- Publicidad -

Periodistas de “Obediencia debida”, deben pagar las consecuencias cuando pierdan la pauta, vuelvan al llano, pierdan el trabajo o el poder los abandone

(Por: Rubén Lasagno) – Ya he escrito en otras oportunidades, mi opinión sobre el mal denominado “periodismo militante”, porque quien milita en un partido político no es periodista, es un propagandista de su facción, o lo peor, alguien que se alquila a un candidato o gobierno, pero si a eso le agregamos que cuando “hace de periodista” para ese gobierno (independientemente de quién se trate), desde un canal de televisión, una radio o las páginas de un diario, ejerce y hace de manera personal las críticas o los análisis partidario de los más variados, imprimiéndole la impronta partidaria, negando la realidad y operando claramente para imponer el mensaje único, estamos hablando de una persona con un claro sesgo partidario, alejado de su profesión.

En el caso de los periodistas que trabajan para los gobiernos, tanto en éste como el anterior y sucesivos. Cualquiera de ellos con “la camisera puesta”, no es periodista, es un funcionario de comunicación de ese partido. Y quien más lo exacerba es el kirchnerismo. Lo hizo antes con 6,7, 8, más programas alquilados en medios del país o fundando mediante la pauta y testaferros, diarios, radio y canales para sostener el relato y lo hace actualmente con los medios hegemónicos, los canales de comunicación oficiales (Tv Pública, Telam, Radio Nacional, etc) y medios de comunicación “privados” como C5N, donde aglutina el brebaje más agrio del “periodismo militante”, transformando a otrora respetables colegas, en simios obsecuentes, mentirosos, aduladores, falaces, operadores y distanciados de cualquier ética periodística.

La portavoz Gabriela Cerruti - Foto: NA

Silvestre, Navarro, Tomás Méndez o Víctor Hugo, solo por nombrar algunos, pero se multiplican por decenas estos personajes a nivel nacional, dejaron de ser periodistas para ser operadores mediáticos de un gobierno atroz y desde las pantallas y las radios, cometen todo tipo de atropello contra la ética periodística, la verdad y la honestidad intelectual, de la cual carecen. Se han transformado en mercenarios, en otra cosa que nada tiene que ver con la profesión de informar. Obvio, nada de eso lo hacen gratis. Sus cuentas y su patrimonio tiene un aumento inversamente proporcional a su moral profesional y apego a la verdad y la realidad que nos rodea.

Mujer patética

Otra clásica muestra de esa degradación, la dio recientemente la vocera del presidente, Gabriela Cerruti, cuando manifestó muy suelta de cuerpo ante una funcionaria española, que “las piedras del covid las puso la derecha”; una expresión no solo antipatriota porque esas piedras simbolizan la muerte de 130 mil conciudadanos de ella fallecidos por la pandemia que aquejó al mundo, sino por ser parte de la ineptitud de su gobierno que gestionó mal la pandemia, pero a su vez privilegió a la militancia para salvarla de la peste, armando los vacunatorios VIP e hizo negocios espurios con la compra de las vacunas.

La inmoralidad de esta mujer, subida a la ola del poder y haciendo gala de una impunidad increíble para hacer y decir cualquier cosa, se puede entender solo si hurgamos en la naturaleza humana y consideramos la sentencia de Winston Churchil “Para conocer realmente a una persona, dale poder”, podemos entender que Cerruti como tantos otros, responden a esta naturaleza procaz y abyecta, de quienes con poder en sus manos, sojuzgan, aplastan y pisotean la dignidad de las personas, creyéndose por encima de la media, cuando son verdaderos zánganos que usan el poder como mano de obra para la tarea sucia impuesta por las circunstancias. Y Cerruti no para. Diariamente es una máquina de hacer desplantes, ningunear a sus ex colegas, creerse que está por sobre todos los demás y pretender que el cargo la eleva profesionalmente sobre cualquier mortal, al punto de pretender aleccionar a los periodistas (entre sonrisas socarronas) sobre lo que deben decir y preguntar.

No hay que perdonarlos

Los medios y muchos colegas, tal vez en defensa propia, suelen “solidarizarse” cuando uno de estos militantes periodistas son puestos “de patitas en la calle”, por esos mismos medios que los usaron como killers en radio y televisión. Y eso no se debe hacer.

Estos operadores militantes, cuando pierden su lugar de privilegio, deben saber que tendrán que enfrentar por mucho tiempo, la vergüenza de haber pertenecido a un grupo de operadores pagos y hay que transformarlos en kelpers del periodismo, una noble profesión donde muchos ejercen con esfuerzo, compromiso, dedicación y necesidades y no pueden mezclarse con esta lacra.

Porque no se trata de un empleado común de los medios oficialistas, no es un operador de radio o un tira cables de un canal quien queda en la calle, es una persona que con su voz, su opinión, sus gestos y su énfasis, ha tratado de dirigir la opinión pública hacia cuestiones contrarias al orden moral, acallando la corrupción, ensalzando a corruptos y transas de la política y los sindicatos y mintiendo descaradamente, porque para eso cobra.

Entonces, estos mismos, cuando vuelven al llano, tratan de recluirse en una “humildad” que no tuvieron cuando recibían la pauta de la mano de sus patrones y aducen la “obediencia debida”, una práctica común entre los periodistas cobardes que lucran en las buenas y lloran cuando les toca perder. El ejemplos más patético es el de Navarro de C5N durante el macrismo.

Este es el caso de Cerruti. La mujer que ostenta poder, ningunea a otros periodistas, aunque ella sea una verdadera cínica y ridícula, algún día va a dejar de ser “vocera” del peor gobierno de la Argentina; y ese día querrá volver a ser “una colega más”, alegando que todo lo hizo porque se lo ordenaban

Lo lamento, su vida de ahora en más, quedará marcada por sus propias acciones, su falta de apego a la verdad, su mala conducta, su irrespetuosidad, su falta de moral y su indignidad.

Alguien dijo “no cometas el crimen si no quieres pagar la condena” y cuando esta mujer quede sin laburo, será una consecuencia de sus decisiones, no una razón para que otros nos lamentemos. (Agencia OPI Santa Cruz)

spot_img

Suscribité al Newsletter

Más Noticias

- Publicidad -spot_img

Más Noticias

1 COMENTARIO

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí