La Convención Radical con enunciados y diagnósticos, diciendo lo que todo sabemos pero sin explicar cómo, cuándo y de qué manera se revierte

(Por: Rubén Lasagno) – El radicalismo provincial realizó una Convención el fin de semana y emitió un documento final, que a criterio de quienes no somos radicales ni peronistas (y mucho menos kirchneristas) nos deja “gusto a poco”.

El documento es una prolija enumeración de problemas estructurales y existenciales de Santa Cruz, los cuales no son nuevos, a lo sumo están exacerbados por la permanencia treinteañal del mismo partido en el poder, pero a quienes debe estar dirigido (la sociedad en general y a los votantes independientes en particular) nos deja con un panorama poco sustancioso a la hora de evaluar una opción sustentable para el año 2023.

El documento divide la parte expositiva en dos. La primera constituye un análisis de la situación económica y social de la provincia y expresa:

• Manifestamos nuestra preocupación por la apremiante situación económica y social que sufre nuestra comunidad. 
• La espiral inflacionaria destruye los salarios mientras el Gobierno no acierta en las medidas para frenar la caída del poder adquisitivo y hace que cada día haya más pobreza y desigualdad. La crisis social afecta a todos los vecinos y hace que miles pierdan sus trabajos y tengan graves problemas para llegar a fin de mes. 
• En materia de educación, la crisis es muy marcada y profunda. Necesitamos recuperar los dos años perdidos. Ya ha quedado demostrado que no sirvió el sistema virtual sino que ha dejado a miles de niños sin escolaridad y con graves secuelas emocionales que necesitan una respuesta del gobierno.
• Los santacruceños vivimos momentos muy complicados con un modelo que no está pensando en los vecinos, que concentra el poder y no toma decisiones para mejorar la vida de los mismos.
• El Frente para la Victoria, ahora llamado Frente de Todos, ha gobernado de espaldas a la comunidad, alejado de los intereses de los santacruceños, con el solo objetivo de apropiarse de los recursos provinciales y otorgar privilegios a un grupo de amigos del poder.

El diagnóstico es exacto. Prácticamente no hay nadie (excepto el gobierno provincial) que no comparta esta enumeración resumida de cuestiones con las que convivimos y padecemos todos en Santa Cruz. Si me pusiera meticuloso, hasta diría que “se quedaron cortos”.

Y a continuación, el Radicalismo expone en el documento, un resumido análisis de la realidad provincial a la que arribaron; a modo de conclusión y bajo un subtítulo bastante presuntuoso, plantea lo que la UCR describe como “El nuevo Modelo”.

Y reseña tres objetivos del partido, así enumerados:

• La búsqueda de la igualdad a través de la inclusión social y la educación. 
• Necesitamos construir un nuevo modelo basado en recuperar la educación y el trabajo. 
• Es prioridad generar un plan de obras públicas para resolver la falta de servicios básicos en nuestras ciudades y crear al mismo tiempo oportunidades laborales. 

Y a raíz de esto, enumera lo que denominan “Ejes centrales de la nueva política” y define:

• Crear una nueva matriz hidrocarburífera 
• Desarrollar el potencial minero 
• Generar créditos para las pymes 
• Trabajar en la inclusión social
•  Trabajar en la energía verde 
• Promover la industria alimentaria 
• Implementar un plan integral de obras básicas
•  Mejorar el sistema educativo. La educación tiene que estar vinculada al mundo del trabajo. Asimismo, debemos trabajar en que haya un plan de becas y el equipamiento y mantenimiento escolar necesario.

Y cierra diciendo “Todas estas acciones servirán para crear empleo genuino, aprovechando de forma sustentable nuestros recursos y dotando de oportunidades a nuestros vecinos”.

¿Alguien puede estar en desacuerdo con las conclusiones de la Convención Radical?, no. Sin embargo, podríamos decirle a los convencionales: “díganme algo que no sepa”.

