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Con promesa de “cambios”, el Gobierno desactivó una reunión de gobernadores del PJ que piden mayor participación

Alberto Fernández junto a 13 gobernadores - Foto: Telam

Según publica Clarín Los jefes provinciales tenían previsto reunirse este martes en el CFI.

Por: Federico Mayol

En su entorno aseguran que esta vez sí es el último tren, que Alberto Fernández ahora dice ser consciente de su debilidad y que por eso pidió hasta los feriados de Semana Santa para hacer cambios. Son pocos -incluso algunos muy cercanos-, sin embargo, los que aún frente a esa promesa ponen las manos en el fuego por el Presidente: no sería la primera vez que Fernández dice una cosa y hace otra.

Pero los gobernadores peronistas, que tenían previsto juntarse de nuevo este martes en la sede del CFI del centro porteño, resolvieron darle una chance más y esperar a que el Presidente defina, de una vez por todas, dar un golpe de timón, convocarlos a una mesa de trabajo y fijar un rumbo de gestión mucho más efectivo. Según pudo reconstruir este diario, ese fue, al menos, el mensaje que bajó el mandatario para convencer a los jefes provinciales de aplazar el encuentro para la semana próxima.

Fernández sabe que la última reunión de hace diez días, en ese mismo lugar, estuvo atravesada por una catarsis colectiva y que los gobernadores están muy descontentos con la gestión y con la tensión interna entre la Casa Rosada y el núcleo duro del kirchnerismo. Y que todos están ya decididos a desdoblar el calendario electoral para no quedar pegados a la Casa Rosada. 

Jorge Capitanich, que ya no oculta su intención de ser reelegido en Chaco y postularse automáticamente a la Presidencia, planteó de hecho en ese encuentro del CFI de hace diez días la necesidad de presentar esta misma semana un programa antinflacionario.

La idea llegó a oídos del Presidente, que pidió de manera urgente a algunos de sus colaboradores que busquen abortar la reunión con la promesa de instrumentar, la semana próxima, una suerte de renovación de parte del staff oficial para torcer las expectativas políticas que, según resaltó Guzmán en la entrevista de este lunes en C5N, impactan de lleno en la microeconomía.

Algunos de los gobernadores, según trascendió, fueron llamados directamente por el jefe de Estado. Además de Capitanich, Gerardo Zamora, de Santiago del Estero, es uno de los más inquietos.

También Axel Kicillof. El Gran Buenos Aires, remarcan, es un polvorín. En La Plata confirman que, frente a la crisis, volvieron a activarse “orgánicamente” las conversaciones en bloque de los jefes provinciales. El ex ministro de Economía oficializó este martes sus propias medidas para tratar de paliar los aumentos de precios. 

En ese sentido, en el círculo íntimo de Fernández está vez sí están convencidos que después de Semana Santa podría haber novedades. Fantasean con la salida de Eduardo “Wado” de Pedro, con el argumento de que el ministro del Interior, un cargo clave, debe ser de la más absoluta confianza del Presidente. Son los mismos que, en septiembre pasado, se ilusionaban con la posibilidad de que el mandatario despidiera a todos los funcionarios K -incluido De Pedro- que renunciaron en masa tras la derrota en el primer turno electoral.

En el Ministerio del Interior no tienen ninguna señal en ese sentido. Es más: “Wado” sigue adelante con los preparativos del viaje a Israel, previsto para antes de fin de mes, con ocho gobernadores. Y viene de reunirse en Roma con el Papa Francisco. 

En tanto, la chance de que el Presidente decida eyectar a La Cámpora de YPF, el PAMI y la ANSES también se coló en los últimos días entre algunos gobernadores como una versión que tiene a más de un mandatario provincial interesado, y que también obedece más a una fantasía que a la realidad de la composición accionaria de la coalición.

Dicen que, en su momento, formó parte de alguna charla entre Juan Manzur y algunos de sus ex colegas que miran con ganas esas cajas en manos de la agrupación liderada por Máximo Kirchner. Las probabilidades de que Fernández avance con esa jugada son casi nulas. 

Por ahora, hay una sola certeza en Casa Rosada: el jefe de Estado quiere a Agustín Rossi de vuelta en el gabinete. Como publicó este diario, quiso avanzar en el verano para nombrarlo al frente de la AFI. Después se lo mencionó para un cargo de mayor relevancia política, e incluso, tal como publicó La Nación, hubo un ofrecimiento como “asesor” que el ex ministro no aceptó. Las filtraciones sobre su posible designación en Interior alteraron al kirchnerismo: “¿Por qué no lo nombran en el Ministerio de Trabajo?”.

Es que, además de que Claudio Moroni tampoco es de la predilección de Cristina Kirchner, Rossi ya tiene a dos dirigentes de su riñón en ese ministerio, designados el mes pasado: se trata de Fernanda Medina y de Roberto Sukerman.

Los gobernadores, mientras tanto, esperan. Creen, como casi todos, que el tiempo se agota. (Clarín)

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