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Las críticas de Martín Guzmán recalentaron la interna oficial y para los K es un ataque de Alberto Fernández

El ministro de Economía, Martín Guzmán explica en el Congreso los alcances del acuerdo con el FMI - Foto: NA

Según publica Clarín El ministro apuntó contra Feletti y La Cámpora, que maneja el área de Energía. Furia en las filas del kirchnerismo y expectativa por el discurso de Cristina.

Por: Ignacio Ortelli

“Gestionaremos con gente alineada con el rumbo económico”. Aunque lo dijo Martín Guzmán, en el kirchnerismo no hay dudas de la autoría intelectual de semejante definición en medio de un clima caliente y en momentos de extrema tensión interna en el Frente de Todos: “Es un ataque de Alberto (Fernández)”, sintetiza una voz autorizada del universo que rodea y reconoce como única líder a Cristina Kirchner.

Si la definición del ministro de Economía en el programa del Gato Silvestre en el oficialista C5N no había sido suficiente, luego de un aluvión de rumores de cambios en el Gabinete y de versiones que, como contó Clarín, daban cuenta que el Presidente estaba dispuesto a mover a Eduardo “Wado” de Pedro de Interior a Justicia y de incluso soltarle la soga a Guzmán para finalmente hacer cambios en el área de Energía, hoy a cargo de La Cámpora; la irrupción de Aníbal Fernández este martes pidiendo que “los que no están de acuerdo (con Fernández), como mínimo, no deberían estorbar”, terminó de despejar cualquier duda.

Desde que asumió en Seguridad, el quilmeño comenzó a mostrar diferencias con las voces críticas que surgen desde el kirchnerismo, se acercó a Fernández y defiende sin reparos al Presidente, aunque esto implique enojos del cristinismo más puro.

“El fin de semana sus medios amigos dijeron que se iban Wado, Darío (Martínez) y (Federico) Basualdo, ayer (por el lunes) Guzmán va a lo del Gato y dice que se quedan los que no critican, hoy (por este martes) Aníbal y dice que estorban. La única política que sabe hacer es la de la operación”, reprocha la misma fuente.

La postura del kirchnerismo duro es clara: “Si lo tocan a Wado o a alguien de Energía, se termina el Frente de Todos”, es el desafío al poder presidencial. 

En rigor, apuntan, el problema de Fernández es que -según entienden- no tiene en cuenta que cualquier enroque de ficha debe tener la aprobación del resto de los integrantes de la coalición. Incluyen, en esto, como aliado al líder del Frente Renovador Sergio Massa, cada vez más cercano a Cristina y a Máximo Kirchner.

Por las dudas, este martes el presidente de YPF, Pablo González, uno de los apuntados por Guzmán, levantó el perfil: le dio una entrevista al periodista Carlos Pagni en el canal LN+, donde si bien evitó la polémica con su eventual jefe, aprovechó para marcar la postura K en el tema energético. “La crisis energética es mundial, no sólo Argentina”. Lo que parece una frase de ocasión, o de defensa de su gestión en la compañía, incluye la advertencia que funcionarios K le suelen hacer al ministro de Economía en privado: en un año donde la guerra trastocó los precios internacionales del sector, no es factible un recorte de subsidios sin un daño político irreversible ante la sociedad. 

Con todo, por ahora en el kirchnerismo no tienen claro los motivos y el objetivo de la estrategia del jefe de Estado. A nadie se le ocurre que, finalmente, haya tomado la decisión de romper la coalición. “Un día dice que no se puede romper y que quiere hablar con Cristina, a los cinco minutos los manda a decir estas cosas, ni él sabe lo que quiere”, ironiza con cierta malicia otro referente K considerado “extremo” y que se planta en que no va a hablar “hasta escucharla a Cristina” el miércoles al mediodía, cuando exponga en la apertura de la sesión plenaria de Eurolat.

La aparición de Cristina, de no haber cambios, se dará previo a la difusión del número de la inflación, que según Guzmán será “la más alta del año”, pero en cualquier caso servirá para ordenar a la tropa en medio de los dardos cruzados con la Casa Rosada.

Al igual que la interna, los rumores se mantienen a pesar de que la Casa Rosada se encargó este lunes de aclarar que por ahora no estaba en análisis del Presidente hacer cambios. Por el momento, sin embargo, nadie se anima a asegurar que Fernández avance sobre los resortes K. En cambio, la posibilidad de que Agustín Rossi se sume al Gabinete es concreta. Sin margen para echar a De Pedro, se le busca lugar en otras carteras.

Aunque la primera opción fue -y sigue siendo- la Agencia Federal de Inteligencia, en las últimas horas alguien muy cercano al Presidente propuso su desembarco como jefe de Gabinete, en lugar de Juan Manzur, quien nunca dejó de mirar a su provincia y hace unas semanas ante Clarín dejó en claro que no era “ex gobernador” de Tucumán sino “gobernador en uso de licencia”.

La llegada del santafesino, hoy un ministro sin cartera, a la cúpula del poder le aportaría a Fernández un puente de confianza con el universo K, a pesar de que en las últimas legislativas se animó a desafiar la voluntad de Cristina en su territorio. En contrapartida, le generaría algo de ruido en su vínculo con el gobernador Omar Perotti, eterno rival en Santa Fe. (Clarín)

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