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Murió Cacho Fontana, la voz que revolucionó la radio y la presencia que le dio brillo a la TV

Cacho Fontana la voz de la radio - Foto: NA

Según publica Clarín Fontana show marcó un hito en la radio. En televisión, su “con seguridad” en Odol pregunta lo catapultó a la fama y, con Video show, cambió la forma de contar las noticias a mediados de los 70.

Por: César Litvak

Jorge Cacho Fontana murió este martes a los 90 años, luego de dar positivo de coronavirus en la clínica de rehabilitación para adultos Interplaza, en el barrio de Palermo, en la que residía desde hacía unos cuantos años. 

El 2020 no había sido un año fácil para Fontana. El locutor contrajo Covid en julio de ese año en el geriátrico en el que vive desde hace varios años, por lo que debió ser internado en el Hospital Fernández.

Pero los problemas de salud de Cacho continuaron en 2021, cuando, ya recuperado del Covid, en febrero debió ser internado nuevamente por un cuadro de neumonía.

Una voz para la historia

Con seguridad -de qué otra forma decirlo- Jorge Cacho Fontana fue una de las figuras más destacadas e influyentes en la radio y la televisión argentina. Desde la década del 70 para acá, nadie que repase la oferta radial podrá dejar de mencionar su Fontana Show como un hito que revolucionó el medio. La inconfundible voz de Fontana se convirtió en un marca registrada que aún hoy asociamos a muchas publicidades que buscaban en su estilo de comunicar -seguro, enérgico, generador de empatía- una llegada digna de confianza con el público.

En televisión, entre sus múltiples proyectos, se destacaron claramente Odol Pregunta, La Campana de Cristal y Video Show. Norberto Palese -tal era su verdadero nombre- había nacido el 23 de abril de 1932, hijo de Antono Palese y Nieves Figueriras. Pasó su infancia en Barracas, trabajando desde muy chico como auxiliar y cadete en la empresa de la cual su padre era capataz. Pero al mismo tiempo, cultivaba una atracción por la locución, que lo llevó a ser presentador en shows barriales y luego presentador de orquestas. De allí “saltó” a la radio, donde se desempeñó por cinco temporadas como locutor suplente hasta que le llegó la oportunidad que lo catapultaría a la fama: conducir Odol Pregunta, concurso de preguntas y respuestas, por TV.

Fontana impuso el célebre “¡Cooooon seguridadddddd”! cuando la respuesta era correcta y alcanzó niveles increíbles de popularidad. Pero, al mismo tiempo que descubría su veta de productor y se destacaba como conductor, Fontana también se consolidaba como una notable voz para la publicidad, los avisos cobraban relevancia allí. Y entonces era el “ladero” de otros archifamosos como José María Muñoz al frente de la transmisiones deportivas de Radio Rivadavia, y muchos más.

La cámara de mirar

Pasando del entretenimiento a la actualidad periodística, otro momento clave en su carrera fue su etapa al frente de Videoshow, por Canal 11, el programa que a mediados de los ’70 cambió la forma de contar las noticias: fue a partir del uso de las primitivas video-cámaras que nos hicieron familiarizar con un término nuevo para la época (el videotape). Para su época, una revolución tecnológica.

“La tecnología era una cámara y un tacho con luces. Eso era toda la televisión, muy artesanal como fueron muchas cosas en el país. Todo se hacía en vivo, sin red, sin nada. Era la gloria o Devoto. La radio era la imaginación y la televisión, la realidad”, le contó a Clarín en una entrevista.

Pese a su popularidad televisiva, no había perdido su pasión por la radio -de los comienzos en Del Pueblo y El Mundo- hasta llegar a la número 1 de los ’60, Radio Rivadavia. Y fue allí donde, además de acompañar las transmisiones de Muñoz, Fontana construyó otra de sus notables creaciones, el Fontana Show. Lo rodeaba un equipo con destacadas locutoras como María Esther Vignola y Rina Morán, y guionistas notables: Alberto Migré, Abel Santa Cruz, Hugo Moser.

Su vida amorosa

Por otro parte, se acostumbró a una vida amorosa mediática, desde que fuera pareja durante doce años de la actriz y cantante Beba Bidart. Y este factor se potenció cuando comenzó su romance con una juvenil estrella del modelaje, Liliana Caldini, a principios de los ’70: fueron padres de las gemelas Ludmila y Antonella.

Sin embargo, su vida privada alcanzaría los títulos escandalosos en 1992, en la relación con otra modelo y “secretaria de Sofovich”, Marcela Tiraboschi. El tema derivó en una causa judicial -ella lo demandó por agresión- con Cacho definitivamente sobreseído y con todo aclarado. Varias veces, tiempo después, sintió que “le habían plantado” esa situación. Y coincidió con una progresiva salida de los medios, precipitada por la hemiplejía que sufrió.

Atrás habían quedado los tiempos de gloria, la amistad con personajes como Tito Lectoure, su participación en transmisiones históricas (Locche-Fuji en Japón, el Premio Nobel a Leloir por Canal 13, un largo reportaje a Perón en Puerta de Hierro, la cobertura del Mundial ’66, entre ellas).

En los últimos tiempos había recibido el reconocimiento y los tributos merecidos. Le entregó el Martín Fierro de Oro a Longobardi en 2016 y, dos años después, el propio Cacho Fontana y su entrañable amiga Pinky recibieron el homenaje en esa fiesta, presentados por otro “prócer” de los medios, Héctor Larrea. “Estar viviendo este desborde de cariño, buen tratado y generosidad, me reconforta. Ustedes no saben lo difícil que es alejarse de los medios”, dijo desde el escenario. Al mismo tiempo que destacó a todos los que habían brillado en su época -como Antonio Carrizo o el propio Larrea- y a las nuevas generaciones, entre los que mencionaba a Santiago del Moro.

Fue un auténtico grande, ganador de 14 Martín Fierro. Ya lejos de aquel muchacho de Barracas que soñaba con triunfar en la radio mientras probaba su voz animando las noches de tango. (Clarín)

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