Según publica Clarín El gremio busca superar el tope de 60% para los aumentos salariales que pretende el Gobierno y le mete más presión al ministro con la huelga de este jueves.
Por: Elizabeth Peger
A tiro del arranque del tramo principal de la ronda de paritarias y en medio de los reclamos del kirchnerismo por un aumento de “suma fija” que compense el deterioro en los ingresos de los trabajadores con salarios más bajos, el gremio bancario, liderado por el sindicalista K Sergio Palazzo, encabezará este jueves un paro de actividades de 24 horas ante el estancamiento de la discusión por la suba salarial del sector.
La medida de fuerza, ratificada este miércoles a Clarín desde la conducción de la Asociación Bancaria, eleva la temperatura de las negociaciones salariales en marcha y amenaza complicar desde el arranque la estrategia del ministro de Economía, Sergio Massa, para que las paritarias cierren con incrementos anuales de 60%, en tramos semestrales en torno al 30%, en línea con la inflación proyectada en el Presupuesto que sancionó el Congreso.
Durante las últimas semanas Palazzo acercó posiciones con los representantes de las entidades financieras (ABA, ADEBA, ABE y Abappra) para avanzar con un aumento de 30% en tres tramos y revisión en mayo, con vigencia para el primer semestre de 2023. Pero la discusión naufragó a partir del reclamo del gremio para que los bancos compensen a su personal los descuentos salariales por efecto del impuesto a las Ganancias, lo que representa una recomposición adicional a la suba de 30%.
Desde el sector empresario rechazaron el planteo y advirtieron que se trata de un reclamo que debe ser resuelto por el Ejecutivo o el Congreso, una postura que activó la decisión sindical de apurar el paro. “Las asociaciones de bancos expresan su voluntad de continuar el diálogo en el ámbito paritario para arribar a un acuerdo, tal como lo han hecho en los últimos años en los que se honraron todos los pactos salariales”, indicó este miércoles un comunicado conjunto de las entidades financieras.
El conflicto bancario no es el mejor antecedente para los planes de Massa, que suspendió la visita que iba a realizar este jueves a la CGT debido a su viaje a la India para participar de la reunión del G20. Tampoco el entusiasmo sindical con la cumbre es el mismo de semanas atrás: la difusión del 6% de inflación en enero reabrió dudas en la cúpula cegetista sobre la efectividad del plan del ministro para contener la suba de precios y amortiguó el énfasis de algunos dirigentes por apurar la adhesión sectorial a una eventual aventura presidencial del tigrense.
En la práctica la ingeniería consensuada por Massa con algunos gremialistas para garantizar el techo salarial anual de 60% solo se ha confirmado en dos paritarias: los acuerdos de los municipales y docentes porteños con la administración de Horacio Rodríguez Larreta y la negociación de los choferes de colectivos de la UTA, cuyos sueldos dependen directamente de los subsidios del Estado a las empresas de la actividad.
Las negociaciones que vienen
La paritaria bancaria representa un desafío más importante para el funcionario, especialmente con vistas a la temporada caliente de negociaciones salariales en el sector privado, que se pondrá en marcha en las próximas semanas con las discusiones en actividades clave como Comercio, la industria de la construcción y la metalúrgica, el sector petrolero, frigoríficos, estaciones de servicio, las fábricas de alimentos, la producción láctea, sanidad, seguros y las eléctricas, entre otros, que en conjunto abarcan alrededor de 3 millones de trabajadores.
En el medio, Massa también enfrenta la presión del kirchnerismo por un aumento adicional de suma fija, que es resistido por la CGT y en las últimas horas fue desestimado -además- por la ministra de Trabajo, Kelly Olmos. Sin embargo, desde los movimientos sociales afines al Frente de Todos se plegaron al planteo K al advertir que “los salarios están por el piso” y que su deterioro frente a la inflación constituye “el gran debe” de la gestión de Alberto Fernández.
“Hay una serie de medidas que se tornan impostergables: reapertura de paritarias, bonos, recomposición del salario. Tenemos los salarios por el piso y hay que por lo menos construir un horizonte donde la curva se empiece a revertir”, reclamó Daniel Menéndez, funcionario del Ministerio de Desarrollo Social y coordinador de Somos Barrios de Pie.
El dirigente social consideró en declaraciones radiales que no tiene motivos para no creerle a Massa que se cumpla la meta de inflación anual del 60%, pero enfatizó que si ese es el caso, los salarios deberá incrementarse este año en un 80%. (Clarín)