Según publica La Nación El dueño de la cabaña Los Radales dijo que anoche se habrían producido pedradas y el incendio de una casilla en la que había agentes federales de guardia.
El conflicto mapuche en Villa Mascardi sumó anoche otro episodio de violencia. El dueño de la cabaña Los Radales, que en agosto pasado fue incendiada, denunció un nuevo ataque a su propiedad, el tercero en su historia, que tenía custodia de Gendarmería luego de ser incinerado. El propietario de la construcción que está ubicada en inmediaciones del predio que ocupa la lof mapuche Lafken Winkul Mapu dijo a la prensa local que fue un acto intencional que afectó una casilla en la que había tres uniformados de guardia.
“Esto es gravísimo, ya no es un ataque a un particular, es un ataque a las fuerzas nacionales, es una demostración que creen que no hay límites en su reclamo”, dijo Luis Dates, dueño de la cabaña afectada, al diario Río Negro. Además, agregó que el nuevo ataque fue perpetrado por un “grupo más numeroso que otras veces”.
Según Dates, los agresores encapuchados “quemaron un puesto de Gendarmería que habían puesto para el resguardo de la propiedad y de los vecinos que viven en la zona”. La casilla con los uniformados fue emplazada en ese predio hace dos semanas, a unos 50 metros de distancia de la ruta nacional 40. Desde ese momento, en ese lugar había una guardia permanente de agentes federales.
El dueño de Los Radales no estaba en el predio y, como la vivienda principal fue destruida hace un mes y medio, tampoco había huéspedes. Además, Dates dijo que vecinos de la zona le comentaron que habría supuestos disparos de armas de fuego. Como el puesto de Gendarmería fue atacado, en esta oportunidad, interviene la Justicia Federal.
Un conflicto sin fin entre vecinos y mapuches
Desde hace algunos años, conflictos como este se volvieron comunes en los alrededores de Villa Mascardi. Existe una tensa relación entre los habitantes de la zona a partir de del asentamiento de la autodenominada lof Lafken Winkul Mapu en 2017.
El último incendio que sufrió Dates en su propiedad, en agosto, provocó la reacción del Gobierno local que, al frente de Arabela Carreras, requirió a la Casa Rosada, más precisamente a la cartera de Seguridad nacional que encabeza Aníbal Fernández, que envíe una custodia de las fuerzas federales. Ante otros ataques similares en el pasado, la Provincia y la Casa Rosada protagonizaron fuertes cruces a raíz de la negativa de Nación a enviar efectivos.
Los vecinos, indignados, también reclamaron más seguridad para la zona. Diego Frutos, presidente de la Junta Vecinal de Villa Mascardi y dueño de otra propiedad que fue vandalizada, dijo a LA NACIÓN al respecto: “Nación dijo que envió muchos agentes y lo único que hicieron fue traer cerca de Mascardi un puesto de Gendarmería que estaba en los alrededores de Bariloche. Es todo una mentira”.
El año pasado, luego de los hechos perpetrados en el Campamento de Vialidad Rionegrina y la Oficina de Turismo de El Bolsón, por decisión de la gobernadora Carreras la Fiscalía de Estado de Río Negro presentó una denuncia ante el fuero Federal de Bariloche para que investigue la posible existencia de una organización criminal que atenta contra la propiedad.
“La Justicia está como estancada. Los encapuchados no se presentan a las audiencias y tampoco los va a buscar. El viernes 2 de septiembre había una nueva, pero con el paro decretado por el presidente Alberto Fernández [medida tomada el día anterior tras el intento de magnicidio de Cristina Kirchner] ahora se pasó para noviembre”, contó, indignado, Frutos.
El vecino es dueño de un campo llamado La Cristalina que está al lado de Los Radales. “Está todo minado, destrozado. No queda casi nada. Me sacaron todo”, se quejó. La disputa es tan feroz que incluso hubo personas que resultaron heridas en este último tiempo.
A mediados de julio último, un matrimonio que se encontraba en su cabaña en el paraje Los Repollos, a pocos kilómetros de El Bolsón, fue atacado brutalmente. No solo fueron robados, sino que dos hombres intentaron prender fuego al dueño del lugar, que luego tuvo que ser internado con quemaduras en el 20% de su cuerpo.
“Lo mío acá terminó. Ayer se cerró un capítulo para mí. Cuando me den el alta, agarro mi riñonera con los documentos, el mate, mis perros y me vuelvo a Buenos Aires”, dijo, aterrado, Pablo Conti tras el ataque que fue atribuido a la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM). (La Nación)