: NA

Según publica La Nación El encuentro no había sido anunciado y se produjo en medio de las críticas del Gobierno contra productores y comerciantes por la suba de precios; “todos se comprometieron a trabajar sobre las expectativas”, explicó uno de los funcionarios presentes; “vamos a trabajar una propuesta con sugerencias en base a realidades”, advirtió Funes.

Por: Santiago Dapelo

El Presidente mantuvo una extensa reunión con la CGT y la Unión Industrial Argentina (UIA) para intentar avanzar con un acuerdo que permita frenar la inflación, el principal problema que enfrenta la administración de Alberto Fernández. Además, les dio a los sindicalistas la garantía de paritarias libres y avaló negociar por trimestre.

El encuentro, que intentaron mantener en reserva y se realizó en la sede de Sanidad, que lidera Héctor Daer, uno de los popes de la central obrera, estuvo enfocada en los incrementos en los alimentos. “Todos se comprometieron a trabajar sobre las expectativas que generan el espiral inflacionario”, explicó uno de los funcionarios presentes en el cónclave.

El Presidente y su equipo económico escucharon las conclusiones que plantearon los empresarios y gremialistas. “La alta inflación en un peligro latente”, fue el principal planteo que realizaron los líderes de la CGT. Otro de los temas clave fue que la inflación se produce por “la falta de confianza y de perspectivas”. En esto hubo acuerdo de ambos sectores. El Presidente, según resaltaron, tomó nota.

Según describieron testigos del encuentro, los representantes de la UIA –estuvieron su presidente Daniel Funes de Rioja, Adrián Kaufman (Arcor), Luis Betnaza (Techint) Claudio Rodríguez y Delfina Bernarda–, resaltaron que los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Club de París, “despejan la incertidumbre”. La clave es el aumento de reservas que se produjo el último viernes, en total fueron casi 7000 millones de dólares.

“Es una convocatoria positiva. Todo espacio de concertación que sirva para generar confianza post acuerdo con el FMI es bueno”, dijo Funes de Rioja, a LA NACION. “Es una patada inicial”, agregó el directivo, siempre esperando no generar “sobreexpectativas”, sobre todo luego de que el Gobierno apuntara directamente a los empresarios como responsables de las subas de precios. “Vamos a trabajar una propuesta con sugerencias en base a realidades”, advirtió Funes.

Si bien no hubo medidas o acciones concretas, se resolvió que el ministro de Economía, Martín Guzmán, presente en la reunión, los convocará en los próximos días para avanzar con una agenda común.

La reunión surgió a tras el encuentro de la última semana en el mismo lugar. Según contaron fuentes oficiales, el Presidente les propuso a los sindicalistas “la necesidad de generar un compromiso con el sector privado, el de los trabajadores y el Estado, con el objetivo de bajar la inflación sin detener el sendero de crecimiento económico y la creación de trabajo”.

El encuentro sirvió también como antesala de lo que ocurrirá mañana en el Centro Cultural Kirchner cuando todos los presentes se vuelvan a ver en un acto que encabezará el Presidente en el marco del Consejo Económico y Social, que lidera el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz.

El Presidente llegó hasta la sede del sindicato manejando su automóvil acompañado por el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y Guzmán, que viajó en el asiento trasero. Después de las 19 salió a toda velocidad por la calle Dean Funes. Además, acompañaron al mandatario el canciller Santiago Cafiero; el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, y el ministro de Trabajo, Claudio Moroni.

En el segundo piso de edificio de Sanidad los aguardaban Daer, José Luis Lingieri (Obras Sanitarias), Armando Cavalieri (Comercio), Gerardo Martínez (Uocra), Carlos Acuña (Estaciones de servicio) y Andrés Rodríguez (UPCN). No estuvo Pablo Moyano, el tercer mandamás de la central obrera. El líder de Camioneros fue invitado a última hora, como la gran mayoría de los funcionarios nacionales, y se excusó.

“Se evaluaron los impactos de la guerra en la economía y en los precios”, confiaron cerca del Presidente. Y agregaron: “Hay problemas reales y también un problema con la remarcación por las dudas que realizan los formadores de precios”.

Así, tras haber declarado la “guerra” contra la inflación y definirla como uno de sus temas prioritarios a resolver, Fernández dio un paso concreto. Hasta ahora solo había avanzado con conversaciones privadas. Ahora, entiende el Presidente, están dadas las condiciones para lograr un acuerdo que permita alinear las expectativas de precios y salarios, uno de los mandatos la vicepresidenta Cristina Kirchner. (La Nación)

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