La renuncia de Guzmán por las redes sociales, está en sintonía con la berreta gestión de Alberto y Cristina

(Por: Rubén Lasagno) – Todo es consecuencia de algo, nada procede de una naturaleza mágica y mucho menos, cuando se trata de la conducta humana. Renunció el Ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán y lo hizo por las redes sociales.

Alguien podrá aludir que las nuevas comunicaciones y las tecnologías han cambiado el paradigma del funcionamiento del Estado tal cual lo conocemos y por lo tanto, que un alto funcionario nacional, encargado nada más y nada menos que de delinear los destinos económicos del país, decida escribir su renuncia al presidente y la vicepresidente, en un texto digital de 7 carillas, parece algo normal y se inscribe en las nuevas tendencias de manejar la formalidad lejos de los viejos protocolos, menos estructurados. Yo, sin embargo, digo que es una falta de respeto hacia la sociedad argentina y está en sintonía con la berreta calidad del gobierno nacional a la que pertenece, donde los responsables políticos (Alberto y Cristina) son maquetas grotescas y pimpinelescas, que han mancillado cualquier tipo de institucionalidad posible.

En ese contexto, la renuncia del Ministro de Economía, no desentona con el gobierno del cual formó parte hasta hace algunas horas. Un Estado destartalado y andrajoso con figuras absurdas que delimitan el poder de un gobierno convertido en un esperpento político, ejerciendo una mala praxis permanente la cual nos empuja a los argentinos hacia el precipicio social y económico, no puede tener mejores funcionarios ni más responsables, aún en sus actos póstumos, cuando los propios carroñeros de su partido, lo desmembraron para cargarle los costos del fracaso absurdo al que nos empujaron estos tres años.

No es mi intención ni me interesa reproducir aquí o analizar las siete carillas que escribió Guzmán, un hombre convertido en el hazmerreir de la economía, sin reparar que sus acciones y la de su círculo político, nos han puesto al borde de la hiper, con casi un 200 % de inflación en 900 días de gobierno, triplicando la pobreza, la desocupación, ampliando a valores históricos el déficit y aniquilando todo tipo de esperanza para los argentinos de bien, que aún creen en una mágica salida.

Son lo que son. Corruptos, simuladores, cobardes y traidores, por si le faltaba algo. Miren si no a la Vicepresidente tratando de hacerle creer a la gente el ¡Ah Pero Alberto!, cuando ella es parte indivisible de este descalabro llamado Frente de Todos, Frente para la Victoria o como se llame el camaleón político gobernante.

Y el Ministro de Economía renunció por Twitter. Todo un mensaje de dónde estamos parados los argentinos y cuál es la “categoría” de funcionarios y políticos que hemos sabido conseguir.

Ya se, no es mucho… bueno, es lo que hay. Y si no quiere repetir la historia, antes de votar en el 2023, mire, lea y pregunte. (Agencia OPI Santa Cruz)