Según publica Clarín Buenos Aires sigue en debate. Pero la mayoría de los gobernadores oficialistas no quieren atar su suerte al turno presidencial.
Por: Federico Mayol
Lo dice con crudeza y escasa autocrítica uno de los dirigentes del PJ que cenó el miércoles por la noche en la casona de Juan Manuel Urtubey en San Isidro -una comida que aglutinó a parte de la oposición moderada-, pero lo piensan cada vez más colegas del Frente de Todos: “Nosotros los peronistas no estamos acostumbrados a gobiernos malos, podemos ser más o menos hijos de puta, pero esto es una novedad”.
Los gobernadores asienten con matices. No pueden hacerlo en público porque dependen, en mayor o menor medida, de la billetera de la Casa Rosada. Pero la preocupación por el rumbo de la gestión y del impacto de la crisis económica -en especial la escalada de precios-, y el liderazgo deslucido de Alberto Fernández, los mantiene en alerta.
El escenario plantea, en ese sentido, la necesidad de ratificar el año próximo la decisión adoptada por buena parte de los gobernadores en el 2019: el desdoblamiento del calendario electoral para sortear la crisis y retener el territorio.
Con un agravante: la discusión instalada en la provincia de Buenos Aires en torno a la hipótesis de adelantar también las elecciones en ese distrito. Lo intentó María Eugenia Vidal para evitar lo que al final sucedió: una derrota holgada frente a Axel Kicillof, tres años atrás.
Al gobernador bonaerense no lo seduce la idea. Tiene un argumento sólido: la posibilidad de ir colgado de la boleta de Cristina Kirchner si es que la ex Presidenta decide postularse al Senado, como en el 2017, y él es elegido finalmente para buscar la reelección. Es una opción que circula con fuerza en los despachos del kirchnerismo.
El debate, sin embargo, fluye de manera subterránea entre dirigentes del oficialismo y la oposición bonaerense, y da cuenta de la crisis del gobierno. Martín Insaurralde, que en algunas mesas habla directamente como si fuera el gobernador -no oculta su deseo de serlo en el 2023-, que tiene el respaldo de Máximo Kirchner y que limó asperezas con Sergio Massa, lo conversa con sus colegas de Juntos por el Cambio. De todos modos, el equilibrio legislativo en La Plata pende de un hilo.
Para modificar el cronograma electoral en la Provincia hace falta una ley. La última semana ni siquiera se pusieron de acuerdo para declarar ciudadano ilustre al ex senador Esteban Bullrich, que padece ELA. Terminaron negociando una declaración como “personalidad destacada”.
Según confiaron a este diario fuentes oficiales, el debate aún no figura en la mesa formal de discusión política de la coalición de gobierno. Sí se conversa en reserva, y sobrevuela los encuentros de los gobernadores.
Por ejemplo, el de este viernes, en Salta, con los jefes provinciales del NOA que se congregaron en ese distrito con la presencia del jefe de Gabinete, Juan Manzur. Será tema de análisis, además, en el viaje a Israel que a fin de mes compartirá Eduardo “Wado” de Pedro con ocho de ellos.
Reclaman, desde hace rato, mayor participación en el Gobierno. Hicieron catarsis en la reunión del CFI de hace algunos días.
El antecedente con Macri
Con excepción de Catamarca y La Rioja, el resto de las provincias del peronismo eligieron en el 2019 a sus gobernadores antes de la elección presidencial del 27 de octubre: fue entre marzo y septiembre. Neuquén, con predominio del Movimiento Popular Neuquino, fue la primera en ir a las urnas, el 10 de marzo de ese año.
Tambien Jujuy y Mendoza, alineadas entonces con la Casa Rosada, anticiparon los comicios. La Ciudad y la Provincia no tuvieron más remedio que plegarse a la candidatura de Mauricio Macri: en territorio porteño, que elegía desdoblado, fue toda una novedad.
En el caso de Salta, hubo elecciones un mes después de las presidenciales, en noviembre.
El año próximo, por caso, marcaría un récord de provincias: nadie quiere quedar pegado al Gobierno.
Según pudo reconstruir este diario de fuentes nacionales y provinciales, el catamarqueño Raúl Jalil ya tendría definido adelantar también su cronograma electoral. Tambien Ricardo Quintela, en La Rioja. Y Chubut, sumida en una profunda crisis económica y política, que en el 2019 votó a gobernador en junio, analiza anticipar aún más su calendario. Toda una señal de debilidad de la Casa Rosada.
En el 2015, con Cristina Kirchner todavía en el gobierno y Daniel Scioli de candidato, diez provincias del peronismo habían elegido gobernador el mismo domingo -25 de octubre- que las elecciones nacionales. En el 2019, solo Catamarca y La Rioja quedaron plegados al calendario nacional entre los distritos del peronismo.
En el 2023 podría presentar un escenario particular: solo Ciudad y la provincia de Buenos Aires, si sigue como hasta ahora, votarían el mismo domingo que la elección presidencial.
Hay, además, al menos un gobernador que tiene pensado buscar su reelección lo más temprano posible y que analiza con seriedad presentarse como candidato a presidente. Se trata de Jorge “Coqui” Capitanich, que confiesa abiertamente su plan cuando viaja a Buenos Aires.
El otro que aún coquetea con ese proyecto es Manzur, que sigue sin hacer pie dentro del esquema del gobierno. El jefe de Gabinete está tan disgustado con el rumbo de la gestión, y de la política, como la cúpula del kirchnerismo. Es tema de conversación cotidiano con Jorge Neme, su mano derecha, que en Tucumán apodan “El Muerto”.
Manzur esperaba más protagonismo en la toma de decisiones: fue lo que, según su entorno, le prometió el Presidente en la reunión que mantuvieron en La Rioja, en septiembre pasado, días antes de que el tucumano asumiera formalmente en la Jefatura de Gabinete junto a un puñado de gobernadores que ya no creen en este proyecto. (Clarín)
