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Las paritarias se negocian sin referencias y a corto plazo, y crece la presión sindical

Ante el impacto económico, el Gobierno no descarta ayudar a las empresas a pagar salarios

Según publica La Nación Los acuerdos salariales dejaron de ser anuales y se discute por trimestre o cuatrimetre; en algunos casos las subas van desde el 45 al 75 por ciento; dura advertencia de los estatales a la Casa Rosada.

Por: Nicolás Balinotti

Andrés Rodríguez, histórico jefe de UPCN y virtual número dos de la CGT, fue uno de los que suscribió anoche el acuerdo tripartito entre el Gobierno, la Unión Industrial Argentina (UIA) y la central obrera para adelantar el calendario de las paritarias y debatir sobre el precio de una canasta de productos. Apenas unas horas después del apretón de manos, el sindicalista estatal presionó a la Casa Rosada para revisar el acuerdo salarial de la administración pública nacional. “La pérdida del poder adquisitivo de los salarios es alarmante. Exigimos la apertura de las paritarias ya”, reclamó en un inusual mensaje combativo. El pedido de reabrir la negociación que hizo UPCN es apenas el primero de una sucesión de pedidos que se multiplicarán a partir de hoy.

Por la inflación, el campanazo de largada de la temporada alta de las paritarias se adelantó. Ya hubo decenas de tratos sellados, aunque con una particularidad: ya no son más acuerdos anuales, como se hizo históricamente como señal para dar mayor previsibilidad. En la mayoría de los casos, se estableció el 45 por ciento de aumento como referencia con el compromiso de revisar el incremento entre septiembre y noviembre. En esa línea se cerró el alza del salario mínimo vital y móvil y el sueldo nacional docente, en el que el Estado oficia como empleador. Ambos casos sirvieron como casos testigos para el sector privado. La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) fue el primer sindicato industrial en acordar un 45% en tres cuotas, con revisión en noviembre. El trato no dejó conforme a la mayoría de las seccionales de la UOM que manifestaron su descontento al desplazar a Antonio Caló de la conducción del gremio después de 18 años. Apenas por encima de esa marca cerró la Asociación de Obreros de la Minería (AOMA), que pactó un 48% de aumento en cuotas y con revisión en noviembre.

Otro de los acuerdos novedosos fue el firmado por el Sindicato de los Empleados y Obreros de la Enseñanza Privada, que encabeza Guillermo Marconi y representa al personal no docente de universidades y colegios privados de todo el país. Logró un 25% por cuatrimeste y podría alcanzar un 75% anual. El convenio beneficia a 15.000 trabajadores de 62 universidades privadas y a 35.000 que se desempeñan como personal no docente de los colegios. El Sindicato de Empleados de Comercio, el más numeroso del país, busca replicar el mecanismo, aunque con subas trimestrales. Lo puso en práctica históricamente el Smata, que nuclea a los mecánicos y que desde hace al menos cinco años no perdió ante la inflación.

“Lo que pidamos va a ser poco”

Hay dos negociaciones importantes en marcha que desnudan el grado de incertidumbre y que evidencian que no existen hoy referencias. Una es la que activaron ayer los gremios petroleros. “Lo que pidamos hoy va a ser siempre poco dentro de dos meses. El más optimista habla de una inflación de 60%”, dijo a LA NACION Marcelo Rucci, el jefe del Sindicato de Petroleros Privados de Río Negro, Neuquén y La Pampa. Hace apenas un mes, los petroleros lograron un 20% adicional como recomposición por la paritaria 2021-2022. Se abrió ayer la pulseada por el período 2022-2023.

La otra negociación trascendente es la de la Asociación Bancaria, que en enero consiguió un pago a cuenta por el primer trimestre con sumas fijas mensuales de entre $14.500 y $29.500, según la categoría. Es el gremio que conduce el kirchnerista Sergio Palazzo, uno de los interlocutores sindicales de Cristina Kirchner. Mañana se reanudará la negociación en el Ministerio de Trabajo. Claudio Moroni, el jefe de la cartera laboral, reforzó anoche la intención oficial de habilitar las reaperturas de las discusiones salariales de manera permanente.

Walter Correa, otro sindicalista aliado del kirchnerismo, reclamó mayor control del Gobierno. “Tuve una paritaria muy buena, de casi 60 %, pero los compañeros van al supermercado y la plata no alcanza. Hay que entender la realidad. Si el Estado no le pone un freno a estos sinvergüenzas, no se entiende”, dijo el dirigente del gremio del cuero en radio El Destape. Correa estuvo ayer en Merlo en un acto con Máximo Kirchner en el que hubo críticas a la gestión de Alberto Fernández.

El año paritario lo abrió en enero la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines, que acordó con las tres cámaras empresarias del sector una suba directa de un 39% a partir de enero. El aumento regirá por ocho meses, ya que en agosto se reabrirá la posibilidad de un nuevo ajuste. Al haber sido el pago directo, sin cuotas, el porcentaje de suba es mayor.

Ajuste y caída

Al verdadero ajuste lo está haciendo la inflación. ¿Qué sucedió con las jubilaciones y los salarios del sector público y privado en lo que va de la gestión del Frente de Todos? Entre diciembre de 2019 y diciembre de 2021 la jubilación mínima cayó un 0,8%, según datos de Luis Campos, coordinador del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma. Campos hizo hincapié en el haber mínimo, dado que en 2020 los aumentos fueron discrecionales y algunos de ellos consistieron en una suma fija más un porcentaje, lo que afectó en mayor medida a las jubilaciones de mayor monto. El impacto es más estruendoso si se tiene en cuenta el arrastre de la gestión de Macri: entre diciembre de 2015 y diciembre de 2019 la jubilación mínima cayó en términos reales un 20%, según el relevamiento elaborado a partir de datos oficiales.

Con los sueldos sucedió algo parecido. En el sector privado registrado el salario promedio cayó un 20,3% durante el macrismo, según el Observatorio de la CTA. De esa caída, 3,8 puntos se produjeron entre 2015 y 2017; el resto, entre 2017 y 2019. Una dinámica arrasadora para el poder adquisitivo. Entre diciembre de 2019 y diciembre de 2021, con el Frente de Todos, el salario promedio de los trabajadores registrados del sector privado creció un 1,5%. Una suerte de empate técnico cuyo resultado no es considerado por expertos como un punto de recuperación si es que no se ordena la macroeconomía. Es decir, si no se controla el dinamismo inflacionario, entre otros dramas domésticos.

La caída fue mucho mayor en el sector público. Entre diciembre de 2015 y diciembre de 2019 fue del 22,8%. En este caso no hubo recuperación durante el gobierno de Fernández. El salario promedio en el sector público cayó un 2% entre diciembre de 2019 y diciembre de 2021, según los datos Índice de Salarios que publica el INDEC. Otro sector damnificado es el informal, cuyos parámetros salariales se guían por los ajustes del salario mínimo vital y móvil, que el año pasado se mantuvo apenas por encima de la inflación. (La Nación)

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