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Militantes K volvieron a manifestarse en Recoleta y un juez polémico exigió a la Ciudad retirar la Policía

Según publica Clarín La cautelar la concedió el juez porteño Roberto Gallardo. La Ciudad dice que no retirará las fuerzas de seguridad.

En el octavo día consecutivo de concentración frente al departamento de Cristina Kirchner, y 48 horas después de los serios incidentes del sábado con la Policía porteña, la Justicia de la Ciudad instó a la administración de Horacio Rodríguez Larreta a que “cese en forma inmediata la ejecución de cualquier operativo policial” vinculado con Cristina Kirchner y su domicilio, lo que le agrega una cuota extra de tensión a las manifestaciones frente al departamento de la ex Presidenta, en Recoleta.

La vicepresidenta Cristina Kirchner saluda a los militantes al llegar a su casa - Foto: NA

La decisión fue tomada por el juez Roberto Gallardo, públicamente enemistado con el Gobierno porteño desde hace años, que hizo lugar a un pedido de Juan Grabois y de la legisladora Ofelia Fernández.

“La custodia de la persona y domicilio de la Vicepresidenta están a cargo de las autoridades de seguridad federales. La fuerza federal encargada de la custodia Presidencial será la habilitada para determinar, en función de las eventualidades específicas, el radio territorial de cobertura y las modalidades que asuman los operativos de prevención y/o contención en su caso”, resaltó el juez.

Fue Felipe Miguel el que enseguida contestó a través de TN: “La Policía va a permanecer en el barrio por tiempo indeterminado y todo el tiempo que sea necesario para devolverle al barrio la seguridad, la normal convivencia”, subrayó el jefe de Gabinete porteño, que además confirmó la apelación por parte de la Ciudad y la posibilidad de una nueva recusación contra el magistrado.

En el mismo momento, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, anunció a través de su cuenta de Twitter que decidió “ampliar la custodia de la compañera Vicepresidenta de la Nación”.

Durante todo el día, militantes de agrupaciones periféricas del kirchnerismo habían vuelto a manifestarse en la esquina de Juncal y Uruguay. Y a pesar de las advertencias de las autoridades porteñas, mantuvieron cortada una de las calles durante buena parte de la tarde y hasta la vuelta de la ex Presidenta -cerca de las 20-, que mantuvo reuniones en su oficina del Senado.

En torno a las 16, manifestantes de agrupaciones como “Peronismo de la Soberanía” y “Movimiento Octubres” -varios de ellos identificados con pecheras de José C. Paz-, se congregaron en 9 de Julio y Juncal. En la esquina del departamento de la ex Presidenta, mientras tanto, decenas de simpatizantes se habían agrupado para la tradicional vigilia a la espera de la vice, que salió de su casa al mediodía, rumbo a la Cámara alta.

Allí recibió a representantes de organismos de derechos humanos, encabezados por Estela de Carlotto y acompañada por un grupo de legisladores.  Un rato después, en la esquina ya estaba interrumpida la circulación y las decenas de agentes de tránsito de los ministerios de Seguridad y de Transporte se retiraron a una cuadra de distancia para cortar el flujo.

Minutos más tarde, dos efectivos de la Policía porteña se acercaron a un grupo de militantes para tratar de ordenar el corte: negociaron finalmente que solo quede interrumpido el tránsito sobre la calle Juncal, y liberar Uruguay. Eso sí: no dejaron que se instalen media docena de parrillas ambulantes.

A la mañana, mientras un grupo de militantes permanecía en las veredas de Recoleta y el grueso de las agrupaciones -ninguna con líderes de peso ni interlocutores- todavía no había llegado, el ministro de Seguridad de la Ciudad, Marcelo D’Alessandro -uno de los que representó a Rodríguez Larreta en la mesa de negociaciones del sábado-, había advertido: “No me va a temblar el pulso en usar la fuerza pública para recuperar la paz social”.

El domingo por la noche, después de más de cuatro horas de corte total en las inmediaciones del departamento de la vice, la Ciudad dispuso que camionetas y efectivos de Infantería se posicionaran a media cuadra del departamento de la ex Presidenta, pero una vez que la manifestación ya se había desconcentrado. El kirchnerismo lo tomó como una “provocación”.

Este lunes, por caso, los miembros del cuerpo de Infantería se apostaron sobre la calle Arenales, a una cuadra de la casa de la vice.

Es que, más allá de las advertencias, en la administración porteña tomaron nota de que las manifestaciones serán constantes. Y que es mejor administrarlas a enfrentarlas. “Mientras el grueso de la concentración sea cuando se va la ex Presidenta y cuando vuelve…”, sintetizó un altísimo funcionario larretista que reconoció ante este diario los tironeos internos con el sector más duro del PRO (ver aparte), desatados desde el pasado sábado.

En tanto, la ex Presidenta se prepara para el masivo acto del PJ bonaerense previsto para el sábado, después de la reunión de congresales convocados por Máximo Kirchner. En paralelo, aún no se sabía si Alberto Fernández estaría en el encuentro del PJ nacional de las 18: en su agenda solo tenía una visita a Bariloche, por una inauguración del CONICET. (Clarín)

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