No es suficiente

Personalmente no me complace que un partido político, el cual es oposición a lo establecido, sea un mero relator de la realidad y no me diga lo que yo necesito saber: ¿Cómo lo van a revertir, qué acciones van a tomar y cuáles mecanismos van a utilizar para transparentar las acciones públicas, como forma de diferenciarse de quienes están en el poder?.

Vamos a poner un ejemplo práctico de lo que realmente sería un discurso propositivo concreto que podría dar la oposición. 

Sabemos que el gobierno provincial es renuente a los controles administrativos o de gestión. Nunca los puso en práctica ni los incentivó y al contrario de la lógica, se ha puesto de los dos lados del mostrador, con lo cual se asegura (y en los 30 años de gobierno K, así fue) que nadie meta la nariz en inversiones, gestión en municipios, en empresas del Estado, presupuestos, ni denuncie corrupción, sencillamente porque ellos son los encargados de controlarse a sí mismo. El Tribunal de Cuenta con potestad de auditar al gobierno, es un brazo político más del Ejecutivo

Este ejemplo de control de gestión es solo para que el lector entienda cómo sería algo concreto que me sonaría a propuesta seria e interesante; si por ejemplo, la UCR dijera que si gana la gobernación, va a poner en manos de la oposición, todos los organismos de control de gestión en la provincia.

Al no decirlo, se me ocurre que el Radicalismo asumiría el poder y pondría su propia gente en todos los organismos de control, con lo cual incurriría en el mismo vicio del gobierno actual: gestionar y ser controlador de su propia administración. Si esto es así, nos preguntamos ¿Qué cambia?.

Haz lo que yo digo

El teorema de Baglini se aplica perfectamente en Santa Cruz. La oposición solo es declamativa y crítica, pero para nada propositiva. Que desde la UCR nos reciten y enumeren los problemas que tiene el gobierno, es una perogrullada; que no digan cómo van a solucionarlos, es más de lo mismo.

El Radicalismo critica al gobierno pero no echa del partido a quienes están votando con el Frente Para la Victoria en los ámbitos políticos de la provincia. Concejales y diputados que se “han dado vuelta”, hicieron las delicias del gobierno provincial y en algunos casos hasta son funcionarios de Alicia. Y el Radicalismo no ha actuado en consecuencia; los sigue sosteniendo entre sus cuadros. El partido se escuda en el hecho de que los innobles son esos correligionarios que no renuncian, una forma de explicar por el absurdo la falta de transparencia y decisión del espacio opositor más relevante de la provincia y la injusta equiparación que hace entre los buenos y leales radicales y los traidores.

Por lo dicho, es que esta Convención radical, más allá que haya servido a los fines partidarios, hacia fuera ha dejado un mensaje pobre, insulso, tendiente solo a formalizar una declaración institucional, pero sin contenido estricto donde se manifiesten los cambios y las diferencias.

Y nadie pide que escriban un ensayo de gobernabilidad. Solo, así como enumeraron en un par de renglones los defectos, sería bueno conocer sucintamente la solución que tienen en carpeta (si es que la tienen).

Debe saber la oposición que si ganan en la provincia en el 2023, no van a tener 100 días para decir lo que hay, lo que se debe y lo que harán. No van a tener el margen que tuvo Mauricio Macri, quien luego se reveló un gran improvisado al mando del grupo de CEOS, creyendo que con el apellido y sus cuentas bancarias abultadas, podrían gobernar un país en quiebra.

El Radicalismo de Santa Cruz no tendrá tiempo de hacerse el sorprendido por las cosas “que encontrarán”, si es que asumen la gobernación. 

Han tenido 30 años de ventaja, viviendo día a día los desaguisados del kirchnerismo, como para que cuando asuman pidan “tiempo” para revisar y tomar decisiones. Y de acuerdo a la declaración expresada por los convencionales, asoma un dejo de gatopardismo en el discurso y el temor, por experiencia propia, es que luego todo esto se extienda a la práctica. (Agencia OPI Santa Cruz)