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El Papa eludió meterse con Rusia, condenar la invasión a Ucrania y socializó las culpas en vez ponerle la mochila a su amigo Vladimir Putin

El Papa Francisco - Foto: Telam

(Por: Rubén Lasagno) – El Papa Francisco es un jefe de Estado. Tiene en sus palabras la fuerza de uno de los más conspicuos personajes del poder mundial, más allá de (además) representar a la iglesia como institución cristiana con millones de fieles en todo el mundo.

Lo que diga y haga el Papa no es un tema menor. Y muchos menos si sus declaraciones giran alrededor de un genocidio como el llevado a cabo por Vladimir Putin en la incalificable invasión al pueblo de Ucrania.

En su declaración utilizó palabras y frases como “repugnante”, “masacre insensata”, “crueldad humana y sacrílega”, pero a pesar de las fuerza de sus palabras eliminó cuidadosamente de su prosa a Vladimir Putin, el culpable del genocidio y su amigo con quien se reunió en tres oportunidades. 

Sacó cuidadosamente de su discurso la palabra “invasión”, puso un “pero…” y socializó la responsabilidad que le cabe a su amigo genocida diciendo impunemente ¡Todos somos culpables!.

El Papa, que es de origen argentino, actúa como lo hacen los argentinos desde el poder nacional donde gobiernan sus amigos, Alberto y Cristina Fernández. Estos dos negadores de la realidad cotidiana que nos azota en un país devaluado, empobrecido, inseguro, fuera del mundo y marginado del contexto internacional, no han condenado el genocidio ucraniano, solo por no incomodar a su amigo genocida.

Y el pontífice que en tres oportunidades estuvo reunido con Vladimir Putin y con el Patriarca Ortodoxo Cirilo, un aliado del presidente ruso y jefe de una Iglesia con cerca de 150 millones de fieles en Rusia y Ucrania, no ha tenido la voluntad de levantar el teléfono para reprocharle a su amigo ruso la barbaridad humanitaria que está cometiendo. Francisco Bergoglio solo se limitó por las redes sociales a decir que desde finales del 2021 no habla con Putin, como si eso fuera excusa para no intervenir directamente en esta inhumana y desproporcionada respuesta militar.

No es casual que el Papa nunca hablara de “invasión”. Parte de esta estrategia es poner el problema en ambas partes, Rusia y Ucrania, como forma de repartir la culpa. Algo así como “por la posición irreductible de Ucrania, Rusia se vio obligado a tomar medidas”. Lamentablemente estas “medidas” constituyen el aniquilamiento de una tercera parte de la población civil ucraniana.

Al Papa no le llama la atención este dato, porque no lo ha condenado al ruso por su criminalidad, el hallazgo de fosas comunes con 400 cadáveres enterrados en la retirada rusa de localidades arrasadas por las bombas. Entre esos muertos hay mujeres y niños, hombres y mujeres con las manos atadas a sus espaldas, torturadas y ejecutadas al mejor estilo hitleriano. Eso parece que el Papa no lo ha visto ni se ha enterado. 

Su mejor expresión al respecto y tirada por Twitter, fue: “Hay que llorar sobre las tumbas. ¿No nos importa la juventud? Me adolora lo que sucede hoy. No aprendemos. Que el Señor tenga piedad de nosotros, de todos nosotros. ¡Todos somos culpables!”.

No señor Bergoglio, no socialice el crimen de lesa humanidad ordenado y ejecutado por su amigo Vladimir Putin. Eso dígaselo al propio Putín. 

Yo le diría al Papa que se haga cargo él de ser tan tibio ante la masacre perpetrada por su amigo genocida contra el pueblo ucraniano. Yo no me siento culpable de nada. 

Cuando Bergoglio sociabiliza la culpa, lo que en realidad trata de hacer es quitarle culpa al presidente ruso; lo justifica, porque en el fondo interpreta que “todos nosotros”, presidentes del mundo, empresarios y la sociedad misma, no se hacen cargo de haber arrastrado a Rusia y Ucrania “a una guerra”. Error, una interpretación capciosa y sesgada del máximo líder de la Iglesia cristiana del mundo.

La guerra” de la cual habla el Pontífice, es una invasión armada, violenta, desproporcionada, criminal y deshumanizada que nació de la propia iniciativa de Vladimir Putin y claro, a menos que el Papa Francisco pretenda que el pueblo ucraniano no tenía que defenderse y dejar que los maten en las calles sin oponer resistencia, no se entiende cuál es el punto al que intenta arribar Francisco.

Y como si todo lo dicho fuera poco, el Papa habla de “las miles de personas que debieron abandonar su país…”, cuando claramente no ha leído los diarios, porque el éxodo ucraniano ha sobrepasado los 4 millones de habitantes y el resto está resistiendo en su tierra, entregando la vida en lugar de la dignidad, como parece correspondería hacer (según el Papa) para que esta masacre termine.

Más allá de lo que el Vaticano esté haciendo para detener la locura genocida de Putin en Ucrania, los dichos del pontífice dejan mucho que desear. No condenar con nombre y apellido al iniciador de este crimen social, evitar mencionarlo y tratar de repartir las culpas para justificar al ruso de tamaño crimen cometido innecesariamente desde el poder que ostenta y poniendo a Ucrania como corresponsable, es de una bajeza impropia de su magistratura.

El Papa es argentino y sin duda, actúa como el gobierno de nuestro país, con el cual sintoniza en cuerpo y alma. (Agencia OPI Santa Cruz)

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11 COMENTARIOS

  1. Los felicito por la nota,es lo qué sentimos los católicos, es indigno no repudiar tantas muertes como corresponde, con nombre y apellido, es un líder mundial qué ha decepcionado a todo el mundo

  2. Felicitaciones por la nota, opino exactamente igual. El Papa es zurdo, peroncho y kirchnerista, ademas de socio y defensor a ultranza de la jefa de la banda y piensa como ella defienden a Putin !!!!

  3. Espectacular editorial sobre este cura acomodaticio. Defensor de Grassi para quien escribió dos libros con el fin de demostrar “su inocencia”. Parece que nadiie se acuerda de eso

  4. Felicitaciones OPI por escribir una columna que no hemos visto en ningún medio nacional. Coincido en casi todo. No creo que sea “amigo” de Putin, porque tanto uno como otro NO tienen amigos, no saben del significado de la amistad.
    Como dice en los comentarios Liliana Metaza: “El Papa es zurdo, peroncho y kirchnerista, ademas de socio y defensor a ultranza de la jefa de la banda y piensa como ella defienden a Putin !!!!”. La semana pasada recibió al tartamudo…sigue metido en la política el cura.

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