Según publica La Nación El líder de Peronismo Republicano anticipará su decisión de competir en las PASO de la coalición opositora; su estrategia para contener a los libertarios y desencantados con Fernández.
Por: Matías Moreno
Dispuesto a dar pelea, Miguel Ángel Pichetto mueve sus piezas. A casi tres años de que Mauricio Macri lo eligiera como su compañero de fórmula, una definición que marcó a fuego su trayectoria política, el líder de Peronismo Republicano, uno de los espacios que integran Juntos por el Cambio (JxC) desde el ocaso del mandato de Macri, decidió acelerar los tiempos y poner en marcha su proyecto presidencial.
Alertado por la agudización de las internas en la cúspide de la coalición opositora y los movimientos anárquicos que genera en una fuerza tan heterogéneo la ausencia de un liderazgo claro, Pichetto optó por patear el tablero. Mañana, el exsenador reunirá a su tropa en Parque Norte para anticipar su decisión de competir en las primarias presidenciales bajo el paraguas de Juntos por el Cambio en 2023.
En el acto, que se realizará mañana, desde las 16, en un salón del complejo Golden Center, Pichetto aparecerá en el escenario escoltado por dos caciques del PJ: Ramón Puerta, expresidente y exembajador de la Argentina en España, y Juan Carlos Romero, senador nacional, quienes oficiarán de teloneros del referente de Peronismo Republicano. Ante dirigentes leales del interior del país y nuevos aliados -asistirá el exgobernador de Neuquén Jorge Sobisch-, que lo empujan a competir, Pichetto pretende dar un golpe de efecto, con la intención de despabilar a sus socios en el conglomerado opositor, que lucen inmersos en disputas facciosas. A sabiendas de la relevancia de los gestos en política, busca exhibir orden y demostrar a sus aliados de JxC que pone en práctica lo que les reclama. Para lograrlo, preparó una puesta en escena: parado frente a un atril en Parque Norte, se mostrará como el conductor de un espacio, presentará su plataforma de ideas y se lanzará como precandidato a presidente.
Con una fuerza nutrida por dirigentes peronistas, exlegisladores y exintendentes, con pasado en el PJ, en el menemismo y también en el Frepaso, Pichetto saldrá a dar batalla en dos terrenos. Quiere que su espacio de la “puerta de entrada” a JxC para los votantes de naturaleza peronista que están desencantados con Alberto Fernández. A su vez, pretende confrontar en el plano de las ideas con el libertario Javier Milei. Para Pichetto, los sectores liberales tienen una visión muy cercana a JxC, por lo que la coalición debe interpretar esa demanda para construir una mayoría amplia. “A ese sector hay que generarle la expectativa de Pichetto”, aclaran.
Eso sí, el exsenador descarta mencionar a Milei en su discurso. “Vamos a dar el debate sobre las ideas, no ensalzarlo”, avisan los suyos. Es que Pichetto se fue furioso de la última reunión de la mesa nacional de JxC en la que se incluyó al libertario en el comunicado de la fuerza, para explicitar el veto a su eventual incorporación. Para el auditor, sus socios cometieron un error político al darle centralidad.
Mientras tanto, uno de los principales socios de Pichetto en Peronismo Republicano, el senador provincial Joaquín De la Torre, ensaya un acercamiento a los libertarios. Ayer, tenía previsto asistir a la presentación de un ensayo del politólogo Agustín Laje, un evento en el que participó Milei, pero finalmente no pudo ir por cuestiones de agenda.
De la Torre, quien aspira a pelear por la gobernación bonaerense y mira con recelo la alianza entre Pichetto y Diego Santilli, delfín de Larreta en Buenos Aires, visualiza un giro de la sociedad hacia los extremos. Y percibe que el próximo presidente emergerá del ala dura de JxC: Macri o Bullrich.
La decisión de Pichetto de participar en las PASO quedará “subordinada al sostenimiento” de la unidad de Juntos por Cambio. O sea, si la coalición opositora cierra un acuerdo previo a los comicios para unificar una candidatura presidencial, el exsenador declinará su postulación. De esa manera, Pichetto pretende diferenciarse de Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, quienes avisaron que competirán sí o sí en las primarias. “Solo se bajaría para preservar la unidad”, repiten cerca del exsenador.
Ayer, Pichetto se dedicó a pulir su discurso para el acto del viernes junto con Miguel Ángel Toma, exministro del Interior y de Justicia y exsecretario de Inteligencia; Jorge Pirra, exdirigente de la Ucedé; y Hugo Franco, exdiputado y exdirector de Migraciones.
Mensaje interno
Inquieto por la profundización de la crisis económica y social, el exsenador les reclama desde hace meses a los altos mandos de Pro -sobre todo a Macri, pero el mensaje también se lo transmitió a Larreta y Bullrich-, que aplaquen los conflictos internos y unifiquen la propuesta electoral del partido con miras a los próximos comicios. Es decir, que definan quién será el candidato para enfrentar al kirchnerismo. “Tiene que haber un candidato, no tres”, les advirtió.
Consciente de las dificultades para maniobrar que enfrentará el próximo gobierno, Pichetto está convencido de que Juntos por el Cambio debería acordar una fórmula presidencial sin recurrir a las PASO, con el objetivo de llegar a la elección con un líder consolidado y ordenar el debate en torno al programa económico y acelerar la conformación de un equipo. Cree que la próxima administración tendrá un crédito corto y que, en caso de recuperar el poder en 2023, no habrá lugar para cometer errores, ya sea por mala praxis, la imposibilidad de unificar miradas y criterios o la falta “preparación”.
Por ese motivo, le preocupa el alto nivel de internismo en JxC. Pichetto entiende que la fuerza opositora corre el riesgo de proyectar ante la ciudadanía una imagen similar a la del Frente de Todos, es decir, una coalición que no puede gestionar por la lucha fratricida entre las tribus de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. La necesidad de conciliar un plan, una cosmovisión y un relato para el próximo gobierno fue parte de la charla en el almuerzo compartieron el sábado Macri, Pichetto, De la Torre y Alfredo Cornejo junto a el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa en Los Abrojos. “La unidad es nuestro principal capital”, les dijo Macri. Cerca de Pichetto interpretaron la invitación del expresidente como una nueva señal de respaldo. “En ese almuerzo había solo dos dirigentes nacionales: Miguel y Cornejo. Es un dato político significativo”, apuntan.
Los aliados de Pichetto
Desde de la derrota de Macri en 2019, Pichetto y sus socios tejen para que Peronismo Republicano se integre a Juntos por el Cambio como un socio pleno. Durante los últimos meses, los laderos de Pichetto trabajan para reclutar aliados y expandir la fuerza en varios distritos del interior del país. Apuestan a acumular capital para impulsar candidatos propios y conseguir lugares en las listas electorales o en un eventual gobierno opositor en 2023. En el espacio confluyen De la Torre, Puerta, Toma, Romero Claudia Rucci, Florencia Arietto, Andrés Cisneros, Jorge Yoma y Florencia Klipauka, entre otros.
En marzo, además, el exsenador presentó Encuentro Federal, su think tank, que dirige Eduardo Mondino, exdefensor del Pueblo de la Nación, y trabaja junto con la Fundación Pensar, Hannah Arendt y la Fundación Alem en el programa económico de JxC. (La Nación)