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Tras los nuevos embates, Alberto Fernández se reunió con Martín Guzmán y sigue adelante con su plan económico

El presidente Alberto Fernández junto al ministro de economía Martín Guzmán - Foto: NA

Según publica Clarín El Presidente y el ministro desayunaron largamente en Olivos. La estrategia de “maratón” del Gobierno.

Por: Federico Mayol

Alberto Fernández tuvo que esperar a la medianoche del viernes, una vez que el charter de Aerolíneas Argentinas que lo traía de regreso de París aterrizara en Ezeiza, para enterarse de que Máximo Kirchner había vuelto a atacar a Martín Guzmán en un encuentro del PJ en Lanús, mientras el avión sobrevolaba el norte de Brasil.

Horas después, bien temprano en la mañana del sábado, el Presidente desayunaba en Olivos con su ministro de Economía.

A pesar de los trascendidos de un supuesto ofrecimiento a Roberto Lavagna que alteró el humor interno en la Casa Rosada, Fernández está decidido a sostener a Guzmán frente a la embestida feroz del kirchnerismo que en las últimas dos semanas se tornó descarnada.

“Repasaron toda la semana, el tema tarifas y los cortocircuitos internos”, explicó una fuente al tanto del desayuno en Olivos entre el Presidente y el ministro que se extendió durante toda la mañana.

Este domingo, Fernández tenía previsto dedicarlo casi con exclusividad a la semifinal entre Argentinos Juniors y Tigre por la que se cruzó chicanas vía WhatsApp con Sergio Massa.

Para el jefe de Estado y Guzmán, la estrategia es la de la “maratón”: apostar al largo plazo y a que el programa económico consensuado con el Fondo Monetario de resultados mientras Cristina Kirchner y su hijo Máximo, y la dirigencia K, apedrea al Presidente y al jefe del Palacio de Hacienda.

Una táctica similar utiliza Horacio Rodríguez Larreta para su proyecto presidencial, y en medio de una interna feroz con el sector más duro del PRO. Como a Fernández, parte del entorno también le pide al jefe de Gobierno porteño una muestra de liderazgo.

“Escuché a Guzmán decir que no tiene apoyo político. Pero tiene el apoyo del FMI, de Kristalina (Georgieva), del Presidente, de las centrales obreras y de Clarín. ¿Qué más apoyo quiere?”, se preguntó Máximo Kirchner el viernes, en Lanús, en clave irónica contra el ministro de Economía.

Fernández recién se informó del discurso cuando llegó al país, en la medianoche del viernes: no tenía servicio de Wi-Fi en el avión de Aerolíneas en el que viajó durante toda la semana por Madrid, Berlín y París.

Pero el lunes, antes de abordar, había avalado el raid mediático que Guzmán emprendería, primero en radio, después en un foro empresario y al final en televisión, para responderle a Cristina Kirchner tras el discurso en Chaco.

El ministro, el más cuestionado puertas adentro, tuvo una de sus semanas de mayor exposición mediática desde que el kirchnerismo le declaró la guerra. Exacerbado, en buena medida, por las audiencias públicas por los aumentos de las tarifas de luz y de gas en el Área Metropolitana de Buenos Aires, uno de los puntos más conflictivos con la ex Presidenta y La Cámpora.

No fue casual, en ese sentido, que Federico Basualdo, el subsecretario de Energía Eléctrica que responde a Cristina Kirchner, se mostrara hiperactivo durante toda la semana: el pasado lunes en un centro de CAMMESA en Rosario, el miércoles en la Central Termoeléctrica de Ezeiza, el jueves en Santa Fe y el viernes en el complejo nuclear de Atucha.

“No pueden seguir en el Gobierno”

En Europa, el Presidente había dejado trascender que los funcionarios que no estaban de acuerdo con los aumentos tarifarios “no pueden seguir en el Gobierno”: “Es una decisión que ya tomamos”, desafió Fernández desde la capital alemana mientras volvió a lanzar su reelección y enfrentó públicamente a su Vicepresidenta.

El lunes al mediodía, por caso, hubo un zoom convocado por Economía y liderado por Rodrigo Ruete y Santiago López Osornio -dos funcionarios del riñón de Guzmán- con referentes de las organizaciones sociales, ministros como Juan Zabaleta y Gabriel Katopodis, y dirigentes afines, para abastecerlos de información para la batalla mediática sobre la segmentación tarifaria con la que la Casa Rosada está decidida a seguir adelante en los próximos meses.

La última semana, además, las críticas al ministro de Economía sumaron a un actor de peso en la sociedad del Frente de Todos: el presidente de la Cámara baja pidió, por escrito, que el Gobierno instrumente urgente la suba del mínimo no imponible de Ganancias.

Para Guzmán fue una jugada de mal gusto: se quejó puertas adentro de que dicho aumento ya estaba previsto, y que el pedido de Massa estuvo de más.

El Presidente intentó consolarlo. El domingo pasado, horas antes de embarcarse hacia Europa, había comido pizzas a la parrilla en el quincho del titular de Diputados del country Isla del Sol, en Tigre. Massa dijo que podía sumarse a la gira, pero la agenda parlamentaria, y las internas, al final se lo impidieron.

En París, la última noche antes de volver a Buenos Aires, Fernández cenó junto a sus íntimos en el departamento de la capital francesa de la embajadora Marcela Losardo.

Hablaron de la tensión interna, de la gira y de lo que viene. Por ejemplo, del acto del 25 de mayo, dentro de dos miércoles, que, en principio, tendrá lugar en la Antártida. Será solo para una comitiva reducida. En el continente más austral de la tierra, las temperaturas en estos tiempos son heladas. (Clarín)

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